Rubalcaba, el del 11-M, reventado

Alfredo Pérez Rubalcaba, todavía líder de un PSOE en llamas.

Alfredo Pérez Rubalcaba, todavía líder de un PSOE en llamas.

Lo sucedido en la Universidad de Granada con Rubalcaba ha sido un acto democráticamente explosivo; explosivo pero no literalmente como el 11-M  que colaron legalmente a cuenta de encubrir pruebas y destruir los trenes para que no se supiera lo que estalló; ya saben,  ese golpe de estado que llevó a Zapatero a la Moncloa y que millones de españoles sospechan. Un golpe, una masacre sin clarificar para que años después  llegara la acordada excarcelación que se produce ahora bajo el beneplácito de los muy bien enterados jueces que han hecho un paripé, un malabarismo circense, con la sentencia de Estrasburgo. Las piezas encajan a lo largo de diez años, sí, inequívocamente.
Dicen tantos que Rubalcaba fue la cabeza visible de ese golpe de régimen para violar una jornada de reflexión y desapareció dos años, por si alguien seguía el rastro nauseabundo de su intervención manipuladora, para reaparecer como ministro de Interior y consolidar los pactos de ETA con Zapatero, quienes se veían a escondidas tres años antes de marzo del 2004. El truco, se aduce,  consistió en detentar el poder ilegítimo que las cloacas del Estado facilitaron, no sin la ayuda inestimable de algunos jueces, y convertir ese golpe en elección de un gobierno por sufragio universal con el pueblo engañado.
Ya sabemos los antecedentes, desde el GAL,  de este cabecilla responsable de no pocos delitos que siempre se sale de rositas, socialistas, serán, pero  llama poderosamente la atención el tema sobre el que el embustero conferenciante iba a disertar.
Una conferencia de Rubalcaba con el título de “Contribución de la química a la política” era de por sí, pensando mal,  uno de esos atrevidos cinismos que un delincuente de nuestra historia democrática podía ejercer con una caradura propia de un sádico, habida cuenta de que millones de españoles piensan que este ocultador de no se sabe qué pecados mortales-para eso están los tribunales que le dejan expedito una y otra vez el camino al relevo del poder-, es denominado “el químico” del 11-M; ese aciago día en que arrancaron la vida a 192 personas, hirieron a miles y se desintegró  la existencia de otros miles de familiares.
Diez años después, muchos más son los que sospechan que no fue casualidad la importancia de saber la clase de explosivo que estalló en los trenes y el ocultamiento sistemático para confundir las pesquisas, pues era determinante para deducir la autoría entonces en la disyuntiva de que fuera de ETA o del terrorismo islámico. El eje principal fue el cambiazo del último momento, sobrepasando las limitadas intenciones de un Partido Popular desarbolado por los trágicos acontecimientos.Luego llegó el Pacto del Tinell y la debacle de ocho años. Que revienten una conferencia de Rubalcaba es signo de que la gente sabe perfectamente que este orquestador de oscurantismo constante es uno de los mayores causantes de los dramas y carencias institucionales y económicas que sufrimos.
El cinismo canallesco es capaz de haber inspirado una conferencia así con el fin de darse el gusto de restregar el 11-M en público sin que nadie lo advierta. Un rizar el rizo de una chulería psicopática.  Una especie de burla, a modo de ceremonial de engaño, para placerse en el asesinato multitudinario y el golpe de estado con el resultado de todos los objetivos alcanzados, incluida la victoria de los pactos acordados con una organización terrorista. Porque me van a decir que el tema no es como para levantar ampollas sabiendo lo que hay en el aire todavía.
Éste lo es todo menos ingenuo o desavisado. Cualquiera diría que Rubalcaba viajaba con una satisfacción interior, acaso demoniaca. ¿Una conferencia de atinado enunciado a la altura de un miserable que se regocija de haber vencido con una trama que ha resultado perfecta a espaldas de los indignados y sorprendidos ciudadanos? Algunos  afirmarían la esencia retorcida  en un  viaje a Granada del químico que aplicó, nunca mejor dicho, sus conocimientos de laboratorio a la política.
No, no es censurable que revienten a Rubalcaba, al menos cuando se va a pronunciar con esa cara de cordero degollado que, por cierto, en ningún momento pestañeó estando con los ojos bien abiertos y sin tic ninguno. Algo nada extraño porque los pestañeos de este impune estafador, seguramente con las manos manchadas de sangre –como así dicen millones de personas que lo calan–, se suceden cuando miente, es decir casi siempre que habla.
Obsérvese a este Rubalcaba inédito en el vídeo: En ese momento de la protesta,  permanecía callado mirando al frente, con la vista fija; ni siquiera un pequeño tic… algo raro en un ser que se representa no sólo por sus obras, sino también por esos ojos de mirada vacía de alma y que tanto han engañado manifestándose en los parpados el grado criminal de sus estafas políticas , con seguro rango sospechado, por millones, de culpabilidad ocultada.

http://tv.libertaddigital.com/videos/2013-11-28/revientan-una-conferencia-de-rubalcaba-en-la-universidad-de-granada-fd31q3w5cJY.html

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