La derecha está acurrucada y esperando no se sabe qué; algo así como si quisieran reaccionar, cambiar inmediatamente de líder y empezar de cero. Han sido cuatro años ‘disparando’ con salvas y justificándose detrás de la AVT. Nunca ha tenido la suficiente valentía el partido Popular para llamar a las cosas por su nombre. La derecha en este país precisa con urgencia el recambio de muchos de sus políticos de primera fila, además de un cambio de identidad y un giro de política. Precisa modernizarse. Su política está excesivamente manoseada. Y no deben, debemos, ser los liberales quienes les hagamos el trabajo para llegar a Moncloa.
Uno de los grandes problemas del partido de Mariano Rajoy es que, una vez que tocan poder, planifican muy mal el tiempo. Al contrario de lo que suele hacer el socialismo. Durante las dos legislaturas de José Mª Aznar dejaron transcurrir el tiempo sin trabajar en firme y así les cubrió el pelo; hasta la LOCE se la voltearon en cuestión de meses. Pero cuando vuelven a estar en la oposición contraen compromisos que rara vez pueden cumplir. Les pasó con la educación, la sanidad, el medio ambiente, la cultura y el patrimonio…Ah, eso sí, en terrorismo sí cumplieron. Y seguramente sea en lo único que aportan confianza a la ciudadanía.
¿Quién va a hacer el trabajo a Rajoy mientras duermen y retozan sus asesores? Debe aprender o abandonar la nave; aún hay tiempo para sacar al presidente Rodríguez de Moncloa por la vía democrática. Rajoy no sirve ya para la empresa, como apuntó hace unos días un significado miembro de su partido. «No nos sirve ya, se ha quemado él solo y no ha sido capaz de ‘fabricar’ un recambio». ¿Por qué tanto complejo en la derecha? ¿Dónde está la dignidad de Mariano Rajoy si no es capaz de abandonar un partido en el que las bases han dejado de creer en él?
Estamos convencidos de que si Rajoy continúa al frente del Partido Popular es porque tiene mala memoria. Repetía con frecuencia John Osborne que “el que tiene mala memoria se ahorra muchos remordimientos”. Será por eso por lo que don Mariano no acaba de ver la realidad. ¿Se atreverán Gallardón y Aguirre a defenestrarle antes de que sea tarde y la ciudadanía pague los platos rotos? Mariano Rajoy debería sopesar el riesgo de seguir al frente del PP. Y ese riesgo supone tener más Zapatero, más ‘carantoñas’ a ETA, más sitio a ANV, más “hombres de paz”,… Sin duda es el momento, Mariano. La decisión más sabia es hacer el petate, saludar al tendido y refugiarse en tablas.
