Prevaricando a lo grande

“Esta diputada es tan absurda como el actual alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que elimina los patios de los colegios e institutos para hacer aparcamientos públicos”

Meritxell Batet en el momento de ser elegida presidenta de la Cámara.

Por Jesús Salamanca Alonso / Era suficientemente sabido que la anterior presidenta del Congreso había dejado el listón muy alto; hasta los propios diputados díscolos y dislocados, como Rufián, han hablado maravillas de ella. “Es rigurosa, se hace respetar y demuestra que sabe ser justa”, decía el diputado republicano catalán. Apenas han pasado cuarenta y ocho horas y la nueva presidenta ya se ha autoridiculizado, demostrando una ineficacia que da miedo y una formación jurídica nula.

Alguien se preguntará que dónde está ese ridículo. Pues está en su falta de decisión en un momento crucial. Su actuación  bordea la prevaricación y ésta no es otra que faltar conscientemente a los deberes de su cargo tomando una decisión o dictando una resolución injusta a sabiendas. De ahí que la triple derecha haya pedido a la Mesa la suspensión inmediata de los cuatro diputados “golpistas”, independentistas, prevaricadores, acusados –además—de apropiación indebida, incitación a la rebelión  y falsificación de documentación oficial. Recuérdese que el Ministerio de Hacienda va a ampliar su acusación al haberse demostrado que han malversado fondos públicos dedicándolos al proceso separatista.

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