Historico | 4 abril, 2011

Autoestima vs. Ego

4 Abr

En los talleres Feminismo 2.0. que imparto, hablo de la brecha digital de género, y de que, como he comentado de pasada en algún otro post, aunque las mujeres somos ligera mayoría entre las personas que usan las redes sociales, somos menos visibles. Apenas aparecemos en los listados de bloggers más influyentes, y ya comentamos que resulta muy difícil pensar a bote pronto un equivalente femenino de gente como Escolar, por ejemplo. Pregunté por Twitter y me dieron referencias una lista de unas 20 tuiteras populares. Haberlas haylas, pero por algún motivo, cuesta más verlas.

Una de las hipótesis que suelo lanzar para explicar las desigualdades en la Red (para conocer otras, leed a gente como Gusi Bertomeu) es que los hombres ven las oportunidades que ofrece para mejorar su proyección profesonal o personal, y las aprovechan, como es natural. Las mujeres (permitidme generalizar así por no estar todo el rato usando coletillas como «salvo excepciones» o «en la mayoría de los casos») sienten más reparos, se preocupan por el qué dirán, buscan pasar más desapercibidas… Incluso encuentro estrategias recurrentes como utilizar siempre seudónimo o poner un nombre al blog que suene a blog colectivo, pese a que la única autora sea una mujer. Creo sinceramente (si no estáis de acuerdo, decidlo, que de eso se trata) que a las mujeres les da mucho más pudor crear un blog con su nombre, con su foto, planteado como una carta de presentación. Yo me considero poco pudorosa, y aún así no hay día que no me plantee quitar de aquí mi foto y volver a las fotos de espaldas, por ejemplo. Y en mis cursos me da un corte de la leche citar mi blog o decirles que me busquen en Twitter.

En los anteriores post hemos estado de acuerdo en que también nos cuesta más hacer humor y hablar de sexo, dos ingredientes muy efectivos a la hora de cosechar lectores y seguidores en las redes. Los talleres que imparto se enmarcan en programas municipales de empoderamiento para mujeres, así que el planteamiento es entender que las redes sociales pueden ser buenas aliadas para aumentar nuestra participación social y trabajar la confianza en nosotras mismas, entre otras cosas. Se trata por tanto de detectar e intentar trabajar sobre aquellas inseguridades que nos frenan a la hora de ser más activas y visibles en internet. Pero se me plantea una duda: ¿los blogueros exitosos están seguros de sí mismos o tienen un ego como un piano?

¿Dónde está la frontera entre el aprovechamiento sano de internet para expresarnos y la vanidad? ¿Somos las y los autores de blogs personales (quiero decir, que nos dedicamos a opinar y a filosofar, incluyendo batallitas personales, no a compartir enlaces fríamente) ególatras incurables? Al fin y al cabo, no sé a vosotros, pero a mí me da subidón ver que la gente me sigue y me comenta, sentir que hay mucha gente a la que le interesa lo que cuento, que lo retuitea, que pincha en «me gusta»…

Me irritan estos tuiteros populares que se convierten en personajes, que lanzan tuits en los que son el centro, que anuncian a todo bombo sus logros profesionales, que escriben entradas airadas quejándose sobre que los grandes medios les boicotean, o que piden que «meneemos» sus posts. Pero claro, es probable que yo también caiga en algunas de esas cosas. No sé, nos exponemos y nos gusta casi todo el rato. Espero que las psicólogas que se pasan por aquí (y quien tenga una opinión al respecto) me aclaren lo siguiente: ¿cuál es la relación entre autoestima y ego?

Siempre he pensado que el ego desmedido es una forma de disfrazar inseguridades, que denota que la persona tiene una autoestima tipo montaña rusa y que por eso busca recibir todo el rato refuerzos positivos. Tiendo a pensar que quien parece estar enamorado de sí mismo, en realidad se quiere poco. Pero, por otro lado, podemos plantearlo justo al revés y ver como algo positivo que alguien tenga la seguridad en sí mismo como para exponerse hablando en primera persona de lo que le preocupa en un blog, y que intente atraer al máximo de lectores porque cree que lo que cuenta tiene interés.

En definitiva: ¿Cómo distinguir a alguien seguro de sí mismo de un ególatra? ¿He de poner como ejemplo ante mis alumnas a estos blogueros y tuiteros chachiguays, y desear que afloren mujeres así de populares? Por supuesto que hay un porrón de mujeres ególatras, también en internet. ¿Son un ejemplo a seguir o están imitando modelos masculinos que convendría desterrar? En fin, lo dicho, esta vez el post va de preguntas y no de respuestas.

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Buscando información sobre el tema, he encontrado un vídeo de entrevistas a blogueros (todos hombres) sobre su ego en internet, y un post sobre el ego en Twitter. Nos pueden dar claves para debatir.