La “diestra” Monasterio ante un morlaco cheperudo, mal encarado, de pelaje coletero y cornimocho de astas, con una serie de capotazos para fijar al morlaco que remató con airosas gaoneras.
Por Agustin Muro
-¡Vamos a ver!…yo de tauromaquia “mucho no entiendo, pero me gusta la cosa de cómo se está poniendo” (Rafa el de León)…
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-Al parecer la “diestra” Monasterio se encerró en solitario en la Plaza de las “Ventas y los apaños de la Ser” con seis morlacos, ¡o más!…¡Y les hizo, según dicen, una faena por to lo alto.
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-Recibió a “porta Gayola”, al primero de la tanda: un morlaco cheperudo, mal encarado, de pelaje coletero y cornimocho de astas, con una serie de capotazos para fijar al morlaco que remató con airosas gaoneras.
-Viendo la “diestra” la innoble naturaleza del burel que ya parecía haber sido toreado con anterioridad, se decidió por enfrentársele “cogiendo a la res por los cuernos” y aplicándole las oportunas banderillas de fuego.
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-El bicho, ante el castigo se espantó, revolviéndose furioso, pero a la postre, derrotado, buscó el resguardo de las tablas, hasta que consiguió escapar por las puertas de toriles hasta los chiqueros.
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-A pesar de los esfuerzos de los monosabios de turno, la corrida solo dejó bien a las claras que cuando las reses no tienen trapío, lo único destacable que queda, es la habilidad y el valor del diestro…
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-¡En este caso de la “diestra” aunque para algunos sea “diestra extrema”.
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*FUENTE: Cosas de una bailarina.
