Precampaña insustancial

Los candidatos de los partidos que aspiran a tener representación en el Parlamento regional van y vienen de un lado a otro para dar a conocer la sustancia de lo que proponen. Empleo no precario, servicios públicos de calidad en Educación, Sanidad, Servicios Sociales y Dependencia. Éstas son algunas de sus consignas para deslumbrar al posible votante, al que recomiendan que tenga claro que sólo hay dos modelos posibles, el que representa cada uno de ellos  y el de los contrarios. Este es el cliché del PP y del PSM. En la precampaña todo parece bastante insustancial y cercano a la banalización de la política. El socialista Tomás Gómez sorprendió con los carteles colgados de su sede de Callao. Primero apareció como «invictus» y luego colocó a la popular Esperanza Aguirre como condesa despedida de la Presidencia para que entre él.

La condesa de Gómez se quejó y llamó machista a «invictus» por meterse no con ella y sí con su marido, conde de Murillo. Poca sustancia para cocinar un plato parlamentario que estará lleno de trivialidades, si la política sigue siendo un juego de poder e influencia en el que las propuestas concretas ante las necesidades concretas de los ciudadanos son una serie de medidas que no hay porqué cumplir. Aguirre, que repite cada día que la razón principal para votar al PP es ayudar a echar al primo de «invictus» de la Moncloa, da la sensación de no tener mucha prisa en dar a conocer su programa por temor a que se descubra que abordará el principal problema, el paro, de manera similar a como lo está haciendo Zapatero. Gómez, que no para de alertar de los peligros que para los servicios públicos tendría un nuevo triunfo de su condesa, calla ante los recortes sociales venidos y los que están por llegar para combatir la crisis económica. Todo poco edificante e insustancial.

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