Historico | noviembre, 2011

Androcentrismo absoluto

21 Nov

Un mapa teñido de azul ilustra la mayoría absoluta del PP en las elecciones de hoy. Tenía tan asumido que esto iba a pasar, que no me provoca grandes reflexiones. Sin embargo, se me ocurre que ese color azul que lo inunda todo le va como anillo al dedo a las fotos que ha dejado esta noche electoral. Ha sido una gran victoria para la derecha, pero también para el androcentrismo. Sólo una candidata, Rosa Díez. Sólo una mujer entre quienes ocuparán los siete asientos de Amaiur en el Congreso de los Diputados. Mayoría absoluta de hombres en el debate de TVE; total en el de ETB2. Cuando en TVE se ha pedido un titular a los directores de los principales periódicos, hemos vuelto a recordar que no hay ninguna mujer al frente de los diarios más leídos.

Las mujeres han ocupado durante la campaña y durante esta noche un lugar secundario y, sobre todo, ornamental. Ana Blanco, Pepa Bueno y Ana Pastor (impecables, eso sí) se dedican a recabar opiniones de expertos. Elena Valenciano y Ana Mato cumplen con el arquetipo de «gran mujer detrás de un gran hombre». Sí, detrás, y sin poder. Por no hablar de las esposas de los mandatarios. Me ha indignado ver que tanto el PSOE como el PNV han dispuesto a sus militantes de forma que el líder apareciera en la televisión rodeado por mujeres. Mujeres que no tienen ni nombre ni voz. No me sirve que Amaiur prometa hacer política feminista, si no es capaz de algo tan básico como garantizar la presencia justa de mujeres en puestos de poder.

Me indigna que así las cosas tanta gente siga pensando que activar medidas para la paridad supone discriminar a los hombres y reducir a las mujeres a una cuestión de cuotas. Se ve que es mejor ser mujer-florero que mujer-cuota. También me enerva saber que mucha gente pensará al leerme: «ya está esta pesada con su disco rayado». Como si pedir que la mitad de la población dejemos de ser ciudadanas de segunda fuera una cabezonería, una neura como otra cualquiera.

Concha Caballero publicó el pasado jueves en El País un artículo que me llega a través de Beatriz Gimeno, en el que lamenta la drástica pérdida de protagonismo de las mujeres en el PSOE. Copio un par de fragmentos:

Tras años en los que la igualdad de género fue una seña de identidad de su formación política, la presencia y, sobre todo, el poder político de las mujeres ha decaído abruptamente. Sus grandes mítines y presentaciones públicas son masculinas y patriarcales. Si acaso, alguna mujer oficia de presentadora o telonera de sus compañeros masculinos. Y es que, desde que comenzó la crisis económica, se ha edificado una simbología y un imaginario masculino que ha barrido de escena no solo la presencia de las mujeres, sino todos los debates que afectan al desarrollo social. Además, se ha apelado a construcciones muy arraigadas en el inconsciente colectivo, según las cuales la autoridad y los tiempos difíciles necesitan liderazgos masculinos, centralizados y de edad avanzada.

(…)

Han logrado convencernos de que la economía es neutral en vez de la rama más política e ideologizada de las ciencias sociales. Apelan a que votemos con el bolsillo, no con las ideas. “Ya nos ocuparemos de las demás cosas cuando salgamos de la crisis”, nos dicen. Pero no es verdad. Saldremos de la crisis con el modelo social que hayamos diseñado en estos años. La misteriosa desaparición de las mujeres en campaña, las escasas referencias a la igualdad, el revival de “la mujer de su casa” no es una insignificancia sino un serio aviso de retroceso social.

Efectivamente, en tiempos de bonanza a Zapatero le quedó estupendo declararse feminista, rodearse de ministras que posaban para Vogue y lanzar leyes de igualdad. Pero ahora que hay crisis ya no estamos para esas chorradas; ahora necesitamos a tíos que salven el país de la debacle económica.

El problema es que las mujeres también nos creemos que nuestra presencia en la vida pública es un asunto menor, respecto a otros tan fundamentales como la recuperación de la economía o la lucha por la autodeterminación del pueblo vasco. Esos son el tipo de temas que importan, los que movilizan, los que provocan el hundimiento de algunos partidos y el éxito de otros. Que se respete a la mitad de la ciudadanía se reduce a «el tema de género», «el tema de la mujer», ese que se despacha dedicándole un coqueto apartado rosa en el programa electoral.

Así las cosas, toca volver a lo más elemental, recordar que las mujeres somos la mitad de la Tierra, la mitad de España, la mitad de Euskal Herria, la mitad del electorado, la mayoría en las aulas de Periodismo. Ni Rajoy ni Otegi (si se me permite citarle sin venir mucho a cuento) nos van a salvar de nada. Porque estamos bien jodidas. Y lo seguiremos estando, tanto en una España próspera como en una Euskal Herria libre. Todos los partidos políticos, sean de derecha o de izquierda, están dominados por hombres que, por muy enrollados que parezcan, no van a renunciar a su poder para permitir que las mujeres ocupen el lugar que nos corresponde por ser la mitad de la humanidad. Izquierda Unida y Amaiur son buenas pruebas de ello. Han tenido tiempo para cambiar, y no lo han hecho.

Me da mucha pena, yo que he sido gran defensora de la implicación de los hombres en la lucha por la igualdad, ponerme en este plan, pero es así. A ver si espabilamos de una vez y aprendemos a defender y a priorizar nuestros derechos; un sano egoísmo que de paso sentaría de perlas a esta sociedad tan enferma desde el punto de vista económico, político y moral.

Rectificación: Me he olvidado de Uxue Barkos al afirmar que Rosa Díez es la única candidata. Lo siento.

 

Un año pikareando

17 Nov

 

Pancarta que recoge las palabras con las que nuestras lectoras definen Pikara, hecha por Andrea y Flor para la fiesta

 

Este es un email que envíe a un grupo de amigas el 18 de febrero de 2010. El asunto era: «Mi última locurilla: ¿me ayudáis a montar una revista digital?».

Hola, chicas:

Mis ciber-amigas sabéis que he abandonado el blog. Mis amigas más terrenales, que llevo un invierno un poco apático en lo profesional y que ando buscando algo con lo que ilusionarme. (…)

Ayer Lucía Martínez Odriozola (periodista y mi madrina y pepita grillo profesional) me dijo hablando de esto: «¿Y por qué no montas una publicación digital?» En el momento me pareció una marcianada, pero en seguida me puse a pensar cómo podría ser para que no fuera una más, para que se distinga de los proyectos de comunicación no sexista que hay. Y se me ocurrió que fuera una revista para (en principio) mujeres, jóvenes (vitalmente, no por fecha de nacimiento), urbanas entre comillas, con inquietudes sociales y, sobre todo, feministas. Vaya, básicamente lo que soy yo y la mayoría de vosotras. Lo más parecido que conozco es unarevista estadounidense que se llama Bitch. (…)

Yo estoy pensando en una revista digital abierta, transgresora e incluso un poco caótica. Llena de amigas, o sea de vosotras, que aportéis lo que os apetezca. En principio me gustaría hablar de lo que tiene que ver con sociedad y cultura contemporánea, pero siempre con mirada de género y buscando un equilibrio entre temas ligeritos y resultones con reportajes en profundidad, hechos con sosiego.  (…) En el peor de los casos, si antes tenía un blog, ahora tendría algo más elaborado en lo que escribir de lo que quiera, con vuestra participación(…). No supone mucha más inversión que tiempo e ilusión, y no tengo grandes expectativas.

Terminaba preguntándoles qué les gustaría leer y qué les gustaría aportar. Todas me apoyaron un montón. Algunas de las destinatarias de ese email son colaboradoras habituales de Pikara; otras, lectoras y comentaristas incondicionales. Con ellas y con toda la gente a la que fuimos contagiando con nuestro entusiasmo, fuimos gestando Pikara, hasta que exactamente 9 meses después, el 18 de noviembre de 2010, publicamos el primer reportaje: «¿Será niño o niña?», en el que Paloma Migliaccio y yo abríamos el debate sobre qué hacer con los bebés intersexuales.

Hoy nuestra revista, Pikara Magazine, cumple un año. En fin, me emociona mucho ver que la idea-calambre que surgió una tarde gris de invierno en la que me sentía en crisis, se ha materializado siendo en esencia lo que imaginé, pero llegando a mucha más gente de la que esperaba, creando tantos lazos, y acompañada por un equipo de compañeras tan estupendas.

Con motivo de nuestro aniversario, hemos animado a los y las lectoras a que contesten a un cuestionario para evaluar el proyecto y seguir mejorándolo. Una de las preguntas era «Define Pikara con tres palabras». Podéis ver en la foto lo que contestaron. No puedo describir la satisfacción que siento al comprobar que nuestro público percibe exactamente lo que queremos transmitir. Efectivamente, yo también definiría así Pikara: fresca, comprometida, crítica, diferente… Pero sobre todo me ha gustado que nos definan como sinceras.

En estas ocasiones siempre me entran tentaciones de ponerme en plan Almodóvar a repartir agradecimientos lacrimógenos. No voy a dar nombres, (aquí están casi todos), aparte de mis queridas Lucía, Itziar y Maite, (ilustre consejo de redacción de Pikara Magazine)  pero sí que quiero expresar lo profundamente agradecida que estoy a las personas que me han metido o renovado el veneno del periodismo, y el del feminismo. Una maravilla de año.

¡¡¡Y esta noche fiestaaa!!!! Van a acompañarnos protagonistas de este año de Pikara como Barbarina Dar-Dar, Raketa Brokobitx, Olaia Aretxabaleta, DJ Patty Hearst y, por supuesto, la mayoría de nuestras colaboradoras y fieles lectoras. No podéis faltar.

«No tenemos pisos para inmigrantes»

6 Nov

¿Recordáis que en marzo SOS Racismo demostró que a las personas negras y magrebíes no les dejan entrar en un montón de bares de Bilbao? Pues han repetido el método del testeo, junto a CEAR, esta vez para probar que la discriminación racista también es una práctica sistemática en el caso de las inmobiliarias. Algo más grave, si cabe, porque el resultado es que las personas inmigrantes lo tienen mucho más difícil para encontrar piso; un derecho básico que además es la puerta a la regularización. Yo acompañé a uno de los grupos como colaboradora del periódico Diagonal.

Os dejo con mi crónica y os invito a leer el post de Lucía Martínez Odriozola, otra de las testigos morales. De su entrada me quedo con la idea de que el inmigrante que va a buscar piso es tan cliente de la inmobiliaria como el propietario que lo alquila. Algo obvio, pero que se nos olvida incluso a quienes reprobamos estas prácticas discriminatorias.

CRÓNICA DE UN DÍA DE BÚSQUEDA DE PISO MARCADO POR EL COLOR DE LA PIEL

«No tenemos pisos para inmigrantes»

Una acción antirracista demuestra discriminación sistemática e las inmobiliarias de Bilbao. A magrebíes y subsaharianos les ofrecieron sólo el 20% de las viviendas que ofertaron a los nacionales.
JUNE FERNÁNDEZ (BILBAO)
DIAGONAL. DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE DE 2011.  NÚMERO 160
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A Ababacar Sambe le ofrecieron un piso de alquiler en esta inmobiliaria; al participante autóctono le ofertaron cinco./ June Fernández

 

Tres personas entran a la misma inmobiliaria a buscar un piso de alquiler. A dos de ellas les ofrecen sólo una. A la otra le ofrecen 13. Las tres son hombres que rondan los 30 años, afirman tener trabajo y contrato indefinido. ¿En qué se distinguen? En el color de la piel. El único blanco es el que se ha encontrado con esa oferta variada. Ocurrió el pasado viernes durante el testeo de inmobiliarias organizado por SOS Racismo-Bizkaia y CEAR-Euskadi en Bilbao con el objetivo de demostrar la discriminación que sufren las personas inmigrantes en el acceso a la vivienda.

Siete grupos compuestos por una persona autóctona, una magrebí y una del África negra, acompañados por periodistas en calidad de testigos, recorrieron un total de 29 inmobiliarias. A los nacionales les ofrecieron un total de 105 pisos; a los magrebíes 23, y a los subsaharianos 22. Es decir, a las personas inmigrantes sólo les ofrecieron el 20% de los pisos en alquiler; ya fuera porque no les atendieron o porque les ofrecieron menos pisos que a sus compañeros autóctonos.

A las 4 de la tarde, los siete grupos se reunieron en diferentes bocas de metro para empezar a recorrer las agencias de diferentes barrios bilbaínos. Los tres participantes de cada grupo entraban en las mismas inmobiliarias, pero de forma muy espaciada, para no levantar ninguna sospecha. Llevaban grabadoras en el bolsillo que registraron tanto declaraciones explícitas de que los propietarios de los pisos no quieren inmigrantes, como el contraste entre la amabilidad con la que se atendía a los nacionales y la brusquedad con la que se despachaba a los inmigrantes. A algunos ni se les dejaba entrar por la puerta: «No tenemos pisos en alquiler, sólo en venta». La mentira quedaba probada cuando entraba el nacional y se le ofrecía una amplia gama de viviendas.

«Encajas a la perfección con un piso y con su propietario. Le voy a llamar ahora mismo», le dijo exultante la agente a Peio en una inmobiliaria del Casco Viejo. Ya tenía al propietario al otro lado del teléfono cuando lo tapó para preguntarle a Peio: «Porque tienes nómina y todo, ¿no?». Le ofreció otros cinco pisos más. Ibrahima en cambio no duró ni cinco minutos en la inmobiliaria: «Hay poca cosa, la verdad», le dijo la misma mujer, quien se limitó a apuntar su teléfono y despedirle sin hablarle de ningún piso. En otra inmobiliaria, a Ibrahima, de origen senegalés, le dijeron que primero tenía que llevar contrato de trabajo, nómina y aval bancario, y entonces ya verían si algún propietario estaba interesado en alquilarle a él.

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