Vallekas por la kara · Nino Olmeda

La cuenta atrás electoral comenzará el 8 de mayo. Después de lo que antes era la pegada de carteles y ahora un acto multicolor pensando en las televisiones, se abrirá oficialmente la campaña y durante 15 días, los aspirantes a presidir la Comunidad recorrerán pueblos y barrios de la capital para soltar, día a día, sus promesas con el sano objetivo de obtener cuantos más votos mejor. Después de dos semanas de ‘puedo prometer y prometo’, vendrá la jornada reflexión anterior a la cita con las urnas, que darán la encuesta real sobre el sentido del voto de los madrileños. Los sondeos, más interesados en orientar que en saber, dicen que el PP ya no hará ni deshará a su antojo, porque no habrá mayorías absolutas; que el PSOE ya no es el que ‘corta el bacalao’ en la izquierda, porque Podemos quiere quedarse con el poderío y con sus dudas existenciales; que IU, que parecía destinada a desaparecer por la confusión interna y la ‘magia’ de examigos, puede renacer de las cenizas gracias a amigos de los amigos del poeta Luis García Montero. Los sondeos dicen de Podemos, que sube y baja como la espuma, aspira a superar en votos al PSOE y a IU. También parece claro que Ciudadanos crece como la espuma sin apenas saber qué piensa hacer la formación de Albert Rivera con las demandas de los indignados y hartos de que la crisis caiga siempre del mismo lado y de que la partitocracia y el bipartidismo ahoguen todo lo que reluce. De UPyD se sabe que está en peligro de muerte y que si sucede será una injusticia. Gobernará el que, además de tener más votos que los demás, se adapte mejor a esta nueva etapa de cambio en la que diálogo será imprescindible.

Después de conocerse los nombres de los candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, los partidos sacan diariamente a pasear a sus aspirantes, que se reúnen con representantes de todos los sectores sociales y exponen sus propuestas después de cada reunión. Unos con más éxito mediático que otros. Hay todo tipo de propuestas pero poca concreción por parte de los candidatos. Gabilondo (PSM) quiere que lo social y la preocupación por lo que más necesitan de los demás impregne sus iniciativas en cualquier materia, el poeta de IU habla mucho de luchar contra el paro y contra los nuevos empleos con salarios poco dignos y horarios un poco excesivos y el candidato de la formación magenta recuerda que merecen seguir en la Asamblea de Madrid por lo hecho contra la corrupción. De los candidatos de Podemos y Ciudadanos poco se sabe más allá de su afán de ser conocidos. Sí sabemos que Cifuentes (PP) propone que los seis hospitales cuya gestión quiso privatizar Esperanza Aguirre se integren a todos los niveles en la red pública de salud. La única manera de saber qué hay de verdad y engaño en cada propuesta es que se realicen debates entre todos, dos a dos, tres a tres o como decidan entre ellos.  El diálogo es la única vía de entenderse entre los 5 ó 6 partidos que se espera estén presentes en el Parlamento regional. Mucho debate es necesario, por lo que cuanto antes empiecen, más fluido será el entendimiento. Nada será igual después del 24-M. El bipartidismo es cosa del siglo XX.

Ya queda poco para el 24 de mayo, día de las elecciones. Ya sabemos cómo se llaman los principales candidatos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid: el poeta Luis García Montero (IU), el catedrático Ángel Gabilondo (PSOE), la exdelegada del Gobierno Cristina Cifuentes (PP), el todavía diputado regional Ramón Marcos (UPyD), el extrabajador de Cáritas José Manuel López (Podemos) y el exdirectivo de Unión Fenosa Ignacio Aguado (Ciudadanos). Algunos son bastante conocidos, otros suenan mucho a pocos, y de López y Aguado sabemos que son los candidatos de los partidos de Pablo Iglesias y Albert Rivera. También nos han dicho todos lo que en líneas generales ofrecen a los votantes, pero sobre todo han repetido hasta la saciedad lo que no quieren. En el caso de Podemos, Ciudadanos, PSOE, UPyD e IU, no quieren que siga el PP, partido que pretende que los madrileños crean que se puede perder lo hecho y no quiere que regrese la izquierda. En plena precampaña electoral, la gran mayoría de los aspirantes a gobernar no quiere parecerse a ninguno de los demás candidatos, para obtener no el voto de los convencidos de las bondades de sus siglas sino de las maldades de los demás. Los temas de alianzas vendrán después de votar. Ahora, lo que sería conveniente es que poco a poco vayamos conociendo qué propuestas concretas tienen cada uno de los candidatos, a los que podríamos conocer no sólo por sus rostros y padrinos sino, sobre todo, por lo que ofrecen en cada uno de los asuntos que más preocupan, sobre todo los relacionados con los recortes que trajo la crisis a los que menos tienen y más necesitan de unos buenos servicios públicos y de calidad.

La Asamblea de Madrid ya no celebra sesiones y los diputados todavía son pero no están porque la actividad parlamentaria no existe. Antes de la Semana Santa se realizó el cierre de la Legislatura y ahora que ya han pasado las procesiones es la hora de llevar a hombros la figura elegida por los que mandan en cada partido hasta el altar electoral. Las caras nuevas en el PSM e IU, el catedrático de Filosofía de la Universidad Autónoma Ángel Gabilondo y el poeta Luis García Montero, tras el abandono en busca de nuevos aires y nuevas aspiraciones de Tania Sánchez y el despido de Tomás Gómez, pueden ser una bocanada de oxígeno para estos dos partidos achicharrados por sus batallitas internas e interesadas y que no son bien tratados por los sondeos de opinión. Tendrán no sólo que ganar las simpatías de los votantes sino también a las encuestas. La cabeza de cartel del PP, Cristina Cifuentes, tampoco sale bien parada en los sondeos electorales y tendrá que convencer a los madrileños de que la corrupción y los recortes sociales no volverán nunca más y de que su partido no ha sido excesivamente tolerante con el golferío y no ha estado poco atento a las demandas de los ciudadanos afectados por sus medidas. El cuarto partido con representación parlamentaria, UPyD, tiene de candidato a Ramón Marcos, quien intenta buscarse un hueco en un nuevo Parlamento regional que puede no contar con representación magenta por los errores de su líder Rosa Díez, empecinada en hacer ver que el enemigo es Ciudadanos, cuyo candidato a la Presidencia regional, Ignacio Aguado, es tan desconocido como su partido, del que sólo se sabe que está liderado por un joven Albert Rivera dispuesto a competir con Podemos en la búsqueda del votante mosqueado con los partidos tradicionales que construyeron un régimen partitocrático que ha debilitado la democracia por el abuso del amiguismo, del dedo que todo lo elige, y por la tolerancia con la corrupción de los suyos y el rechazo y condena de la de los adversarios. El candidato de Podemos, el extrabajador de Cáritas José Manuel López, es otro desconocido pero los sondeos dicen que tiene futuro. Todos están preparando la precampaña y no sabemos todavía qué ofrecen a los votantes más allá de llevar detrás una sigla u otra.

El mandato de cuatro años que los diputados regionales del PP, PSM, IU y UPyD iniciaron en 2011 ha llegado a su fin. Estas cuatro formaciones ya han elegido qué personas encabezarán sus candidaturas electorales a la Asamblea de Madrid, que después de los comicios de mayo será más plural y totalmente distinta. Nada será igual,  desaparecerán, eso dicen los sondeos, las mayorías absolutas y aparecerán nuevas siglas entre los elegidos. Podemos y Ciudadanos, según los mismos demoscópicos, estarán presentes en el hemiciclo de Vallecas con buena representación. El PP ya no tendrá más del 50% de los escaños y si todo sale según las encuestas, perderá un buen número de diputados; el PSM, cuyo destino,  según los sondeos, es acompañar a los populares en la caída del bipartidismo; UPyD e IU, dicen los de las encuestas, no están de moda por culpa de las copias competitivas y pueden hasta quedarse como extraparlamentarios, y Podemos y Ciudadanos, fuerzas amigas de encuestadores, llegarán a la Asamblea de Vallecas para dar nuevos aires al parlamentarismo. Parece ser que las encuestas tienen el resultado electoral escrito, pero los ciudadanos, que todavía no han dicho nada, decidirán cómo quieren que sea el nuevo Parlamento. Más allá de la voluntad de los que nos meten las encuestas en vena, los votantes decidirán si la llegada de Ángel Gabilondo al PSM en sustitución de Tomás Gómez y de Luis García Montero a la de IU en vez de Tania Sánchez, aportan más frescura y votos a sus formaciones.

Ignacio González y Tomás Gómez no serán candidatos por decisión de los jefes del PP y del PSOE, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Ambos tienen en común haber encontrado excusas parecidas para sus exclusiones. Gómez fue alcalde de Parla y puso en marcha un tranvía que ha provocado un gran agujero en las cuentas del Consistorio. Durante meses, se dejó caer que había pruebas de algunos desvíos de fondos y que Tomás podría ser imputado por cuestiones nada claras. Todos los días salían informaciones en ese sentido. Desde que ha sido sacado de la carrera electoral, nada ha sido publicado sobre el tranvía de Gómez. González había sido siempre el número 2 de Esperanza Aguirre. Parecían la pareja perfecta, pero incómoda para Rajoy: ‘Tú a la Comunidad, yo al Ayuntamiento’. De pronto, aparecen informaciones confusas sobre un desayuno de González con unos policías para hablar de su ático. Nada se sabe de unos investigadores que siguen sin aclararnos qué queda sin aclarar sobre la compra de esa propiedad. González es desplazado y de pronto las informaciones sobre su ático quedan en silencio. ¿Qué hay detrás del tranvía y del ático y detrás de las informaciones interesadas que han servido de excusa perfecta a Sánchez y Rajoy para salirse con la suya?

En tiempo de elecciones, todo sirve. Este parece ser el lema de los que posibilitan que uno entre en una lista electoral en un puesto decente o de relleno o que sea el elegido para poner su cara en el cartel electoral. La democracia que posibilita la participación de los afiliados sobre asuntos como la elección de aspirantes a gobernar es una asignatura pendiente. En primarias se han elegido a los candidatos de Ciudadanos y UPyD a la Presidencia de la Comunidad de Madrid; con el mismo sistema, IU puso a Tania Sánchez y el PSM, a Tomás Gómez, y el PP, fiel a su obediencia al que manda, está pendiente del ‘dedazo’ de Mariano Rajoy. Tania se fue y su lugar lo ocupa ya el poeta Luis García Montero y a Tomás le pusieron de patitas en la calle, dando paso a Ángel Gabilondo. Antes de echar a Gómez, distintas informaciones le señalaban como responsable de posibles delitos relacionados con el tren de Parla, y ahora los que quieren que Ignacio González abandone le relacionan con maniobras policiales en la oscuridad para tapar lo de su ático en Marbella. Echar al candidato del PSM elegido en primarias es una patada en la cara de este sistema de participación y hacer lo mismo con el del PP antes de que Rajoy descubra sus cartas es sencillamente un gesto que retrata al que se comporta así. El espectáculo que se está produciendo tiene que ver con la enfermedad del ‘dedazo’, que se cura con una medicina que se llama democracia. Nos habríamos evitado luchas encarnizadas por ‘colocar a los míos’ en puestos clave antes de mayo.

Todo sucede de manera rápida y surgen nuevas iniciativas y caras en el panorama electoral, que parece que se va aclarando. Después de que el PSOE sacase del terreno de juego a Tomás Gómez, vulnerando claramente el resultado de las primarias en las que se eligió al ya exsecretario general del PSM. Tras superar la prueba, organizada milimétricamente por la nueva dirección del PSM presidida por Rafael Simancas, del apoyo de los afiliados, Angel Gabilondo es ya el sustituto de Gómez. Es un nuevo candidato con nuevas maneras y un discurso de presentación lleno de tolerancia y diálogo, y sin una descalificación al adversario. En el caso de IU, tras la fuga de la elegida en primarias Tania Sánchez, un buen número de afiliados apuesta por el poeta Luis García Montero para aspirar a ser presidente de la Comunidad de Madrid. La decisión final, en unos días. Este nuevo rostro puede potenciar el papel de IU, tras la expulsión aprobada por la dirección federal de Gregorio Gordo y Angel Pérez, que no se dan por aludidos por considerar ilegal esta sanción. Ya sólo queda por conocer qué persona será el candidato elegido por Rajoy y qué lista encabezará Tania Sánchez. De Podemos, se sabrá en poco tiempo a quién bendice.

En las elecciones autonómicas de mayo se decidirá la composición de la Asamblea de Madrid, que será la que decida qué candidato será el próximo presidente de la Comunidad de Madrid. Sólo UPyD cuenta ya con cabeza de cartel: Ramón Marcos, apoyado en primarias por los afiliados al partido magenta. IU tenía candidata elegida en primarias, Tania Sánchez, pero se ha quedado sin ella por abandono de la ya exdiputada que ha preferido nadar en otras aguas que ella piensa que son mas poderosas, más bravas. La coalición, que puede desaparecer del mapa parlamentario si no sabe encontrar el equilibrio entre lo que parece nuevo y lo que es realmente caduco, tendrá que poner otro nombre en su cartel electoral. El PSM, que tenía a Tomás Gómez, también elegido en primarias, tendrá que buscar otro nuevo tras la decisión del PSOE de disolver los órganos de dirección atados a su secretario general y eterno aspirante a todo. Tampoco se conocen los candidatos de Podemos y Ciudadanos, que suenan como nuevas marcas parlamentarias, ni del PP, que tiene candidatos pero en la cabeza de Mariano Rajoy, al que algunos quieren hacer una radiografía para saber qué hay en su cerebro. Habrá candidatos, seguro, antes de mayo, pero a día de hoy, no hay nada de nada.

El pleno de la Asamblea de Madrid vuelve a celebrarse después de las largas vacaciones navideñas. Quedan cuatro plenos hasta el fin de legislatura. En mayo se celebrarán las elecciones. Esta sesión plenaria se celebra sin la presencia de Juan Barranco, vicepresidente de la Cámara regional hasta el 31 de enero y presidente del PSM hasta que se formalice la llegada de Pedro Zerolo a la Presidencia. El mismo día que se celebraba el aniversario de la muerte del exalcalde Enrique Tierno Galván, Barranco pasó de todo y de todos y anunció su abandono de la política. Su único cargo, el de amigo de sus amigos, entre los que seguro no están muchos de la dirección del PSM liderada por Tomás Gómez. Barranco se marcha asqueado de muchas cosas. El PSM anda tocado del ala mientras IU perfecciona su método de autodestrucción y está dispuesta al suicidio colectivo como en ‘La vida de  Brian’. Entre protagonismos de gente que se cree superior al resto de humanos y la pasividad de una vieja guardia incapaz de reaccionar por temor a que ganen los otros, la coalición se hunde en la miseria y se agarran a la hipocresía de los que perdieron la memoria y ahora no se acuerdan de que José Antonio Moral Santín era colega de todos y que no se recuerda que nadie criticase lo que ahora critican sobre Caja Madrid. El PP, como depende del dedo divino de Rajoy, no sabe no contesta, y UPyD, formación enamorada de sí misma y de Rosa Díez, trata de conquistar votantes que no entienden la situación estática de la dirección magenta.