«El Gobierno regional catalán ha demostrado su ineficacia, su ineficiencia y su inestabilidad. Pasan un día sí y otro también de algarada en algarada», según Jesús Salamanca.
Por Jesús Salamanca Alonso / Cataluña no sale de su propio esperpento. Siempre ha buscado algo que permitiera al Gobierno regional ‘estar en los papeles’. Si no salen en los medios se vuelven locos; es, precisamente, la envidia y la ignorancia –además de la mala fe– lo que mueve a algunos políticos de segunda fila, junto con la prevaricación y la malversación de los fondos públicos. Entiéndase: Mas, Jordi Pujol, Rigau,… El Gobierno regional catalán ha demostrado su ineficacia, su ineficiencia y su inestabilidad. Pasan un día sí y otro también de algarada en algarada, pero no son capaces de trabajar por Cataluña: hoy es la región más denostada en España y la que mayor hartazgo genera. Y lo es por propios méritos de sus ineficaces políticos.
La última estupidez del Gobierno ha sido acompañar a la consejera de Enseñanza en funciones de la Generalidad, Irene Rigau, hasta el Juzgado. No se les caen las vestiduras por montar la algarada número ‘chiquicientos’ para arropar en pleno, junto con miembros de Junts pel sí y de la CUP.
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