La generación USB

10 Feb

Me cuentan que Alexander, uno de los líderes del popular grupo de reguetón cubano Gente de Zona, se acostó con dos chicas en un hotel. Mientras él dormía, ellas le estuvieron grabando desnudo con el móvil, para probar después que realmente se habían montado un trío con nada más y nada menos que Alexander de Gente de Zona. A falta de Youtube, el vídeo corrió como la pólvora de celular en celular.

Una guagua cochambrosa avanza entre almendrones (los míticos carros americanos de los años cuarenta y cincuenta), en una carretera flanqueada por edificios coloniales semiderruidos. Una joven cubana que viaja en la guagua saca del bolso su blackberry. A mí me parece una escena propia de Regreso al Futuro, pero ese contraste de smartphones en un paisaje anclado en la mitad del siglo XX es constante en La Habana. «Mira, este móvil me lo ha mandado mi hijo desde España, es tactíl«, presume Mercedes ante su sobrino, que le responde mostrándole su Iphone. 

2011 cerró con 1,2 millones de líneas de telefonía móvil activas, en un país con 11 millones de habitantes. Aunque de esto no tengo datos, mi percepción es que la mayoría de personas con celular, lo tienen como obsequio de parientes o amistades en el extranjero. Es más, la compañía telefónica estatal, ETECSA, lanza periódicamente una atractiva oferta con el objetivo de atraer divisas: si alguien recarga una línea de móvil cubana desde el extranjero, al dueño o dueña del teléfono se le abona el doble del importe. Por ejemplo, si yo le recargo desde aquí a una amiga 25 dólares, se sumarán 50 a su saldo.

Si no fuera por el apoyo desde el exterior, sería casi imposible permitirse un móvil en Cuba. Por fortuna, el pasado 1 de febrero entraron en vigor unas nuevas tarifas que mejoran algo el asunto. El principal cambio es que hasta entonces (o sea que así era durante mi estancia), recibir llamadas se cobraba. Es decir, si Mercedes llamaba a su sobrino, ambos pagaban la llamada; ella por hacerla, y él por recibirla. La alternativa era utilizar unos códigos: el *88 para exonerar al receptor de la llamada del cobro de la misma y el *99 para llamar a cobro revertido. Este sistema hacía que fuera poco viable tener un móvil sin saldo, sólo para recibir llamadas. Es más, complicaba las comunicaciones, porque nadie atendía su móvil si no conocía el número que le estaba llamando, a no ser que lo hiciera con el *88. Además, han bajado las tarifas: el SMS pasa de 16 a 9 centavos de CUC, y el minuto de cada llamada de 60 a 45 centavos. Yo misma comprobé cómo una recarga de 10 dólares se fundía en tres o cuatro días, a nada que se realizasen un par de llamadas de 5 minutos y se recibieran otro par cada día. Recordemos una vez más el salario medio mensual es de 15 dólares.

En cambio, la telefonía fija es baratísima. Si no se supera un máximo generoso de minutos al mes, la factura mensual suele rondar los 10 pesos en moneda nacional (menos de medio dólar). Además, hay cabinas en la calle por todas partes y funcionan introduciendo el código que se te asigna comprando una tarjeta por sólo 5 pesos en moneda nacional. A mí una tarjeta de esas me duró dos semanas, haciendo bastantes llamadas, y largas. Sin embargo, leo que en 2010 las líneas de telefonía móvil superaron a las de telefonía fija. Imagino que hay muchos motivos que explican ese dato: que en cada hogar vive un montón de gente, que muchas líneas son de personas extranjeras que pasan largas temporadas en Cuba, y que el móvil, además de para comunicarse, sirve para almacenar fotos (y porno), escuchar música, y fardar un poco.

Hace unos días me quejé en Facebook de que uno de los sinsabores de volver a España fue encontrarme con el cierre de Megaupload, que dificulta ver mis series preferidas en streaming. Como dije «yo me vuelvo a Cuba», una amiga de FB me contestó: «Qué más quisieran l@s cuban@s que esas fueran todas sus carencias». Le contesté que puede que en Cuba haya carencias mayores, pero que de las casas que visité en La Habana (que fueron muchas, y de personas con economías muy dispares) pocas carecían de DVD con entrada USB. En casas en las que, por ejemplo, no hay calentador de agua. En mi primer viaje me chocó ese orden de prioridades, pero qué duda cabe de que el entretenimiento es importante, más aún en un país en el que hay pocos canales de televisión, todos estatales (otro día hablo de la tele), y en el que la gente te dice que hay poco que hacer, en general. Un país en el que, por cierto, el videoclip es casi una religión. La gente compra la música en formato DVD en vez de CD, porque disfrutan de los vídeos, hasta el punto de que son conversación habitual.

Tener un reproductor de DVD en casa sirve por tanto para ver música, películas, y también programas de la televisión de Miami. A la larga sale más rentable que pagar por la antena que permite ver los canales latinos de Florida: cuesta entre 5 o 10 dólares al mes. Además, la antena presenta un problema importante: no se tiene control sobre el mando a distancia. Ese dinero se paga por conectar el televisor al equipo parabólico que ha adquirido una persona por unos 150 CUC. Suele haber alguien por cuadra con ese aparato, con lo cuál puede llegar a prestar servicio a un centenar de personas. Todas ellas sintonizan sólo el canal que el dueño del aparato tenga puesto en ese momento. Así es que una está encantada de la vida viendo la telenovela, y de repente es la hora del fútbol, y se queda sin ver el final. Parece un cliché, pero es así. Las mujeres se quejan de que la mayoría de propietarios de parabólicas son hombres, que no se pierden un partido, y que se justifican diciendo (desde una mentalidad androcéntrica) que el fútbol es lo que les interesa a la mayoría de clientes. Sobra decir que esto de la antena es ilegal.

¿Y qué ocurre con internet? Pues que el acceso está muy restringido. Hasta ahora, el Gobierno lo limita a centros de trabajo, universidades e instituciones gubernamentales. Así es que, como dice Alfredo Fernández en Havana Times, las memorias USB se han convertido en el internet cubano. Cuando una persona tiene la suerte de conectarse a internet, almacena todo lo que le interesa en su memoria. Bueno, y la gente siempre tiene a mano el USB por si se brindase la rara posibilidad de conectarse.

Internet es ruinoso. En los hoteles más baratos conectarse cuesta 6 dólares la hora, y la velocidad es muy lenta. No hace falta censurar las redes sociales; la conexión hace que sea casi imposible tuitear con fluidez. Además, hay muy pocos hoteles que ofrecen el servicio, y cuando en uno se ha estropeado la conexión, en el otro se les han agotado las tarjetas que proporcionan la clave para conectarse. Los cubanos rara vez van a los hoteles. Lo más habitual es recurrir a la amistad o pariente que tenga internet en el trabajo para que le mire el correo electrónico y le meta contenidos en la memoria. Por otro lado, las pocas personas que tienen derecho a tener conexión en casa por motivos laborales, a menudo cobran a otras por poder enchufar su ordenador al módem (no sé dar la explicación técnica de cómo lo hacen). Suelen cobran a esas terceras personas unos 40 o 50 dólares al mes (o sea, tres veces el salario medio mensual) por el servicio. Y quienes disponen de internet en casa también optan a veces por sufragar parte del costo que les supone haciendo las veces de cibercafé clandestino: cobran a la gente la mitad o menos que en los hoteles. Sólo he visto que hubiera wifi en un hotel de lujo, y sólo he oído hablar de ADSL en la redacción de una revista (y limitado a un sólo ordenador). Sí que son más, claro, las personas que tienen ordenador en casa, sin conexión, o incluso con un servicio que se limita a poder recibir y enviar correos electrónicos.

Se supone que la situación mejorará cuando habiliten la famosa fibra óptica desde Venezuela que permitiría multiplicar la capacidad de transmisión de datos del país en unos 3000. Copio un fragmento de una noticia publicada en Havana Times en noviembre que explica el asunto:

El controversial cable de fibra óptica que enlaza a Cuba y Venezuela fue probado, y ya ofrece servicios “en secreto” a algunas entidades gubernamentales, según reportó, este jueves, el sitio web Cafe Fuerte.

(…) Según reportes no oficiales, en los meses recientes, varias importantes figuras del mismo ministerio, incluyendo el primer vice ministro, fueron detenidos por un asunto de corrupción relacionado con el cable de fibra óptica.

El soborno y la compra de materiales de mala calidad también forman parte de los rumores que no han sido confirmados por fuentes oficiales.

La noticia de estos arrestos fue otro cubo de agua fría en las aspiraciones de los cubanos comunes de poder conectarse con el mundo a través de internet.

Durante mi estancia pregunté a periodistas y personas con cargos de relevancia en instituciones si sabían algo del tema. Todas ellas me aseguraron que lo del cable es un misterio.

Pese a todos esos obstáculos y resistencias, percibí una gran atracción y entusiasmo por las nuevas tecnologías. Mercedes presume de haber pasado un curso de ofimática a distancia, sin ordenador. «Dibujaba el teclado en un papel y seguía imaginariamente las instrucciones de curso». Busca un trabajo mejor que le permita poner internet en casa para poder chatear más a menudo con su hijo. Yadel siempre lleva la memoria encima, en la que porta música, materiales de trabajo, noticias, e incluso unas presentaciones románticas de fotos suyas con música de fondo que dedicó a su pareja y que hizo él mismo. Tiene móvil, aunque nunca puede recargarlo. Se conecta muy poco a internet, pero tiene abiertas cuentas en Facebook y Twitter. «Agrégame, ¿eh?», me insiste. Facebook sale cada vez más en las conversaciones de la gente, a menudo citado como vía para chatear con parientes en el extranjero.

En una isla que a menudo provoca claustrofobia, internet se siente como sinónimo de ventana al mundo, como una vía para enterarse no sólo de lo que pasa en otros países, sino de lo que ocurre en la propia Cuba, de lo que no cuenta el Granma. El Gobierno promete una revolución tecnológica, celebra congresos sobre las redes sociales (centrados en cómo defenderse de la ciberguerra yanqui), y atribuye al bloqueo que el país esté a la cola de América Latina en el uso de las nuevas tecnologías. Por si alguien se emociona más de la cuenta con los aires de apertura, en la citada noticia de HT se recuerda:

Los funcionarios dejaron bien claro que las posibilidades de expansión no significarían un mayor acceso o más bajos precios del servicio, anotando que las oficinas y gobiernos estatales,  las escuelas, periodistas oficiales y otros sectores priorizados tendrían un servicio más rápido con este cable.

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8 Respuestas para “La generación USB”

  1. Ander Izagirre 10 febrero, 2012 en 20:35 #

    Me has recordado los tiempos en que no quería instalar internet en casa y me iba dos o tres veces por semana a un cíber del barrio: me pasaba una hora leyendo y respondiendo correos, mirando tres o cuatro blogs, haciendo alguna consulta, y guardaba en un USB los asuntos que quería mirar en casa. De eso hace seis o siete años, y entonces era suficiente. Rediola.

  2. xei 11 febrero, 2012 en 21:16 #

    cuba tiene internet mediante un enlace por satélite con un ancho de banda que es una kk. La unica coneccion que tiene esa isla telefonicamente son los cables antiguos de cobre que estan tirados desde USA desde hace tiempo, por eso es un pais muy caro tambien para llamar desde fuera. Entonces la restricciones a internet y la lentitud si es real por factores de bloqueo, espero que el nuevo cable de fibra optica no se pare porque es horrible estar en una isla aislados. en las universidades hay internet para los estudiantes, solo que no te puedes meter ni en paginas pornograficas ni en diarios que se consideren «contrarrevolucionarios», eso fue lo primero que me dijeron cuando me dieron mi cuenta. Me acuerdo que cuando tenia que bajar algun articulo importante o investigar para algun trabajo nos quedabamos toda la madrugada en el aula de computacion porque a esa hora de menos trafico va genial, a un nivel mas aceptable vaya y luego al otro dia a clases pero con el trabajo hecho 🙂 jajaja que locura.

    • tribal flapper 27 marzo, 2012 en 15:42 #

      Me gustaria agregar a esto, que el gobierno cubano prohibe entrar al pais antenas y equipos de recepcion satelital que permitirian a los cubanos conectarse a internet a traves de los satelites a de cualquier proveedor mundial(me da igual el como).
      O sea, que el bloqueo tambien es interno…
      Alan Gross esta preso en Cuba en estos momentos por entrar ese tipo de aparatos.
      saludos

Trackbacks and Pingbacks

  1. ElBandidoSonriente - 10 febrero, 2012

    La generación USB http://t.co/1PNELAMu vía @marikazetari

  2. June Fernández - 10 febrero, 2012

    A falta de buen acceso a internet, en #Cuba se habla de la "generación USB". Repaso cómo andan las nuevas tecnologías: http://t.co/0IhLkHWk

  3. Buxus Sempervirens - 10 febrero, 2012

    A falta de buen acceso a internet, en #Cuba se habla de la "generación USB". Repaso cómo andan las nuevas tecnologías: http://t.co/0IhLkHWk

  4. Leandro Pérez Miguel - 11 febrero, 2012

    La generación USB, post de @marikazetari sobre #Cuba http://t.co/029yCUTc

  5. Bitacoras.com - 5 marzo, 2012

    Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Me cuentan que Alexander, uno de los líderes del popular grupo de reguetón cubano Gente de Zona, se acostó con dos chicas en un hotel. Mientras él dormía, ellas le estuvieron grabando desnudo con el móvil, para probar d……