“Marlaskar”: un neologismo más

“Vemos a Fernando Grande-Marlaska como el ariete de Sánchez para socavar la democracia y debilitarla por la torpeza de gestión del Ejecutivo”.

Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior.

Por Jesús Salamanca Alonso / Grande-Marlaska ya ha aprendido a “MARLASKAR”. Nos han invadido con neologismos y expresiones absurdas, al decir de la RAE y que no podemos encontrar en el DRAE; pero no nos han dado explicaciones sobre innumerables temas o nos los han tergiversado. No ha hablado el Ejecutivo sobre la persecución y represión a los disidentes; ni sobre las órdenes represivas a la Policía; ni respecto a las amenazas a la Guardia Civil si no comían de su mano; ni… ni… Y así hasta enumerar toda la obra del Ejecutivo; es decir, mentiras, represalias, amenazas, desprestigio, traición, bloqueo, manipulación, desinformación, sectarismo, indignidad…

Todos esos vocablos se compendian en uno solo. Ya aparecieron otros como “miembras”, “portavozas”, “jóvenas”, “Fuerzos y Cuerpas”, “machirulo y machirula”… Y ese vocablo al que me refería no es otro que “MARLASKAR”. Soy consciente de la lluvia de críticas que pueden llegar y lo asumo, como asumo que donde las dan, las toman. En otra ocasión hablaremos de lo que caracteriza al presidente: la mentira y la falsedad. Lo mismo que trataremos lo más destacable de Iglesias: falsedad, amenaza y siniestras turbulencia. Pero hoy le toca al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ariete “sanchista” para socavar la democracia y debilitarla con su torpeza. Ya vemos que, su reiterada falta de argumentos, le lleva a ser el onomatopéyico “pim pam pum, catapum” de la oposición. Sigue leyendo

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