Historico por Tag: micromachismos

Morbosas, segunda parte

22 Jul

«¿Has leído ‘La cama de Pandora‘?» Me preguntó un amigo bloguero recordando mi post Morbosas, en el que criticaba que las mujeres seguimos sin poder hablar en público sobre sexo de forma normalizada. Ayer me pasé por ese blog que se publica en El Mundo cuya autora (firma como Pandora Rebato) escribe con desparpajo sobre su copiosa vida sexual. Cuenta por ejemplo que en una feria del libro conoció a un poeta atormentado, se enrollaron, y en una edición posterior de la cita literaria, le hizo una mamada debajo de la caseta mientras él firmaba dedicatorias. Últimamente ha hablado de su escarceo lésbico en el Orgullo LGTB, frustrado porque tenía la regla; de una boda griega en la que folló con un invitado, el condón se rompió y tuvo que comprar la píldora del día después en el aeropuerto… Entretenido, vaya.

Me acordé de este blog tras descubrir otro de tono y contenidos similares, El sexo de Lucía, en la que su protagonista nos habla de la rabia que da escuchar a los vecinos follar (cuando tú no tienes plan), cuenta batallitas de sus amigas, y entre post y post nos vamos enterando de que ella (y en este caso firma con nombre y apellido) es mutiorgásmica, sólo hace mamadas a gente muy allegada, y le ponen un montón los pasamontañas. No seré yo la que critique a dos mujeres que hablan de sexo sin tapujos en sus blogs. De hecho, admiro su capacidad de lidiar con babosos. Lucía Martín transmite reiteradamente que sus lectores le piden que sea más explícita y escribe sobre e-mails que ha recibido para tomar un café o incluso para una sesión de comerse los morros (le indignó). Pandora tiene deshabilitada la opción de dejar comentarios (imaginaos el aluvión de burradas que habría) pero a cambio invita a la gente que le escriba e-mails.

Lo dicho, super a favor de que haya blogs en los que se hable de aventurillas sexuales en primera persona. Pero veo dos problemas. En primer lugar, ambos blogs están situados en comunidades (El Mundo y FronteraD) muy masculinizadas. Los tíos hablan de un montón de temas; las tías tienen un blog sobre sexo que en buena parte viene a satisfacer el morbo del público masculino (también del femenino, claro). El segundo problema que le veo es el tono: ambos blogs nos hablan de mujeres con una rica vida sexual, con pocos complejos, que se sienten en posición de aconsejar sobre cómo hacer una buena mamada, que alertan sobre los errores que deserotizan en la cama (dejarse puestos los calcetines, y demás), y que meten mucha caña a los hombres (Martín lo reconoce en alguno de sus posts). (más…)

Orgullo

28 Jun

Cartel de MDMA y Cadáver insurrecto para anunciar la mani de Bilbao

 

Post rápido antes de ir a la manifestación, para desearos un feliz Día de la Libertad Sexual.

Lo que me apetece decir al respecto lo he escrito en un artículo que he publicado dentro del especial 28J de Pikara Magazine. Por cierto, si pensáis que ya no hay homofobia, os recomiendo que leáis el artículo de Itziar Ziga, sobre las nuevas caras de la lesbofobia, basado en los ataques que ha sufrido últimamente. En mi artículo, ¿Qué se me ha perdido en el Orgullo?, abogo por que todas las personas entendamos que el heterosexismo nos limita, también a quienes se definen como heteros.

Por cierto, GranadianWeirdo ha tuiteado lo siguiente: «Sólo me responden mujeres a lo de LGTB. Los demás… Vaya que os tomen por maricas eh? Si al fin y al cabo sí que hace falta un 28J». Efectivamente, y como bien explica Oscar Guasch, homofobia no es sólo sentir conscientemente desprecio hacia los homosexuales. También es el miedo a que nos tomen por marica, y que lleva a no abrazar a un amigo, a descartar el sexo anal, a juzgarse a sí mismo cuando se excita pensando en otro hombre, y a no expresarse en público en una fecha como el 28J. Es cierto que son muchos los hombres que respetan a los homosexuales. El paso siguiente es que entiendan cómo la homofobia les afecta en la construcción de su propia identidad y sexualidad. Y si no estáis de acuerdo, una buena forma de discrepar sería que os unáis a la celebración del orgullo.

Por último, así como en otra ocasión cuestioné a Bildu, hoy me toca agradecer que haya aprovechado esta fecha para volver a pedir la derogación de la Ordenanza del Espacio Público de Bilbao, que prohíbe mantener «relaciones sexuales incívicas» (sea lo que sea eso) en la vía pública.

Y ahora sí, toca prepararse para la mani.

Trágatelo tuti

13 Jun

 

El zapatero del barrio pega un impúdico repaso a Bea

 

«¡Parecen cubanas!», nos suelta un mulatón despampanante que pesca en una playa paradisíaca en calzoncillos blancos de Dolce y Gabanna. Nos morimos de la risa. Nos han tomado por alemanas, italianas, francesas, rusas… Y pretende que nos creamos que parecemos cubanas, luciendo palidez rojiza en bikini. Se pasará el resto del día cortejándome: «Qué cuerpito más lindo tienes. ¿Tú eres modelo en Bilbao? Pues deberías». Y me susurra en el mismo tono confidencial en el que me ha ofrecido cocinarnos pescado (lo cuál es ilegal): «Vente a caminar conmigo. Vamos a bañarnos juntos». Yo le digo que ni de coña, que él flipa. Y me contesta: «No, si yo no quiero follal (los cubanos no dicen «follar», sólo cuando quieren dárselas de hablar nuestro idioma), eso está en vuestra cabeza, que no pensáis en otra cosa. Yo sólo quiero jugal«. (más…)

Me dicen que Bildu es feminista (y me entra la risa)

10 May

Hemos preguntado en el Facebook de Pikara Magazine si alguien sabe de algún otro partido feminista que se vaya a presentar en el Estado español a las próximas elecciones. Estamos casi seguras de que no (porque nos hubiéramos enterado), pero no está de más tantear antes de afirmar que Plazandreok es el único partido feminista en estas elecciones. Dos personas (una por Facebook y otra por Twitter; una mujer, el otro hombre) han respondido que Bildu también es feminista. La mujer también ha citado a Aralar. No era procedente contestar como Pikara Magazine. Como Mari Kazetari, os diré que me ha entrado la risa.

La foto de arriba es de las primeras que salen al buscar Bildu en Google Imágenes. Podría haber elegido cualquier otra. En todo caso, no soy la única a la que le chirrió ver que en las celebraciones por la aprobación de todas las listas, las caras visibles eran de hombres. Feministas que van a votar a Bildu han lamentado su imagen testosteronizada. Alternatiba y la izquierda abertzale tienen discursazo feminista. No he leído sus propuestas en materia de género pero seguro que me encantan. Piden asesoramiento al movimiento feminista. Se han aprendido el léxico y las reivindicaciones estupendamente.

En cambio, ni los unos ni los otros han mandado una mujer a ninguna de las reuniones de la plataforma contra la Ordenanza del Espacio Público a las que he asistido. Fue uno de la izquierda abertzale el que me soltó que la represión contra las prostitutas no es algo estructural; y que sí lo es que ellos no puedan poner mesas informativas en la calle. Y, en fin, si os digo: «Un, dos, tres, responda otra vez: ¿mujeres líderes en la izquierda abertzale?», apuesto a que a poca gente se os ocurrirá a bote pronto alguien más que Jone Goirizelaia.

Un día me reuní en SOS Racismo con Alternatiba. El plan era hacer un primer contacto para que se presentasen y nosotras les hablásemos de nuestro trabajo y nuestras reivindicaciones. Vinieron una mujer y un hombre. Diría que el hombre habló el 80% del tiempo. Y hablaba de feminismo. Cuando me tocó hablar a mí, pocas veces he sentido más claramente que por parte de ese tío que no le interesaba lo más mínimo lo que le estaba contando, que él ya me había vendido su moto y punto pelota.

Respecto a Aralar, la ausencia de mujeres en Kalea guztiona da también va por este partido.  Aintzane Ezenarro es una figura fuerte. Fue la única mujer entre quienes optaron a lehendakari en las últimas elecciones. Eso hay que valorarlo. Pero los otros líderes visibles también son hombres.

Alguien me pondrá a parir porque critique a estos partidos y no a otros. Las candidatas del PP tanto a la Alcaldía de Bilbao como a las Juntas Generales son mujeres. En su caso, la presencia está garantizada, pero es obvio que no sirve de mucho (más que el síntoma de normalidad que supone que se elija a mujeres como cabezas de lista) si esas mujeres defienden tesis reaccionarias. El PSOE y el PNV, ni convicción feminista, ni demasiada presencia. Y de Ezker Batua, con el debido respeto, yo ya ni hablo.

Total, que como bien dicen mis queridas compañeras de Plazandreok, paridad no es lograr que las mujeres seamos la mitad en política (y eso tampoco se consigue) sino que nuestras necesidades e intereses se tengan en cuenta en todas las políticas. Y como bien dicen, son las feministas las que pueden garantizar que eso sea así, porque son las que creen en ello. Pero claro, el único partido feminista en estas elecciones se presenta sólo en una ciudad y en una provincia. ¿Qué hacer en el resto? Pues cada una verá si pasar de todos o si apoyar a los que creen tenerlo claro y meterles caña para que en el día a día apliquen el discurso, para que los hombres enamorados de sí mismos se callen un poquito y se pongan en la segunda fila. Y para que las mujeres inseguras se sientan respaldadas y empoderadas como para ocupar el sitio que se mercen.

Allá cada cuál, vaya (así como admití abiertamente que el anterior post tenía como objetivo hacer propaganda a Plazandreok, este es Mari Kazetari independiente). Eso sí: me quedo con las ganas de que marujeemos un poco sobre las elecciones. ¿En qué os vais a basar para votar? ¿Sois de abstención sin complejos, de voto útil o de partido pequeño? ¿Veís que algún partido se crea y ponga en práctica de verdad los postulados feministas?

Nota final: Ando a tope y no he podido actualizar el post sobre Bildu. Evidentemente, me alegro muchísimo de la decisión del Tribunal Constitucional. Lo contrario hubiera sido terrible. Y me alegro por las personas que por fin van a poder ejercer su derecho a voto, porque por primera vez en años no han ilegalizado a la formación con la que se identifican. Pero vaya, si alguien ha empezado a seguirme aquí, en Twitter o Facebook por creer que soy una incondicional, imagino que se decepcionará con este post y que me caerá algún unfollow.

¡¡¡¡¡A jugarrrrr!!!!

9 Oct

De entre todas las desigualdades de género, una de las que más lamento es la disposición a jugar. Observad a parejas con un poder adquisitivo medio-alto a vuestro alrededor: ¿a que a menudo él invierte su dinero y su tiempo en jugar? Se me ocurren: un estudio de fotografía en casa, festivales de música, playstation, club de aviación, campeonatos de mus, una harley, paintball, comprar guitarras…

 

Cuando he preguntado cuáles eran las aficiones de sus compañeras, me hablaban de cosas prácticas como la restauración de muebles, y se daban cuenta de que gastaban mucho menos tiempo y dinero en ellas. Por ejemplo, ¿qué porcentaje de quienes compran avioncitos y barquitos son mujeres? Salvo esas horrorosas muñecas de porcelana, casitas de muñecas y pijadas similares, los fascículos de coleccionista se dirigen a los hombres. Las mujeres quedamos para hacer footing o nos apuntamos juntas a bailar o a aerobic. El principal objetivo: mantenernos en forma. Muchos hombres adultos, en cambio, siguen quedando para echar un partidito de fútbol, baloncesto, squash o lo que sea. Juegan.

 

Ese aprendizaje empieza muy pronto: el famoso anuncio de Max Center en el que el niño juega abstraído con un cohe y la niña posa a cámara barbie en mano es como la vida misma. Además, los juguetes sexistas que nos tocan sirven para aprender a hacer «cosas de mujeres»: cuidar bebés, planchar, barrer, cocinar, tejer, lucir modelitos… Y cuando nos convertimos en mujeres, teniendo una doble jornada laboral y unos hijos e hijas de los que estar pendientes, como que no es plan dejar ese deber de lado para irnos a jugar. Incluso cuando no tenemos responsabilidades familiares, se nos hace raro dedicarnos al disfrute lúdico, más allá de lo que tiene que ver con mantenernos deseables (ir de compras, las sesiones de belleza…) 

También hay un componente de autoexigencia: si la fotografía no es lo nuestro, ¿cómo vamos a gastar cientos de euros en una cámara? No se nos ocurre que disfrutar con ella sea un motivo de sobra. Más aún, a las mujeres nos cuesta más, por lo general, hacer el payaso. Pensad en una reunión familiar o de amistades: ¿acaso no son los hombres los que aportan la vis cómica en la mayoría de los casos? ¿Cómo es que los hombres son más dados a contar chistes? Y cuando se trata jugar con una criatura, ¿quién juega más a lo loco, tirándose por los suelos, saltando, convirtiéndose en niño por unos minutos?

Creo que debemos tomarnos esta cuestión tan en serio como otras aparentemente más cruciales. Ya sabéis que últimamente hay muchos cursos de crecimiento personal dedicados a que cada quien conecte con su niño interior. El problema es que no suelen tener perspectiva de género. Os animo a que este puente os propongáis hacer algo cien por cien lúdico que normalmente no os permitáis hacer. Y a los chicos, os pido que acompañéis a las mujeres de vuestra vida en ese proceso, dándoles el tiempo y el espacio que necesitan. ¡Disfrutad!

Héroes

6 Sep

A riesgo de ir de listilla, al leer las últimas noticias sobre Jesús Neira no puedo evitar pensar: «Ya lo decía yo…» Recapitulemos: Neira es ese ciudadano que intentó defender a una mujer que estaba siendo maltratada por su compañero sentimental en plena calle, y éste le pegó tal paliza que le dejó en coma. Ahí empezó la moda del héroe como figura protagonista en el tratamiento informativo a la violencia machista.

 

Neira tuvo tanto tirón mediático (ayudado por el espectáculo bochornoso de la agredida, Violeta Santander, en Salsa Rosa, defendiendo a su novio) que el Gobierno de Esperanza Aguirre no dudó en ponerle al mando de un nuevo Observatorio Regional contra la Violencia de Género. No por estar formado en ese campo, ni por su militancia a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, sino por ser un héroe nacional. Y de aquellos polvos, vienen estos lodos: Neira pillado conduciendo de forma temeraria ebrio.

 

La propia ministra de Igualdad, Bibiana Aído, se pasó de efusiva, diciendo cosas como que «Neira no sólo defendió a una mujer maltratada; defendió nuestra dignidad como sociedad», «es un ejemplo de que algo está cambiando en la sociedad española», o «es mucho mas que un símbolo de ciudadanía del que nos sentimos orgullosos». Pero el condecorado héroe salió rana. No tardó en frecuentar las tertulias de Intereconomía, donde hizo gala de su conservadurismo, sexismo y mala educación, mofándose, por ejemplo, de las hijas de Zapatero aludiendo a su físico. Ahora ha pasado de las palabras a los actos, exhibiendo dos de los problemas de género de los hombres: la conducción temeraria y el abuso del alcohol. 

En su día, en mi viejo blog, di la razón a Elvira Lindo, quien advirtió que cuando algo que debiera de ser considerado un gesto de responsabilidad cívica se eleva a la categoría de heroicidad, se propicia que muchos miren hacia otro lado, por preferir consevar su integridad física que ser coronados como héroes. Yo subrayé además que la figura de héroe no ayuda a luchar contra la violencia sexista, ya que es un símbolo clave de la masculinidad hegemónica. Al de poco, se conoció que otro de estos héroes que intervino en una agresión machista, tenía antecedentes precisamente por malos tratos.

Repito por tanto que para avanzar hacia unas relaciones de pareja igualitarias y libres de violencia es imprescindible deconstruir el modelo de masculinidad hegemónica que ilustra la figura del héroe. No es precisamente la valentía el valor que hace falta visibilizar y premiar en los hombres. El compromiso contra la violencia de género no se demuestra con esos grandes gestos de pacificador, sino en el día a día: no tolerando discriminaciones por razón de sexo en nuestro entorno, apoyando a las mujeres que sepamos que son víctimas de malos tratos, llamando a la policía si presenciamos una agresión… Y, sobre todo, empezando por revisar las actitudes de dominación que mantenemos en nuestras propias relaciones.

A ver si entendemos de una vez que las agresiones físicas y los asesinatos son la punta del iceberg. No necesitamos héroes por un día, sino hombres humildes, sensibles, que se permiten sentir miedo en un momento de conflicto y reaccionan pidiendo ayuda. Hombres que nos apoyen en todo momento. O en casi todo momento, vaya, porque la pretensión de infabilidad también es un rasgo de la masculinidad hegemónica. No necesitamos que nos salven, sino que nos respeten.

De lo personal y lo estructural

30 Jun

Hoy -como cada día varias veces, claro- con el patriarcado he topado. Ha sido en un espacio aparentemente amable pero que las feministas que nos movemos en él sabemos que puede llegar a ser tan hostil como una sociedad gastronómica: los movimientos sociales. Participo como integrante de SOS Racismo en la plataforma Bilbon Kaleak Aske, formada por unos 70 colectivos de lo más diversos, unidos contra la Ordenanza del Espacio Público. Si alguna persona de la plataforma lee esto, va desde el cariño. 

Os hablé de que la ordenanza prohibe el sexo en la calle: tanto mantenerlo como ofertarlo y demandarlo. Pretende así quitarse del medio a las prostitutas de calle que tanto afean la ciudad del Guggen, o al menos tranquilizar a quienes no las quieren cerca de sus negocios y propiedades. La plataforma Bilbon Kaleak Aske defiende que la polémica de la prostitución ha servido para colar toda una serie de artículos que limitan hasta el absurdo el uso del espacio público: comer y beber, repartir periódicos, recoger firmas, jugar, tocar, patinar, etc. Es cierto y hay que romper con esa cortina de humo, pero no es menos cierto que las consecuencias que la norma tendrá sobre las prostitutas serán mucho más dramáticas que el hecho de no poder jugar al frisby en el parque.

Hoy hemos tenido reunión y he criticado que en los últimos actos realizados no se ha hablado de la prostitución. He reclamado que en próximas intervenciones se lance un mensaje claro de apoyo y solidaridad hacia las mujeres que la ejercen en la calle, apelando a la grave situación en la que se encuentran.

Uno de los reunidos (por cierto: yo era la única mujer) me ha contestado que entiende que la prostitución es un problema grave, por cómo afecta a las personas que se dedican a ello, pero que otras restricciones de la Ordenanza son «problemas estructurales». Es decir: que los y las bilbainitas blanquitas no podamos usar la calle para el encuentro, el disfrute y la reivindicación es un problema estructural. Pero que esas otras bilbaínas, las negras, las sin papeles, las más expuestas a la discriminación, la estigmatización y la explotación, sean hostigadas por la policía, multadas, agredidas (que se lo pregunten a las de Barcelona), detenidas e incluso expulsadas, es un problema personal.

Una vez más, lo que preocupa a los hombres es universal; lo que preocupa y afecta a las mujeres es un problema personal, de las mujeres. Si con los hombres progresistas que se declaran a favor de la igualdad andamos así, que Simone de Beauvior nos llene de paciencia, porque esto va para muuuuuuy largo.

Por qué me resisto a hablar sobre el velo

15 May

Me dice Yassin que hable sobre el velo y sus deseos son órdenes. Es broma, pero sí que me ha picado porque si escribo sobre ello conoceré su opinión. Y me interesa. 

Me resisto a hablar sobre el velo para no alimentar esta fiebre estúpida e injusta. Desde hace cosa de un mes, todos los días se publica al menos un texto ligado al velo en la mayoría de periódicos. Todo el mundo tiene algo que decir sobre el hecho de que un porcentaje mínimo de las mujeres que residen en España decidan (con mayor o menor margen de libertad; con mayor o menor grado de presión) cubrirse la cabeza con el hiyab. Algunas lo hacen por obediencia a Alá, otras por reafirmar su identidad en una Europa cada vez más islamófoba, otras por tradición acrítica, otras por estética, otras por obediencia a su familia o a su marido, otras por llevar la contraria…

Probablemente haya un motivo por cada mujer. Pero eso no interesa mucho en la prensa. En la prensa las mujeres se dividen entre las que se lo ponen voluntariamente y las que lo hacen obligadas. A las primeras les explicamos que están equivocadas y que están siendo cómplices del machismo. Les exigimos que se integren. De las segundas nos compadecemos y llamamos a salvarlas del infierno misógino del Islam. Luego se aprueba una Ley de Extranjería injusta e inhumana, y la gente no protesta, porque la cara que ponen a la inmigración es esa que muestran los medios: un musulmán potencialmente terrorista que somete a sus mujeres y puede que llegue a violar a las nuestras. Y para colmo cobra la renta básica, esa que pagamos los contribuyentes.

Este tema me daría para escribir muchas páginas así que me voy a limitar a recordar que es tremendamente útil dirigir la mirada de la opinión pública a los otros y las otras. A la propia opinión pública le complace analizar la miseria ajena para olvidarse de la propia. Rescato las palabras de Fatema Mernissi explicando que si en Oriente se controla a las mujeres a través del espacio (velándolas en público), en Occidente se nos controla a través del tiempo: imponiéndonos el ideal de belleza de la eterna juventud. No conviene comparar directamente pero sí entender que el hiyab no es más que una manifestación más de la desigualdad universal ente mujeres y hombres. Mientras nos obsesionamos con un síntoma, nos olvidamos de la enfermedad.

No me convence del todo recurrir a lo de que las monjas usan velo y nadie les dice nada. No es válido porque no se está comparando a iguales. Dice Mernissi que el harén de las mujeres occidentales es la talla 38. Efectivamente, me parece más útil comparar el revuelo que levanta el que una mujer se cubra la cabeza con la normalidad con la que percibimos el uso del cuerpo femenino como reclamo social, afectivo, comercial, etc. Y no el cuerpo femenino real, sino el adelgazado a base de la dieta de la alcachofa, liposuccionado en unas zonas, recauchutado en otras, y embutido en una talla imposible. Es insultante ver al Gran Wymoning en traje con la copresentadora rubia con un minivestido y taconazos. A la gente progre que se lamenta por las árabes no les inquieta que una chica de 15 años sienta que exhibir su cuerpo es clave para ser reconocida. Daros una vuelta por los bares de adolescentes y nunca veréis tanto minishort junto. ¿Lo eligen o les obliga la sociedad? Pues las cosas no son blancas o negras.

Por eso, más que el argumento de las monjas, me convenció un articulista de Berria, cuando lanzó la cuestión de que en muchos colegios concertados se impone un uniforme que para los chicos es de pantalón (pudiendo ser largo) y para las chicas una falda por encima de la rodilla y calcetines que dejan al descubierto sus muslos púberes llueva o nieve. A esas chicas sí que se les impone una prenda de forma discriminatoria. Y nadie alza la voz contra ello. (Bueno, en el cole de mi primo realizaron una acción de protesta vistiendo los chicos falda y las chicas pantalones).

Eso es lo que quiero decir sobre el velo.

True love

7 May

Chicas: ¿con cuántos años empezasteis a imaginaros cómo sería vuestra boda? Yo ni lo recuerdo. Sí que sé que he estado diseñando mentalmente el vestido de novia desde que tengo uso de razón, y que siendo adolescente hacía listas de invitados y de los nombres que me gustaban para mis futuros hijos. 

Ahora que el tema del hiyab está hasta en la sopa (me estoy reprimiendo escribir sobre ello para no contribuir a tal sobredimensión de un mero síntoma de desigualdad), me apetece citar sólo uno de los velos de los que nos nubla la razón y nos resta autonomía en Occidente: el amor romántico. Aunque hemos logrado que los medios de comunicación visibilicen la violencia de género, todavía no hemos conseguido que se cuestione el mito de amor romántico como germen de la violencia, o que se critique que a las niñas se las siga enseñando a soñar con su príncipe azul. Ese que las salvará y por el que lo dejarían todo. Pero poco a poco nos quitamos el velo, o lo vamos intentando. Me gusta la teoría de expertas en violencia como Norma Vázquez de que detrás de una mujer asesinada no hay una víctima (en el sentido de pobrecita), sino una rebelde que un buen día dijo «no», «basta», «te dejo», y lo pagó caro.

Hoy han empezado los encuentros de jóvenes feministas de Euskal Herria en Hernani. (Gora gazte feministak!) Mañana, entre otras cosas, hay un debate sobre autodefensa feminista, talleres sobre pantojismo (para parodiar el amor romántico) y poliamor (para reflexionar sobre modelos alternativos de relacionarse). Espero crónicas de quienes participéis. Lo dicho: poco a poco somos más las que intentamos con más o menos éxito quitarnos ese velo. Para celebrarlo, un magnífico corto que disfruté en Momo Dice, y la versión de Pipilotti Rist de Wicked Love. Porque ya sabes que sin ti… soy yo.

Actualización:

Las blogueras feministas estamos cada vez más conectadas. Publico esto y al de cinco minutos me encuentro con que la sexóloga Mónica Quesada ha publicado dos canciones imprescindibles contra el mito del amor romántico.

– Un clásico: Libre te quiero, de Amancio Prada
– Pa’ rumbear: Bellas, de Canteca de Macao

¿Se os ocurren más?

Cierra las piernas

27 Abr

En Navidades fui al PIN (Parque Infantil de Navidad) con mi hermano de 7 años. Había una niña más pequeña que él haciendo cola para las camas elásticas. Llevaba un minivestido vaquero sin medias. Era una niña inquieta; o sea, una niña. Su madre no paraba de abroncarla: «Cierra las piernas, no saltes así, que se te ve todo». Punto número uno: ¿a quién se le ocurre poner a una niña un vestido vaquero para ir al PIN? ¿No conoce esa madre ese gran invento llamado chándal? No, el chándal lo llevaba mi hermano. Buena parte de las niñas iban de lazo, camisita y pichi. Punto número dos: ¿a qué clase de mente enferma le preocupa (considera inapropiado o incluso obsceno) que a una niña pequeña se le vean las bragas?

 

Cuento mucho esta anécdota como ejemplo de cómo a las mujeres se nos reprime y constriñe desde pequeñas. Es difícil ser intrépida y ágil si te visten a lo María Antonieta. El resultado: la niña del anuncio de Max Center es de lo más realista. Mientras su amigo disfruta jugando, ella cierra las piernas y posa para la cámara con su Barbie. 

Son más los mensajes que recibimos: compórtate, no montes escenas, no camines sola… Ten miedo, no te expreses, céntrate en complacer. De eso habla (o con eso me quedo) una canción de las maravillosas Ditty Boops que a mí me alegra el día. Y, sobre todo, nos llama a transgredir esas normas, hablar bien alto, escucharnos, pedir un deseo y seguir lo que nos dictan nuestros sueños. Disfrutadla: