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Derroche de Rodríguez Zapatero

A Pío García Escudero no le cabe ninguna duda respecto al presidente Rodríguez Zapatero, por eso dice que debió ser hormiga, en vez de cigarra. Tal afirmación la hace partiendo de la herencia que recibió del ínclito y admirado, por otros vilipendiado, José María Aznar. Una herencia que hubiera satisfecho a cualquier presidente responsable, incluso la hubiera ampliado. Pero en el caso del leonés, Rodríguez Zapatero, la incompetencia ha abanderado todo su mandato, la mentira ha alumbrado su día a día y la estupidez añadida a la falta de sentido común ha sido su tarjeta de presentación.

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Mr. Bean español: tonto útil y hazmerreír de Europa.

Aquí les dejo una foto de nuestro ‘Pinocho‘ particular. Llegó en ‘tren de cercanías’ y haciendo alarde del talante, sobre todo del buen tatante, y se ha demostrado que no encerraba nada, ni siquiera los valores lógicos de una sociedad desarrollada; la prueba es que ni siquiera supo formar una familia ni educar adecuadamente a sus retoños gótico-esperpénticos. Y si con la familia falló, no podía acertar con la formación de su Gabinete ministerial. Abusó de la cuota y ahí tienen los resultados: formas y ejercicio de represión por todas partes. Unos tics dictatoriales que, si los lleva a cbao un partido conservador, salen los de la ‘zeja‘ con palos y pistolas a la calle o activan un enfrentamiento fraticida. ¿Siempre es así la ‘izmierda‘?

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Zapatero: no se fía de él ni su gente.

“Yo tardé nueve años en padecer el síndrome de la Moncloa, a Aznar le llegó a los seis, y a éste le afectó ya a los dos años”. La frase, lejos de ser anecdótica, resulta de la máxima relevancia viniendo de quien viene, el ex presidente socialista del Gobierno Felipe González.

FUENTE: La Gaceta

¿De padre desconocido…? ¡¡¡ UFFF !!! …….

¿Quién es el verdadero padre de Leire Pajín?  ¿Cómo explicar el meteórico ascenso de una persona tan mediocre?

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Fijaos en los dientes, en los labios, en los ojos, en la frente, en los mofletes, en la sonrisa,… Yo añado… y en la nariz, sobre todo en la nariz.

Nunca se puede decir “De este agua no beberé”. Y tampoco: “Este cura no es mi padre”