Mariano Rajoy, cuestionado líder del PP, y Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León y ‘barón’ a la baja del Partido Popular.
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La mala suerte le acompaña a Mariano Rajoy, como decíamos al principio. La prueba más evidente es que en su agenda política lleva el problema del agua, como uno de los asuntos clave. Dicho problema puede empezar a resolverse si la primavera sigue su curso natural.
Otra cuestión son las infraestructuras. Pero ese es otro tema y de otro calado. Cataluña ya bebe y Valencia y Murcia riegan sin problemas, que no es poco. Pero Mariano, sigue en su desconcierto actuando tarde y mal.
Actúa tarde en sus interpelaciones al Gobierno y está dejando pasar de largo numerosas injusticias contra la ciudadanía. No se le oye como líder, carece de portavoz creíble, los ‘sorayos‘ viven asustados y ‘su niña Soraya’ está desaparecida en combate.
En la única intervención que ha tenido Soraya, parece que pide perdón al Gobierno, en vez de mostrarse seria, rigurosa y firme. En el PP ya están hartos de sus maniobras ‘obreras‘ y de sus mentiras de media tarde. Y no solo sus propios compañeros; recuerden que llevó la mentira a la COPE, donde Losantos acabó por ‘descabalgarle’ de su inconsistencia. Mariano Rajoy se va a tener que enfrentar a un grupo de oposición dentro de su propio partido, como consecuencia de la mala cabeza de ‘su Soraya‘. Cada día son más diputados y senadores del PP los que ‘juran en Arameo’ contra la portavoz y contra la marcha del partido.
Decíamos que Mariano actuaba tarde y mal. Si la tardanza ha quedado demostrada, la mala actuación tiene su fundamento en la noche electoral. En aquel momento debió cerrar su etapa al frente del PP. Lleva dos meses con paños calientes, frente a los cientos de peticiones de afiliados, senadores, diputados de su propio partido, además de los ciudadanos que no dejan de pedir que se marche y no haga mas daño. Lo mejor es que se baje del barco ahora, sin esperar ni siquiera al congreso de junio.
El sentido común de la ciudadanía se ha convertido en el látigo que le va a fustigar durante toda la legislatura, desde el momento en que no escucha a la calle. Y si no escucha a la calle estando en la oposición ¿qué es lo que no será capaz de hacer si llega, que no llegará, al Gobierno?
Estoy convencido que el grupo conjunto de Burgos y Valladolid, que pretende anunciar su candidatura al congreso de junio, lo hará cuanto antes. La situación no puede esperar. Si Juan Vicente Herrera se esconde para que no le relacionen con el grupo de presión, sabedor de que han empezado a moverle el sillón desde Ávila, pues habrá que sacarle del escondite. Ya está bien de ir de feria en feria, de vino en vino y de canapé en canapé, mientras la región se despuebla y el gobierno regional anuncia medidas que nunca llegan y que el ciudadano no ve jamás. Eso sí, echa todas las culpas que puede al Gobierno de Rodríguez, hasta que el Delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, desmonta todos y cada uno de los argumentos de Herrera y sus huestes.
Y si alguien duda de ello: sepan, amables lectores, que numerosas empresas agrarias tuvieron que buscar asesoramiento fuera de Castilla y León durante la invasión de los topillos. Igualmente debería conocer la población castellano-leonesa que muchas empresas han de irse a buscar apoyo financiero fuera de León y de Castilla. Y sepan, también, que nuestros jóvenes estudian en su tierra, pero acaban marchándose a otras comunidades en busca de sustento, progreso y prosperidad, porque las universidades de Castilla y León, la formación profesional y la I+D+i han sido incapaces de afianzar una infraestructura para conformar un modelo de prosperidad y desarrollo.
Pero todo ello lo trataremos en profunduidad en las próximas semanas. Al tiempo y a los datos.