¿Cómo no creer en esto?
19 Jun
La Plaza Arriaga, abarrotada. "No cabemos todos, que abran San Mamés", grita la gente. Foto de @bilbaoacampada
Más de 12.000 personas se han manifestado en Bilbao, y esta vez la convocatoria no tenía nada que ver con el conflicto vasco. No se trataba de una marcha contra ETA ni a favor de la autodeterminación. Se trataba de expresar la indignación ante la precariedad, la corrupción, los recortes de derechos. Algo que une a las personas sea cual sea su sentimiento de pertenencia nacional. Y eso en este país se agradece. O al menos yo lo agradezco.
La convocatoria también ha unido a gentes de recorridos dispares: desde jóvenes que probablemente no hubieran pisado una manifestación antes a personas referentes en los movimientos sociales. Mucha juventud, claro, pero también familias enteras, con sus carritos y todo, y personas mayores desgañitándose emocionadas.
Así que yo me pregunto: ¿Cómo no creer en esto? ¿Cómo no creer en un movimiento que logra sacar a la calle en una ciudad como Bilbao a 12.000 personas sin valerse de la visceral polarización política? Y no es sólo la mani. El hecho de ver día a día movimiento en la Plaza Arriaga (y, poco a poco, en otras de los barrios), debates, talleres, gente compartiendo tiempo junta, ya hace al 15M merecedor de mi respeto.
He ido a un par de asambleas y he comprobado que hay mucha testosterona (o sea, liderazgos agresivos, desigualdades en el uso del tiempo y del espacio, mala gestión de agresiones sexistas…), bastante frikismo y un reconocimiento insuficiente a quienes llevan décadas trabajando a favor de ese otro mundo posible y necesario. Entiendo que haya críticas, que se mire con recelo a un colectivo surgido espontáneamente y sin un discurso político sólido. Pero no entiendo la desconfianza ni el escepticismo como actitud vital. No entiendo que no se crea en la única iniciativa que ha conseguido unir, movilizar e ilusionar a tanta gente y tan diversa a favor de la justicia social.
Tenía ganas de decir esto la semana pasada, cuando salí espantada de una asamblea y, pese a ello, me recordé a mí misma dos cosas: 1- Sería injusto no apoyar a un movimiento necesario llevada por la mala imagen que da una minoría ruidosa. 2- Sería muy cómodo utilizar a esa minoría ruidosa como pretexto para no mojarme. La mani me ha servido para reafirmarme. Si hay cosas que se hacen mal, pues habrá que poner nuestro granito de arena para que se vaya consolidando un espacio respetuoso, igualitario, libre.
Por cierto, me ha gustado mucho que en la mani haya habido espacio para mensajes que apelaban a la responsabilidad colectiva y a lo que podemos hacer en nuestro día a día. Está muy bien gritar «No es una crisis, es una estafa», cagarse en Botín, en los Borbones y en Azkuna, pero el cambio tiene que empezar por una misma. En el manifiesto se aludió a la capacidad de las personas para transformar la sociedad, soñando, creando, consumiendo menos. De entre todos los carteles, me quedo con éste: «Revolución también es sonreír al vecino».
Actualización: He colaborado con una pequeña crónica de la manifestación en Bilbao para el especial de Periodismo Humano, El 15M se hace fuerte. Espero que os guste
Me ha encantado tu crónica y suscribo casi palabra por palabra todo lo que has escrito. Especialmente me gusta el primer parrafo.
un saludo, te tuiteo ya mismo !!!
Aupa
Se agradece ver tu analisis de la manifestacion, ahora que me he marchado del Arriaga despues de unas semanas que han revolucionado mi percepcion de las personas y mi actitud en el mundo. Y me he marchado por razones de fuerza mayor – curro en el pais vecino hasta el 31 de julio – pero dejando alli, viviendo en la plaza y/o asistiendo regularmente a asambleas, reuniones y acciones, a una gran familia de gentes con las que quiero seguir caminando en el futuro.
Muy acertada tu actitud cuando por unas pocas personas no te has alejado del movimiento. En el Arriga y se de buena tinta que en muchas otras plazas, se predica la escucha y el respeto. Algunos penes andantes solo saben hacerse escuchar cayando la boca de las demas. Y este movimiento esta alterando esta estructura patriarcal de la organizacion politica o revolucionaria, ya que son muchas las que viven y/o trabajan en la plaza del Arriaga apostando por la horizontalidad y el consenso, contra la manipulacion de la mayoria por unos pocos y a favor de un movimiento inclusivo, radical y respetuoso del que piensa diferente.
pues eso, animo y a seguir en la brecha hasta que se haga tan grande que ya nunca se pueda volver a cerrar.
Un abrazo
Jonber
PD: Puntazo que curraras para Frida, siendo yo un fiel seguidor de lo que contaba por alli la Maite y sus analisis en la seccion de sexo. Puntazo que colabores con Periodismo Humano, habiendo conocido en mis estancias gabatxas a patricia Simon que creo es una de las que empezo el asunto. Si es que el mundo es un panhuelo….
Mmmmmm… me encanta leerte y poder decir lo mismo ¿cómo no creer en esto? Sigamos soñando, creando y transformando!!!
Fue una manifestación alegre y divertida. Normalmente, nos manifestamos para protestar. Ayer el motivo era construir.
June: el cartel decía ‘Revolución también es sonreír al vecino’.
Pablo y Ianire: ¡Muchas gracias!
Jonber: Qué bueno que hayas vivido esa experiencia (yo no puedo decir lo mismo, porque el 15M me pilló yéndome de viaje), que seas crítico pero a la vez sigas ilusionado. Ah, y si no la conoces ya, te invito a que pases por la revista feminista que montamos hace medio año: http://pikaramagazine.com
Lucía: Jo, qué rabia, me entró la duda pero ya era muy tarde para llamarte y tenía que mandar la crónica así que me arriesgué con «saludar» (aunque «sonreír» me gustaba más) y lo puse en los dos. Aquí lo he cambiado. Efectivamente, es importante que no se trate de una crítica vacía, de una mani-cabreo sin más, sino que se base en las ganas de construir. Besos