Aunque todo el mundo hable solo de una crisis, la económica, España sufre al menos tres, ya que junto a aquella hay otras dos; la territorial y la institucional.
La crisis económica nacional, agravada por la situación mundial, es el producto de la desidia gubernamental, que hace que llevemos seis años sin adoptar ninguna medida modernizadora, y de la innecesaria elevación del gasto público de los dos últimos años.