Me encuentro con un compañero de fatigas en las tareas de prensa y me dice que está hasta las narices de la Sanidad en Castilla y León. Lleva en lista de espera 10 meses para operarse de cornetes.
Se está planteando hacerlo por vía privada, ante el desprecio de la Junta de Castilla y León y de la Consejería de Sanidad a los ciudadanos. Sin duda, Valladolid es un caos sanitario y la oposición (PSOE) sin enterarse. ¡Así nos cubre el pelo con políticos de medio mandil, como los de esta comunidad!
Éste de aquí arriba es el consejero de Sanidad de Castilla y León y culpable, a la vez, del desaguisado de las listas de espera. En Madrid le hubieran tirado al Manzanares o le hubieran corrido a gorrazos los sindicatos. En León le perdonan todas las chapuzas a la Junta, pero en Castilla puede encontrarse con ‘lo que vale un peine’ en cualquier momento, como cuando estuvieron a punto de hacerle llorar en las Cortes regionales, por sus reiteradas chapuzas en sanidad en Ávila y la continuada falta de médicos, resultado de una nefasta planificación y de un equipo inexistente.
Para quienes visiten el blog y lean la noticia en Facebook — desconociendo al personaje en cuestión– les diremos que se llama Francisco Javier Álvarez Guisasola. Y en las Consejerías por las que ha pasado, además de la actual de Sanidad, se le conoce como: «La cocinera». ¿Por qué? ¿Dígannos ustedes quién guisa sola?
El citado apodo se lo puso un director general de la actual Consejería de Educación, de la cual fue titular hasta que ‘Juanvi’ Herrera tuvo la peregrina e ineficaz idea de concederle la titularidad de Sanidad en la comunidad.
