Para que España vuelva a crecer
Extractos del Artículo España 3.0, publicado en El País Negocios el 18 de agosto de 2012.
Cuando España se incorpora a la OCDE, en 1962, su PIB per capita era el más bajo de este selecto grupo, apenas 3.800 dólares. Cuando se incorpora a Europa, en 1986, lo había triplicado (casi 10.000 dólares). En 2012, y a pesar del resbalón de la crisis, todavía supera los 27.000 dólares, es decir, casi diez veces más que cuando se suma a la OCDE, y todavía tres veces más que cuando se sube al AVE europeo.
Para salir de nuevo a hombros tendremos que enfrentarnos a nuestros propios sueños y pesadillas. Las apuestas por la educación habrán de ser más firmes: hay yacimientos de empleo en ingeniería, por ejemplo, pero no producimos suficientes ingenieros. Las empresas se están rifando estos universitarios (en este sector apenas hay paro), pero entre 2003 y 2011 los universitarios inscritos en estas carreras no han aumentando, sino más bien todo lo contrario: ¡han bajado un vertiginoso 40%! No solo debemos incentivar más jóvenes hacia estas carreras, sino que también deberán hablar idiomas. En el mundo entero hay y habrá una fuerte demanda por ingenieros cualificados. ¿Qué esperamos para volcarnos en el fomento de estas vocaciones y carreras?
También tendremos que acabar con el toreo de salón que consiste en eludir una rotunda apuesta por la innovación a la surcoreana o la manera israelí. No valen recortes aquí, sino todo lo contrario. Es más: tendríamos que aprovechar la crisis para triplicar el esfuerzo en esta área. Si bien la apuesta pública es relativamente importante, donde pecamos es en materia de impulso a la innovación procedente del sector privado.
No dejemos que el miedo nos achique. Hay que saltar al ruedo; como lo hicieron en su día los que levantaron, desde la nada, multinacionales como Telefónica, Iberdrola, BBVA, Acciona o Santander. Si Amancio Ortega hubiese escuchado a los que nos decían a los europeos que el sector textil no era para nosotros, que nadie podría frenar a China, Inditex no sería lo que es hoy día: una de las multinacionales más exitosas, innovadoras y rompedoras de la era moderna.
El toreo de salón se acabó. Cuanto más rápido lo entendamos, mejor. Habrá que saltar al ruedo, como en el pasado, con valentía y temple. Y será, no cabe la menor duda, de nuevo una cuestión de esfuerzo colectivo e individual, público y privado, echándole valor y valores a esta reinvención de España.
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Vente a Gente
Parecería más lógico mirar dentro de España a aquellas comunidades que muestran un comportamiento mejor que la media para ver qué factores explican tal hecho. Una de tales realidades es la del País Vasco, que, según datos del INE referidos a 2011, presentaba el PIB per capita más elevado de España, la menor tasa de paro y un crecimiento económico que prácticamente duplicó la media española (1,3% frente al 0,7%). Los resultados de una investigación conjunta del IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) y Orkestra (Instituto Vasco de Competitividad) muestran dos hechos de especial relevancia. El primero, que la apuesta por la cualificación de la población y la contribución de esta al crecimiento de la productividad ha sido mayor en el País Vasco que en el resto de España y que, además —y al igual que Alemania—, se ha producido con un peso importante de los ocupados con cualificación intermedia. El segundo hecho, que los avances de la productividad en el País Vasco se han conseguido gracias a las mejoras en la eficiencia con que son utilizados los factores de producción, lo que lo desmarca claramente de España.El País Vasco ha efectuado una decidida apuesta por el sector energético y el manufacturero, en los que presenta, especialmente en el primero, notables ventajas. Por el contrario, su exposición a la industria de la construcción ha sido mucho menor. La diferencia en la especialización productiva va acompañada de otro rasgo distintivo no menos importante, la orientación del País Vasco a los mercados exteriores, a los que exporta 9.600 euros por habitante frente a los 4.500 de España. El País Vasco ha ido recortando, asimismo, el gran retraso que presentaba en materia de I+D, de modo que en 2010 alcanzó un porcentaje de gasto en I+D con relación al PIB del 2,1%, de los cuales el 77% es realizado por las empresas (frente al 1,4% y 52% de España, respectivamente).
No hay que inventar un nuevo sistema productivo, pero sí hay que poner las bases para que las empresas puedan desarrollar su actividad, facilitando los trámites, evitando exigencias excesivas y consiguiendo que fluya la financiación. Terminar con la restructuración bancaria y avanzar en la reforma de las Administraciones Públicas son condiciones necesarias, pero no suficientes. El Gobierno debe plantear soluciones imaginativas para poder impulsar el crecimiento y la creación de empleo.