Transparencia Internacional realizó un estudio para conocer el grado de opacidad de los parlamentos y resultó que la Asamblea de Madrid está entre los menos transparentes, con 5,1 puntos sobre 10. Se analizaron una serie de variables referidas al funcionamiento de las cámaras regionales, a sus relaciones con los ciudadanos y a la transparencia económico-financiera, y en el caso de la Asamblea, los resultados no son buenos. La transparencia parece interesar mucho a los partidos políticos cuando están en la oposición y menos cuando son gobierno, por razones obvias relacionadas con la escasa conciencia democrática de los que mandan. La oposición sacó pecho y el popular Iñigo Henríquez de Luna dijo que, aunque por lo pelos, se había obtenido un aprobado y que en los últimos meses se ha avanzado mucho en este terreno con la publicación del presupuesto de la Asamblea y de las retribuciones de los diputados, lo que supone un claro reconocimiento de la opacidad existente. Los datos de Transparencia Internacional son un duro varapalo para la totalidad de los partidos, ya que los que claman contra la falta de transparencia en una comunidad concreta gobernada por los adversarios, callan ante la opacidad en otro territorio gobernado por los suyos. La Asamblea de Madrid es un ente invisible para los ciudadanos, que no perciben la importancia de un Parlamento en el que se deciden multitud de asuntos que afectan a todos y, además, más opaco que transparente.
