Historico por Tag: libertad sexual

Acosados

30 Ago

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En La Habana solíamos ir por las noches a tomar una cerveza en el Malecón (uno de los mayores placeres que he experimentado). Para ello, pasábamos por una gasolinera convertida en punto de encuentro gay, en la que se apelotonaban a beber y ligar un porrón de jóvenes, en un ambiente un tanto sórdido. Nos fundíamos con la muchedumbre para comprar cervezas en la tiendita y nuestro amigo cubano, Álex (el mulato apuesto del que os hablé, que aquí definiríamos como metrosexual) se ponía rígido como un palo. Yo ni me enteraba, pero al parecer tenía que aguantar un buen número de comentarios.

Uno de los días le sacamos el tema y nos dijo: «Yo no tengo nada contra los gays pero [ya sabéis, el pero al que siempre sigue un prejuicio] que me dejen tranquilo, que no me hablen ni me toquen». Le contesté que se imaginase ese tipo de acoso todos los días del año, todos los años de su juventud, y sabría cómo nos sentimos nosotras. En Cuba los piropos, los comentarios burdos, los besitos, el marcaje, las miradas lascivas, eran constantes, e intentábamos que no nos amargasen el viaje. Cuando poníamos mala cara o contestábamos, el tío en cuestión nos venía a decir que tendríamos que estar agradecidas de recibir halagos. Lo que nos faltaba era aguantar las quejas de un chico que se enfrenta durante dos minutos al día a algo ligeramente similar. Creo que le hizo pensar.

En mi anterior blog os narré una escena de la serie The L Word en la que una de las protagonistas emplazaba a un colega impresentable que había violado su intimidad a que se escribiera «Fóllame» en el pecho, saliera así a la calle con una sonrisa en la boca y diera las gracias a quien le dijera algo. «Y entonces, jodido cobarde estúpido, sabrás lo que es ser una mujer». Si lo puse entonces es porque no tengo que irme a Cuba, en mi barrio también aguanto comentarios a diario, y lo definí como violencia de baja intensidad (sobre todo cuando te obliga a cambiar de ruta o cuando sientes miedo porque caminas sola de noche y un tío te sigue diciéndote cosas; algo que me pasa a menudo). Hoy encuentro en Facebook el vídeo que os pongo arriba, en el que se recrea la situación de un chico que recibe comentarios lascivos de todas las chicas con las que se cruza. Ojalá estas iniciativas para generar empatía sirvan de algo, aunque me temo que el vídeo no llegará precisamente a los que acostumbran a lanzar besitos por la calle.

Por seguir con la buena racha de comentarios: ¿vosotras qué hacéis ante esas situaciones? ¿Ignoráis los comentarios, os ponéis bordes, recurrís al humor…? ¿Y vosotros os habéis visto en alguna situación que os haya permitido empatizar con las mujeres que sufren acoso en la calle?

Censura

4 Ago

Foto de Sergio Parra censurada por el Festival de Mérida

 

Confieso que este post no es más que un pretexto para colgar la foto que ha decidido retirar la dirección del Festival de Mérida y que me tiene embelesada. Se trata de una de las obras de Sergio Parra que componen la exposición Camerinos, que muestra a actores y actrices preparándose para salir a escena. Se ve que la dirección recibió unos 200 e-mails de personas molestas con la imagen de Asier Etxeandia desnudo y cubriéndose el pene con la imagen de un cristo. (más…)

Morbosas, segunda parte

22 Jul

«¿Has leído ‘La cama de Pandora‘?» Me preguntó un amigo bloguero recordando mi post Morbosas, en el que criticaba que las mujeres seguimos sin poder hablar en público sobre sexo de forma normalizada. Ayer me pasé por ese blog que se publica en El Mundo cuya autora (firma como Pandora Rebato) escribe con desparpajo sobre su copiosa vida sexual. Cuenta por ejemplo que en una feria del libro conoció a un poeta atormentado, se enrollaron, y en una edición posterior de la cita literaria, le hizo una mamada debajo de la caseta mientras él firmaba dedicatorias. Últimamente ha hablado de su escarceo lésbico en el Orgullo LGTB, frustrado porque tenía la regla; de una boda griega en la que folló con un invitado, el condón se rompió y tuvo que comprar la píldora del día después en el aeropuerto… Entretenido, vaya.

Me acordé de este blog tras descubrir otro de tono y contenidos similares, El sexo de Lucía, en la que su protagonista nos habla de la rabia que da escuchar a los vecinos follar (cuando tú no tienes plan), cuenta batallitas de sus amigas, y entre post y post nos vamos enterando de que ella (y en este caso firma con nombre y apellido) es mutiorgásmica, sólo hace mamadas a gente muy allegada, y le ponen un montón los pasamontañas. No seré yo la que critique a dos mujeres que hablan de sexo sin tapujos en sus blogs. De hecho, admiro su capacidad de lidiar con babosos. Lucía Martín transmite reiteradamente que sus lectores le piden que sea más explícita y escribe sobre e-mails que ha recibido para tomar un café o incluso para una sesión de comerse los morros (le indignó). Pandora tiene deshabilitada la opción de dejar comentarios (imaginaos el aluvión de burradas que habría) pero a cambio invita a la gente que le escriba e-mails.

Lo dicho, super a favor de que haya blogs en los que se hable de aventurillas sexuales en primera persona. Pero veo dos problemas. En primer lugar, ambos blogs están situados en comunidades (El Mundo y FronteraD) muy masculinizadas. Los tíos hablan de un montón de temas; las tías tienen un blog sobre sexo que en buena parte viene a satisfacer el morbo del público masculino (también del femenino, claro). El segundo problema que le veo es el tono: ambos blogs nos hablan de mujeres con una rica vida sexual, con pocos complejos, que se sienten en posición de aconsejar sobre cómo hacer una buena mamada, que alertan sobre los errores que deserotizan en la cama (dejarse puestos los calcetines, y demás), y que meten mucha caña a los hombres (Martín lo reconoce en alguno de sus posts). (más…)

Beldur barik

6 Jul

Ilustración de Alterna, sacada de su blog http://alter-nati-va.blogspot.com

Esta vez no fue una soledad elegida. Pero la experiencia ha sido igual de empoderadora y liberadora que cuando he viajado sola. El sábado llevé a cabo otra pequeña transgresión: ir a un concierto sola. Y no a cualquier concierto, sino a uno de reggaeton cubano. Gente de Zona fue nuestra banda sonora en Cuba. Ya es casualidad que un mes después de mi regreso actuasen en Bilbao. Pues hay más: el mismo día del concierto coincidí con los músicos de Gente de Zona en un avión y fuimos charlando. Tenía pensado ir al concierto con dos amistades, pero a última hora cancelaron por distintos motivos. Podía quedarme en casa frustrada o irme sola. Y me decanté por lo segundo.

Ir de fiesta en solitario es un tabú, más aún en una cultura en la que no somos especialmente sociables. Cada quien sale con su cuadrilla e interactúa lo justo, y casi siempre con la intención de ligar. Creo que casi cualquier persona tiene reparos en salir sola, por el miedo a aburrirse y por el miedo a parecer algo patética. En el caso de las mujeres, se suman dos temores más: el de sufrir algún tipo de agresión sexista y el de ser juzgada, el miedo al qué dirán. Creo que son los dos miedos más potentes que nos meten hasta el tuétano. El miedo a la violación, el terror sexual, nos condiciona hasta a la hora de caminar del metro a casa. Y el miedo a que te tachen de puta parece más liviano, pero por mucho que una intente, sigue pesando. (más…)

Orgullo

28 Jun

Cartel de MDMA y Cadáver insurrecto para anunciar la mani de Bilbao

 

Post rápido antes de ir a la manifestación, para desearos un feliz Día de la Libertad Sexual.

Lo que me apetece decir al respecto lo he escrito en un artículo que he publicado dentro del especial 28J de Pikara Magazine. Por cierto, si pensáis que ya no hay homofobia, os recomiendo que leáis el artículo de Itziar Ziga, sobre las nuevas caras de la lesbofobia, basado en los ataques que ha sufrido últimamente. En mi artículo, ¿Qué se me ha perdido en el Orgullo?, abogo por que todas las personas entendamos que el heterosexismo nos limita, también a quienes se definen como heteros.

Por cierto, GranadianWeirdo ha tuiteado lo siguiente: «Sólo me responden mujeres a lo de LGTB. Los demás… Vaya que os tomen por maricas eh? Si al fin y al cabo sí que hace falta un 28J». Efectivamente, y como bien explica Oscar Guasch, homofobia no es sólo sentir conscientemente desprecio hacia los homosexuales. También es el miedo a que nos tomen por marica, y que lleva a no abrazar a un amigo, a descartar el sexo anal, a juzgarse a sí mismo cuando se excita pensando en otro hombre, y a no expresarse en público en una fecha como el 28J. Es cierto que son muchos los hombres que respetan a los homosexuales. El paso siguiente es que entiendan cómo la homofobia les afecta en la construcción de su propia identidad y sexualidad. Y si no estáis de acuerdo, una buena forma de discrepar sería que os unáis a la celebración del orgullo.

Por último, así como en otra ocasión cuestioné a Bildu, hoy me toca agradecer que haya aprovechado esta fecha para volver a pedir la derogación de la Ordenanza del Espacio Público de Bilbao, que prohíbe mantener «relaciones sexuales incívicas» (sea lo que sea eso) en la vía pública.

Y ahora sí, toca prepararse para la mani.

Trágatelo tuti

13 Jun

 

El zapatero del barrio pega un impúdico repaso a Bea

 

«¡Parecen cubanas!», nos suelta un mulatón despampanante que pesca en una playa paradisíaca en calzoncillos blancos de Dolce y Gabanna. Nos morimos de la risa. Nos han tomado por alemanas, italianas, francesas, rusas… Y pretende que nos creamos que parecemos cubanas, luciendo palidez rojiza en bikini. Se pasará el resto del día cortejándome: «Qué cuerpito más lindo tienes. ¿Tú eres modelo en Bilbao? Pues deberías». Y me susurra en el mismo tono confidencial en el que me ha ofrecido cocinarnos pescado (lo cuál es ilegal): «Vente a caminar conmigo. Vamos a bañarnos juntos». Yo le digo que ni de coña, que él flipa. Y me contesta: «No, si yo no quiero follal (los cubanos no dicen «follar», sólo cuando quieren dárselas de hablar nuestro idioma), eso está en vuestra cabeza, que no pensáis en otra cosa. Yo sólo quiero jugal«. (más…)

A Rihanna le va el bondage

19 Abr

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El otro día me quedé de piedra al ver el vídeo SM de Rihanna. Como su nombre indica, sale representando diversas prácticas de SMDB (sadomasoquismo, dominación y bondage), con lo que vemos escenas más propias de un festival de posporno que de la MTV. Mientras veía a Rihanna transitando entre la dómina y la pin-up atada, volví a dar vueltas a una pregunta recurrente: ¿que las divas del pop representen prácticas no normativas es algo a celebrar o es una forma de que el sistema las digiera y pierdan por tanto su carácter subversivo? ¿Que Lady Gaga se magree con una butch en su videoclip (minuto 1’50» en el vídeo de abajo) aporta a la visibilidad lésbica?

Como con Sexo en Nueva, yo soy optimista. No podemos pedir a nuestras jóvenes que se aficionen a las riot girls. Pues si hay que elegir entre lo comercial, prefiero que canten «no me vuelvas a llamar, que voy a estar bailando» a que babéen por Carlos Baute y su «quien te quiere y te cuida». Y lo cierto es que Lady Gaga y Beyoncé envenenando a un maromo y después fugándose juntas parece sacado de un libro de Virginie Despentés. Vale, son puro marketing, provocación vacía y frívola… Pero menos da una piedra, ¿no? En fin, no tengo claro si es percibido como algo meramente estético: ¿unas adolescentes que se morrean emulando a su ídolo, serán menos lesbófobas? ¿Estarán vacunadas de discriminar a la marimacho de clase, por ejemplo?

Lady Gaga y Rihanna son recientes como para sacar conclusiones, pero ¿qué hay de Madonna? ¿Podemos concluir que ha hecho una aportación interesante a la defensa de la libertad y la diversidad sexual? Pregunto.

Actualización:

He tuiteado un ejemplo que me parece bueno: «Las Spice Girls eran cutres pero algo de empoderamiento había. Llegaron Backstreetboys y nos limitábamos a babear. Digo».

Segunda actualización:

Me pasan un interesante post sobre el tema en el blog Puñaito de Alfileres. La autora hace preguntas muy pertinentes: «¿Por qué otras cantantes y grupos de lesbianas no tienen el mismo tiempo en antena, en la tele o en la radio? ¿por qué sólo se visibiliza a un tipo de mujer eternamente adolescente y juguetona cuyo lesbianismo es transitorio y, por tanto, permisible? ¿por qué sólo montan numeritos lésbicos cantantes que están casadas o ennoviadas como lo están todas las que he citado?»

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Para un hombre de verdad, «no» nunca es «no»

21 Ene

«No es no». Es un lema recurrente para concienciar contra las agresiones sexistas. Por si alguien piensa que se trata de una obviedad que sobra recordar, ahí van tres escenas cinematográficas en las que «no» resulta ser «sí». Y, por más que sea ficción, es el cine el que nos muestra grandes amores que ansiamos vivir, el que nos enseña las claves del romance, de la mano de actores que encarnan el éxito, que adornan nuestras paredes y carpetas durante la adolescencia. Ahí van las tres películas que me han animado a escribir este post:

Troya: La están echando ahora y me estoy tirando de los pelos. Por todo, pero centrémonos en el tema de este post. Al principio de la película, Paris (Orlando Bloom) irrumpe en la habitación de Helena. Esta le pide que se vaya. «Lo de anoche fue un error». Él se acerca a ella, le acaricia el cuello y le dice: «¿Quieres que me vaya?» Helena se quita la túnica y se entrega a su amado.

Hacia la mitad de la peli, el temible Aquiles (Brad Pitt) salva de ser violada a la prima sacerdotisa de Paris y Héctor, Briseida. De noche, ella irrumpe en su cama con un cuchillo, dispuesta a matar al guerrero para evitar que corra más sangre (minuto 2′ 18» del vídeo). Él la anima sin mostrar un ápice de miedo: «Hazlo», le dice una y otra vez. Ella duda. Él la agarra de la muñeca, la tumba y la besa. Ella, cómo no, sucumbe gustosa a los placeres de la carne (en concreto, del cuerpazo desnudo de Pitt), retira el cuchillo de su cuelo y se deja hacer. Pese a que luego Aquiles la maltrata y esclaviza, se nos sigue mostrando como el héroe bruto por fuera y sensible por dentro. «Eres libre», le acaba de decir. «Si te hice daño, no fue mi intención». Se estrechan la mano. «Vete». Ella le pone cara de cordera degollada, y obedece.

Oceans Eleven: Otra de Brad Pitt, pero en esta es George Clooney el acosador que se sale con la suya. Clooney organiza un atraco a un casino para vengarse del dueño, Andy García, que es el nuevo compañero sentimental de su mujer, Julia Roberts, quien no le esperó mientras él estaba en prisión. Se pasa toda la película cortejándola, en plan «reconoce que sigues pensando en mí», y convenciéndola de que García no es de fiar. Ella le manda a paseo varias veces. Finalmente, Clooney consigue demostrar que el magnate de los casinos no la quiere como ella se merece. Roberts podría pensar: «Vaya, se ve que no hago más que enrollarme con indeseables». Pues no, se va con Clooney, que para eso es la chica.

Welcome: Pensaréis que eso me pasa por ver cine comercial. Pues el cine independiente también tiene tela. Os recomiendo muchísimo la película francesa Welcome, muy adecuada para sensibilizar contra las políticas migratorias. Pero suspende en perspectiva de género. Intentaré no destripárosla mucho. Un entrenador de natación ayuda a un chico kurdo a prepararse para intentar cruzar el Canal de la Mancha a nado y llegar a Londres, donde le espera su novia. El entrenador no le ayuda por altruismo, sino para impresionar a su ex, voluntaria de una ONG que le dejó por un compañero de la asociación, harta de su indiferencia hacia las injusticias. En un momento dado, se encuentran en el piso de él. Él se abraza abatido contra el regazo de ella. Ella se muestra incómoda. Él empieza a acariciarle los pechos. Ella se resiste y le pide varias veces que pare. Él no para. Follan. Ella se queda sentada sobre la mesa, con la mirada perdida. Se siente vacía. Le dice que eso no puede volver a pasar (o algo así).

Con todo esto, ¿cómo nos puede extrañar que a algunos hombres les cueste captar un mensaje tan sencillo como que «no es no»? No lo estoy justificando. Estoy diciendo que el problema no lo tienen sólo los agresores: una sociedad en la que se nos bombardea con esas escenas como esas transmitiéndonos que son románticas, apasionadas y envidiables, está enferma. Y no hablo de la imagen de violador que solemos tener en la cabeza: el desconocido que nos ataca de noche. Hablo del compañero de clase que te mete mano en el pasillo o en la discoteca, del chico con el que sólo quieres besarte y te presiona para hacer algo más… Que levante la mano la que no haya vivido una situación así de joven, en la que haya acabado haciendo algo que no quería e incluso dudando de qué es lo que realmente quería.

Maitena Monroy, formadora de autodefensa feminista, explica en sus cursos que si a la mujer se le niega su capacidad de ser sujeto de deseo y se la relega a la condición de objeto, lo único que puede hacer es provocar. El sujeto actúa, el objeto provoca reacciones. Así, el hombre machista se erige en intérprete de sus deseos para justificar sus agresiones. Y la sociedad lo acepta: si Nagore Laffage subió al piso de Yllanes, será porque algo buscaba. Volviendo al cine, Clooney, Pitt y el entrenador francés saben mejor que las mujeres lo que éstas quieren. Ellas dicen que no, pero ellos saben que quieren decir que sí. O, si no lo quieren, ya querrán. Basta con insistir un poco. Y aquí entra también ese contraste entre hombre decidido y mujer voluble. Ellos saben lo que quieren y van a por ello. Ellas dicen una cosa pero sienten otra. O cambian de idea. O dudan eternamente. Así se nos muestra sistemáticamente en el cine.

¿Qué podemos hacer las mujeres ante tal percal? Desmontar ese aprendizaje de género. Aprender a conectar con nuestros deseos y expresarlos con claridad. Si quiero algo contigo, tranquilo que ya te lo diré bien claro. Si no te lo digo es porque no quiero nada. Así que déjame en paz. Lo único que lograrás si insistes será verte convertido en un acosador.

En estos momentos, Aquiles, herido de muerte en su famoso tendón, agoniza en los brazos de Briseida. «Me has dado paz en una vida de guerra». Ella le besa. No quiere irse. Él le ordena que se vaya. Y ella obedece.

The End?

Anuncios de prostitución

23 Sep

El Congreso ha pedido a los periódicos que eliminen los anuncios de prostitución, con la unanimidad de todos los grupos políticos. También veo consenso entre las periodistas con visión de género. Este sábado tenemos los encuentros estatales. Debatiremos sobre los anuncios de prostitución tras una exposición a cargo de una de las impulsoras de una campaña contra los anuncios. Yo diré que tengo serias dudas. 

Recordaréis que en mi anterior blog colgué un banner contra los anuncios de prostitución. Recordaréis tal vez que mi opinión sobre la prostitución en sí ha ido evolucionando a trompicones, hasta posicionarme sin reservas a favor de los derechos de las mujeres que ejercen la prostitución, en contra de tachar su trabajo de degradante (o de no ser trabajo) y en contra de negar la libertad de las mujeres para decidir cómo ganarse la vida en este Estado racista y patriarcal. El discurso de Hetaira me ha convencido y mucho, así que respecto a los anuncios (que yo sí que consideraba degradantes y que pueden servir de plataforma para las redes de trata) he decidido escucharlas. Reproduzco lo que dijo Cristina Garaizabal, de Hetaira, en las jornadas feministas de Granada. Sigo sin verlo claro pero la verdad es que creo que sus argumentos son lo suficientemente sólidos como para dar un par de vueltas al asunto:

– Teniendo en cuenta que ejercer la prostitución no es un delito ni una actividad ilegal, (…) los anuncios de prostitución, al igual que los anuncios de otro tipo de servicios, no tienen nada de malo. Por el contrario, y según nos consta por nuestra experiencia, son un buen instrumento para la captación de clientela de todas aquellas trabajadoras sexuales que, trabajando libremente y de manera autónoma, no quieren exponerse a hacerlo en lugares públicos. Su prohibición

implicaría obligarlas a lanzarse a la calle a buscar clientela o a refugiarse en los clubes
donde tendrían que someterse a las imposiciones de los empresarios.

– Por otro lado, es cuestionable la eficacia de esta prohibición –más allá del efecto ideológico- dado que hoy la mayoría de las que trabajan autónomamente se anuncian, fundamentalmente, a través de Internet.

– Se argumenta que esta prohibición ayudaría en la lucha contra las mafias de la prostitución forzada. Pero, seamos serias ¿Cuándo se ha visto que una actividad ilegal se publicite? ¿Realmente pensamos que la mayoría de las que se anuncian son víctimas de Trata? Nuestra experiencia nos dice que no es así. La Trata es un grave delito que al estar penalizado se mueve en la ilegalidad y la semi-clandestinidad. Si estuviera realmente tan publicitado no habría muchos problemas para acabar con ella. Al no ser así la prohibición de los anuncios no sirve para nada en la lucha contra la Trata. Esta lucha se debe llevar por otros caminos.

– No se puede responsabilizar a los medios de comunicación del control de lo que existe detrás de lo que se anuncia. Si así fuera, hagámoslo extensible a todos los anuncios y especialmente a aquellos de marcas de tejanos o zapatillas que han sido denunciados por fabricar sus productos en el sudeste asiático con niños obligados realmente a trabajar en régimen de esclavitud. Esas denuncias están comprobadas.

– La de que en los anuncios de prostitución la mayoría son forzadas no deja de ser una especulación ya que no existen datos que lo demuestren. La prohibición de los anuncios es una medida contra la prostitución en general y un atentado al derecho de las trabajadoras de publicitar sus servicios.

80 egunean: el deseo no tiene edad

3 Jul

Este año celebré el 28-J en la mani del Orgullo Crítico, en Vallekas (Madrid), la manifestación alternativa a las locas fiestas comerciales, gays, blancas, llenas de carrozas y famoseo que se celebran hoy en Chueca. Fui con mi familia no nuclear (mi hermano de 7 años, que no se acabó de ambientar, y su madre) y tuve el placer de conocer a Mario y demás reyes. El necesario tema central de dicha mani era la situación de las personas migrantes LGTB, pero yo hoy prefiero hablar de otro colectivo invisible: las personas mayores.

Ayer vi la película vasca 80 egunean (en 80 días) y no puedo pensar en otra cosa. Es una película bellísima, y un motivo de orgullo patrio (y bien sabéis que no me caracterizo por mi patriotismo) que, además de ser vasca, esté rodada en euskera. Trata sobre dos mujeres de unos 70 años, muy diferentes. Axun está casada, vive en el caserío y hace vida tradicional: ir a misa, bailar pasodobles… Maite es lesbiana, está soltera, y es una profesora de piano vital e independiente a punto de jubilarse. Se encuentran en una habitación de hospital y se reconocen: fueron amigas íntimas en la adolescencia. Entre ellas hubo un algo especial, que 50 años después vuelve a florecer.

Si ya es tabú que en la tercera edad haya espacio para el deseo, que ese deseo sea lésbico es ya absolutamente impensable. La peli visibiliza una de las formas de sexualidad más invisibles: el deseo entre dos mujeres mayores. Invisible, pero no inexistente. ¿Cuántas ancianas solteras que conocemos se habrán pasado toda su vida albergando en secreto su amor hacia otras mujeres, sin atreverse a expresarlo? ¿Cuántas de esas ancianitas amigas que vemos caminando del brazo por el parque han sido o son amantes? ¿A cuántas de nuestras abuelas se les pondrá la carne de gallina al recordar esa amiga»especial» de su juventud?

Hace unos años vi un reportaje en documentos TV sobre la homosexualidad en la tercera edad y me acongojó, porque mostraba a personas que de jóvenes tuvieron que esconderse y ahora piensan que ya se les ha pasado el arroz para vivir su sexualidad en libertad. ¿Seguro? La película nos dice todo lo contrario: que nunca es tarde para ilusionarse, para sentir.

Magapola (una de las personas que me recomendó 80 egunean) nos habla del escándalo adolescente que provoca que dos famosas se besen. Tal vez que las reinas del pop coqueteen con el lesbianismo pueda hacer que las adolescentes se planteen que ese deseo es una opción, o que lo identifiquen en ellas sin ansiedad. O puede que no; que esas excentricidades sean digeribles pero no aporten mucho a la lucha contra la homofobia. No lo tengo claro. Sí tengo claro, en cambio, que necesitamos más referentes de mujeres lesbianas diversas reales: adolescentes, viejas, políticas, actrices, deportistas… La misma Magapola nos avisa hoy de que la primera ministra islandesa de 67 años, se ha casado con su compañera. Esa sí que es una noticia para la normalización y no el morreo entre Bullock y Johansson.

Por cierto, 80 egunean no es tan dramón como parece en el trailer: más bien se caracteriza por mostrar los sentimientos dentro de lo cotidiano, sin fuegos artificiales, pero transmitiendo muy bien la tensión entre el deseo y las responsabilidades… Os dejo con una de las escenas más emotivas, en las que Axun (la casada) le dice a Maite: «Asko gustatzen zait nola naizen zurekin egoten naizenean. Zurekin nagoenean ni ez banintz bezala sentitzen naiz. Baina era berean oso ni sentitzen naiz». (Me gusta mucho como soy cuando estoy contigo. Cuando estoy contigo es como si no fuera yo misma. Pero al mismo tiempo me siento muy yo). Maite calla. Pelikula benetan zoragarria.

Queridas bolleras, maricas, transexuales, transgénero, queer, bisexuales, polisexuales, transfeministas, indecisas, decididamente heterosexuales, deseantes sin etiquetas, etc. Llego tarde, pero no quiero dejar de felicitaros a todas en esta semana por la Liberación Sexual.