Historico por Tag: feminismo

Beldur barik

6 Jul

Ilustración de Alterna, sacada de su blog http://alter-nati-va.blogspot.com

Esta vez no fue una soledad elegida. Pero la experiencia ha sido igual de empoderadora y liberadora que cuando he viajado sola. El sábado llevé a cabo otra pequeña transgresión: ir a un concierto sola. Y no a cualquier concierto, sino a uno de reggaeton cubano. Gente de Zona fue nuestra banda sonora en Cuba. Ya es casualidad que un mes después de mi regreso actuasen en Bilbao. Pues hay más: el mismo día del concierto coincidí con los músicos de Gente de Zona en un avión y fuimos charlando. Tenía pensado ir al concierto con dos amistades, pero a última hora cancelaron por distintos motivos. Podía quedarme en casa frustrada o irme sola. Y me decanté por lo segundo.

Ir de fiesta en solitario es un tabú, más aún en una cultura en la que no somos especialmente sociables. Cada quien sale con su cuadrilla e interactúa lo justo, y casi siempre con la intención de ligar. Creo que casi cualquier persona tiene reparos en salir sola, por el miedo a aburrirse y por el miedo a parecer algo patética. En el caso de las mujeres, se suman dos temores más: el de sufrir algún tipo de agresión sexista y el de ser juzgada, el miedo al qué dirán. Creo que son los dos miedos más potentes que nos meten hasta el tuétano. El miedo a la violación, el terror sexual, nos condiciona hasta a la hora de caminar del metro a casa. Y el miedo a que te tachen de puta parece más liviano, pero por mucho que una intente, sigue pesando. (más…)

Me dicen que Bildu es feminista (y me entra la risa)

10 May

Hemos preguntado en el Facebook de Pikara Magazine si alguien sabe de algún otro partido feminista que se vaya a presentar en el Estado español a las próximas elecciones. Estamos casi seguras de que no (porque nos hubiéramos enterado), pero no está de más tantear antes de afirmar que Plazandreok es el único partido feminista en estas elecciones. Dos personas (una por Facebook y otra por Twitter; una mujer, el otro hombre) han respondido que Bildu también es feminista. La mujer también ha citado a Aralar. No era procedente contestar como Pikara Magazine. Como Mari Kazetari, os diré que me ha entrado la risa.

La foto de arriba es de las primeras que salen al buscar Bildu en Google Imágenes. Podría haber elegido cualquier otra. En todo caso, no soy la única a la que le chirrió ver que en las celebraciones por la aprobación de todas las listas, las caras visibles eran de hombres. Feministas que van a votar a Bildu han lamentado su imagen testosteronizada. Alternatiba y la izquierda abertzale tienen discursazo feminista. No he leído sus propuestas en materia de género pero seguro que me encantan. Piden asesoramiento al movimiento feminista. Se han aprendido el léxico y las reivindicaciones estupendamente.

En cambio, ni los unos ni los otros han mandado una mujer a ninguna de las reuniones de la plataforma contra la Ordenanza del Espacio Público a las que he asistido. Fue uno de la izquierda abertzale el que me soltó que la represión contra las prostitutas no es algo estructural; y que sí lo es que ellos no puedan poner mesas informativas en la calle. Y, en fin, si os digo: «Un, dos, tres, responda otra vez: ¿mujeres líderes en la izquierda abertzale?», apuesto a que a poca gente se os ocurrirá a bote pronto alguien más que Jone Goirizelaia.

Un día me reuní en SOS Racismo con Alternatiba. El plan era hacer un primer contacto para que se presentasen y nosotras les hablásemos de nuestro trabajo y nuestras reivindicaciones. Vinieron una mujer y un hombre. Diría que el hombre habló el 80% del tiempo. Y hablaba de feminismo. Cuando me tocó hablar a mí, pocas veces he sentido más claramente que por parte de ese tío que no le interesaba lo más mínimo lo que le estaba contando, que él ya me había vendido su moto y punto pelota.

Respecto a Aralar, la ausencia de mujeres en Kalea guztiona da también va por este partido.  Aintzane Ezenarro es una figura fuerte. Fue la única mujer entre quienes optaron a lehendakari en las últimas elecciones. Eso hay que valorarlo. Pero los otros líderes visibles también son hombres.

Alguien me pondrá a parir porque critique a estos partidos y no a otros. Las candidatas del PP tanto a la Alcaldía de Bilbao como a las Juntas Generales son mujeres. En su caso, la presencia está garantizada, pero es obvio que no sirve de mucho (más que el síntoma de normalidad que supone que se elija a mujeres como cabezas de lista) si esas mujeres defienden tesis reaccionarias. El PSOE y el PNV, ni convicción feminista, ni demasiada presencia. Y de Ezker Batua, con el debido respeto, yo ya ni hablo.

Total, que como bien dicen mis queridas compañeras de Plazandreok, paridad no es lograr que las mujeres seamos la mitad en política (y eso tampoco se consigue) sino que nuestras necesidades e intereses se tengan en cuenta en todas las políticas. Y como bien dicen, son las feministas las que pueden garantizar que eso sea así, porque son las que creen en ello. Pero claro, el único partido feminista en estas elecciones se presenta sólo en una ciudad y en una provincia. ¿Qué hacer en el resto? Pues cada una verá si pasar de todos o si apoyar a los que creen tenerlo claro y meterles caña para que en el día a día apliquen el discurso, para que los hombres enamorados de sí mismos se callen un poquito y se pongan en la segunda fila. Y para que las mujeres inseguras se sientan respaldadas y empoderadas como para ocupar el sitio que se mercen.

Allá cada cuál, vaya (así como admití abiertamente que el anterior post tenía como objetivo hacer propaganda a Plazandreok, este es Mari Kazetari independiente). Eso sí: me quedo con las ganas de que marujeemos un poco sobre las elecciones. ¿En qué os vais a basar para votar? ¿Sois de abstención sin complejos, de voto útil o de partido pequeño? ¿Veís que algún partido se crea y ponga en práctica de verdad los postulados feministas?

Nota final: Ando a tope y no he podido actualizar el post sobre Bildu. Evidentemente, me alegro muchísimo de la decisión del Tribunal Constitucional. Lo contrario hubiera sido terrible. Y me alegro por las personas que por fin van a poder ejercer su derecho a voto, porque por primera vez en años no han ilegalizado a la formación con la que se identifican. Pero vaya, si alguien ha empezado a seguirme aquí, en Twitter o Facebook por creer que soy una incondicional, imagino que se decepcionará con este post y que me caerá algún unfollow.

Performando: de cucarachas y globos de agua

5 Jun

¿Que tienen en común una cucaracha y un globo de agua? Que ambos, si hay público, me hacen sacar mi lado barbie malibú. Me explico:

 

Una noción fundamental de la teoría queer es la performatividad de género. Es decir, dado que los géneros (e incluso los sexos, se atreve a afirmar dicha teoría) son construcciones sociales, se basan en una serie de códigos de conducta diferenciados que no son naturales e innatos, sino que se van aprendiendo y reproduciendo como quien se mete en el papel de un personaje de una obra de teatro. 

Así pues, la técnica drag king busca precisamente que las mujeres reflexionen sobre el sexismo experimentando con la performatividad de la masculinidad hegemónica: poniéndose barba y paquete, sentándose con las piernas abiertas, interactuando en plan machote, etc. De esa forma entiendes que ser mujer u hombre es una suerte de disfraz que te puedes poner y quitar cuando quieras. Se trata de parodiar, explorar, cuestionar y así poder deconstruir los rígidos y opresivos roles de género.

Claro está que las feministas, o al menos yo, no estamos en absoluto libres de performar la feminidad hegemónica, pero al menos la podemos detectar y reirnos de ello. Ahí van dos ejemplos recientes en mí:

1- En una semana han aparecido tres cucarachas en mi puesto de trabajo. Las dos primeras veces había hombres delante, así que me puse a gritar como una loca (uno de los dos hombres reaccionó igual, todo hay que decirlo) y delegué en ellos el plantar cara al asqueroso bichejo. La tercera vez estaba sola. No grité (sentí el mismo asco, eso sí) y la asesiné de forma muy eficiente.

2- Un buen día aparqué la bici junto a un bloque de pisos. Cuando fui a cogerla otra vez, alguien me empezó a bombardear con globos de agua. Cada vez que me acercaba a la bici, me caía cerca un enorme globo. Los tiraban de diferentes ventanas para despistarme, y por supuesto que no se veía ni un pelo al responsable. Mi reacción: ponerme a gritar -de una forma, eso sí, más masculina, con insultos sexistas como «hijo de puta», «me cago en tu puta madre» incluidos-, hasta llamar la atención de dos hombres que vinieron a salvarme. Os juro que hasta se me pasó por la cabeza pedir a uno de ellos que me soltase él la bici para no volver a exponerme al bombardeo. No hizo falta porque justo entonces apareció una patrulla de policía y les conté, no sin vergüenza, mi problema. Muy viriles, me dijeron: «Vete ahora tranquila, que ya verás como ya no se atreven a tirar nada». Y así resolví el problema.

En fin, tengo mil ejemplo más: mi desinterés por aprender bricolaje o mecánica, mi tendencia a mostrarme más frágil físicamente de lo que soy (delgada pero con una complexión robusta muy desaprovechada), algún ramalazo excesivo de coquetería poco igualitaria cuando hablo con hombres… Y en el otro lado, hoy me he partido de risa con un chico que se ha eslomado ayudándome a llevar una pesadísima caja por negarse a que la llevásemos entre los dos.

Cuento estas cosas no para flagelarnos sino para animarnos a detectar (mejor si es con humor) estas actitudes impuestas como primer paso para desobedecer las que limitan nuestra libertad, autosuficiencia o incluso salud. De lo contrario, seguiremos dedicándonos más a interpretar el papel que nos ha reservado esta sociedad sexista que a vivir de acuerdo con lo que realmente somos y queremos ser.

Y como el de histéricas es uno de esos papeles, os dejo con una canción chulísima (gracias, Maite) dedicada a Freud, al que debemos la estúpida idea (y pese a ello vigente en casi todas las mujeres) de que un orgasmo logrado por estimulación directa del clítoris es menos puro y deseable que uno mediado por un pene:

 

Invadidas

8 Abr

 

Estoy enganchada a una serie llamada The L Word, que relata las vidas de una pandilla de mujeres lesbianas de Los Ángeles. Ayer vi esta escena y me parece que expresa de una forma muy plástica cómo la libertad de las mujeres sigue estando limitada. 

Jenny, una de las protagonistas, descubre de una forma dolorosa que Mark, su nuevo compañero de piso, aprendiz de cineasta, ha instalado cámaras ocultas incluso en los dormitorios, con ánimo de hacer una especie de Gran Hermano lésbico. Le recibe en su habitación desnuda. Se ha pintado en su pecho la frase: «¿Es esto lo que quieres?» Le explica que se siente violada, que está harta de que los hombres se sientan con derecho de invadir a las mujeres. Que Mark ha abierto la caja de pandora haciéndole recordar todos los momentos en los que se ha sentido violada. ¿Os suena? En la escena que os muestro, Mark pide perdón, le dice que ha cambiado y que la experiencia le ha hecho evolucionar y comprender lo difícil que es ser mujer. Se desnuda como para mostrarse él también expuesto. «¿Es esto lo que quieres?», repite. Y dice Jenny:

No. Lo que quiero es que escribas «Fóllame» en tu pecho y salgas así a la calle. A quien quiera follarte, dile: «Claro, claro, seguro, no hay problema». Y cuando lo haga, sonríe y dile: «¡gracias, muchísimas gracias!» Asegúrate de tener una sonrisa en la boca. Y entonces, jodido cobarde estúpido, sabrás lo que es ser una mujer.

Me he sentido muy identificada porque cada día recorro una calle para ir a trabajar en la que hay un montón de hombres apostados contra las paredes. No hay día en el que tres o cuatro no me digan algo. Desde un «hola» gutural, a un «qué guapa» lascivo, groserías o ruiditos que hacen que piense que me toman por una vaca. Y esperan una sonrisa de agradecimiento porque se han fijado en mí y me han piropeado. Me da asco. Me siento asqueada. Me siento como un maniquí de escaparate, expuesta hasta que un tío rompe el cristal, me coge, se restriega contra mí y me baña con sus nauseabundas babas. Sí, me siento hasta pegajosa. Buajjjjj.

«¿Por qué no vas por otra calle?», me pregunta casi todo el mundo cuando saco el tema. Porque me niego a cambiar mi recorrido habitual. No me voy a dejar ganar la partida. Eso sí, da asco pero al menos no siento miedo como cuando voy de noche por otra calle más solitaria, plagada de puntos negros, y un hombre osa hablarme. Me da igual si sabe u obvia que yo, conocedora del riesgo real de sufrir una agresión sexual al que estoy expuesta por el hecho de ser mujer, siento miedo. Eso es violencia de género de baja intensidad. Llamémosle por su nombre.

Por todo ello, me hierve la sangre cuando leo o escucho a hombres que cuestionan que se hagan mapas de la ciudad prohibida y propuestas de urbanismo con perspectiva de género, arguyendo que hay que abordar el urbanismo pensando en todas las personas, porque ellos también pueden ser víctimas de un atraco. (Tengo un artículo en mente pero ¡no lo encuentro por ningún lado!) En todo caso, creo que esas opiniones no son más que una rabieta airada y estúpida ante la evidencia de que el feminismo ha logrado institucionalizar la defensa de los derechos de las mujeres y que ello no sólo no ha excluido de nada a los hombres, sino que las políticas de igualdad (empezando porque iluminen una calle en la que han ocurrido violaciones) también les beneficia a ellos.

¿Qué demontres es eso del periodismo con visión de género?

2 Abr

Periodismo con perspectiva de género, periodismo incluyente, comunicación no sexista… ¿Comunicación feminista? Huy, eso todavía suena muy fuerte a demasiada gente. Pero no anda desencaminado quien piense que el resto de nombres son eufemismos. Las dos redes en las que participo han publicado sendos textos que condensan muy bien lo que pretendemos. Os invito a leerlos, o al menos los siguientes fragmentos: 

Comunicación feminista, una mirada revolucionaria, artículo de Kazetarion Berdinsarea (página 7)

Cuando el periodismo presume de objetivo, imparcial y neutro, insiste en realidad en mantener una mirada androcéntrica y seguir reproduciendo por inercia los roles tradicionales de género. Nosotras nos hicimos periodistas porque creemos en la comunicación como una herramienta de transformación social, y es por ello que no nos apura posicionarnos y defender, frente al ideal falso de periodismo neutro, trabajos que denuncien las discriminaciones y desigualdades, y visibilicen modelos más igualitarios y justos.

Estamos convencidas, además, de que transversalizar la perspectiva de género nos hace mejores profesionales, ya que, si uno de los objetivos del periodismo es explicar a la ciudadanía qué está pasando, quien obvie las desigualdades entre mujeres y hombres que persisten en todos los ámbitos de la vida difícilmente podrá hacer un buen análisis. Es decir, reparar en cómo las cosas afectan de forma diferente a mujeres y hombres, y por qué afectan de forma diferente, nos parece una herramienta de análisis fundamental para entender y explicar las realidades sociales.

Manifiesto de Bogotá, creado como colofón de los III. Encuentros de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género

Capaces de imaginar un mundo libre de violencia para las mujeres; capaces de imaginar un mundo donde mujeres y hombres compartamos la vida, los derechos, los recursos, los sueños y también las incertidumbres y la esperanza; capaces de construir un imaginario colectivo rico en dignidades y libre de sumisiones y abusos…

Periodistas de 17 países de cuatro continentes dejaron sus salas de redacción, sus calles y campos de batalla para anunciar al resto de colegas en el mundo que necesitamos abandonar la mirada sesgada y excluyente; cambiar nuestras rutinas profesionales para escuchar más, ver mejor y comprender la complejidad y diversidad del momento histórico que nos ha tocado testimoniar; que exigimos ver a las mujeres, que no las excluyamos de nuestros relatos, que nos decidamos a vivir nuestra profesión con el riesgo que supone aventurarse por nuevos caminos, por rutas aún no transitadas, sin antiguas brújulas que solo marcaban el norte del poder.

En la foto, las asistentes al encuentro de Bogotá. Mari Kazetari en la segunda fila.

Ahotik at-en elkarrizketa

2 Abr

Hurrengo elkarrizketa EGK-ren (Euskadiko Gazteriaren Kontseilua) aldizkarirako egin didate. Bi emakume gazte eta kazetari genero ikuspegia duen kazetaritzari buruz hitz egiten egon gara:

“Komunikabideak gazteei buruz aritzen dira, gazte horien generoa kontutan hartu gabe, eta genero ikuspegia funtsezkoa da errealitatea ulertzeko»

Telebista piztu eta… gizonentzako desodorante baten iragarkiak erasan nau: fl ishfl ish egin eta emakume guztiak bere oinetara ditu. Ez ote dago horrelako desusaingarririk emakumeentzat? Emakumeentzako desodoranteak semealabek gure besapea musukatu ahal dezaten omen dira…

Komunikabideetan eta, batez ere, publizitatean, rol oso tinkoak mantentzen dira eta begirada guztiz androzentrikoa da. Emakumeentzat soilik feminitatearekin lotzen diren produktuak zuzentzen dira: kosmetika, konpresak eta garbitzeko produktuak. Emakume zein gizonek kontsumitzen dituzten produktuen iragarkiak, berriz, gizonei zuzenduta daude gehien bat (edariak, kotxeak…); gizona baita gizarte patriarkal honetan zentroa, izaki unibertsala. Iragarkietan islatzen den arrakasta kontzeptua ere maskulinotasunaren balioei argi lotuta dago.

Segi irakurtzen! (3. orrialdean)