El remate del abuso sindical llega con la convocatoria de manifestación contra los empresarios, el día 12 de diciembre. Sí, leen bien: no es contra el Gobierno, que la merece, apedrea la economía, bendice la vagancia, abandona al trabajador, abusa del parado y reprime al ciudadano. ¡Es contra quien crea empleo! Tanto Gobierno como sindicatos han perdido el temple, están alejados de la cordura y son unos claros y manifiestos irresponsables. No faltan quienes los llaman “los puteros del momento”.
A ese ‘adocenamiento’ sindical contribuye RENFE con la gansada de poner trenes para los sindicalistas que se desplacen a Madrid a la manifestación contra los empresarios. Ahí es nada, una empresa pública apoyando a quienes más daño han causado al empleo: los sindicatos y el Gobierno. Y lo hace con tapadillo, aunque ‘a calzón quitado’ en beneficio de sus socios, por y con cobardía, premeditación y odio a quienes más trabajan por salir de la crisis y fortalecen el mercado laboral. Por cierto, una crisis donde los sindicatos retozan con complacencia e indignidad.
Los grandes problemas laborales suelen llegar a las sociedades desarrolladas cuando el socialismo y el sindicalismo de izquierdas tocan poder. Y ahí lo tienen. ¿Alguien se acuerda de Teófilo Serrano, ex secretario general de la Federación Socialista madrileña (FSM)? Pues como lo leen: Teofilín, como le llaman sus allegados, actual presidente de RENFE ha dado todo el apoyo a sus primos carnales: los ‘ugeteros’ y a sus allegados ‘los Cocos’.
Lo del abuso de RENFE es otro desprecio más al ciudadano y al sentido común. Otro abuso y otra mandanga que nos costará cerca de dos millones de euros. Si a ello unimos que los sindicatos de UGT y CC.OO han recibido en 2008 cerca de 16 millones de euros, pues…. ¡juzguen ustedes! Eso sí, se han convertido unos y otros en pisoteadotes de derechos laborales, arreadores de trabajadores en paro y principales destructores de empleo en España. ¡Hace falta ser sinvergüenzas, además de esclavos de la ubre Estatal! Y ellos lo son sin rodeos ni paños calientes. Doy fe.