Cada vez que leo el anteproyecto de LOMCE encuentro más errores y más incongruencias. Empiezo a estar molesto con el afán por tocar la educación cada vez que un partido político asume el poder. Se olvidan de la educación a la hora de dedicar medios y dinero, pero pierden el trasero por retocarla y figurar. El ministro y su equipo merecen un suspenso rotundo.
Eso demuestra la poca estima que tienen por la educación, pensando que no se hace daño a nadie. ¿Qué dirían en Hacienda si cada ministro llegara haciendo burradas, o en Industria, o en Fomento? Pero claro, esos ámbitos los consideran más serios y cuestan dinero los errores y las tonterías.
Con el anteproyecto, tal y como está, no deben sorprenderse si digo que no es eso lo que precisa la educación. ¡Y se lo han dicho en Europa hace poco! Con los recortes están cercenando el futuro y poniendo el carro delante de los bueyes. Precisamente se está recortando donde no se debe y no se tocan sectores inútiles como los cargos políticos innecesarios, la sobredimensión de los parlamentos autonómicos o la disparatada libre designación de las CC.AA.
Hay cuestiones en educación que no se pueden consentir, como pretender equiparar lo privado y lo público o aumentar la duración de los conciertos y el número de éstos. Tampoco es de recibo comprobar que se va a aumentar el número de unidades en lo privado mientras se suprimen cientos de unidades en la red pública. Con los recortes actuales, actuaciones como las indicadas están condenadas al fracaso, a la desestabilización y a la eliminación de la igualdad que tanto ha costado conseguir.
En el MECD andan como pollos sin cabeza. Lo he dicho muchas veces y lo sigo repitiendo porque cada vez estoy más seguro de ello y más convencido. La Memoria Económica de la LOMCE es una ‘castaña’ o un mal pensamiento del ministro Wert; dedicar poco más de cuatro centenas de millones en tres años, para sacar adelante la LOMCE, tal y como presentó Wert a las comunidades autónomas a principios del presente año, es un detalle de mal gusto y peor contenido.
Tampoco me cansaré de recordar la falta de diálogo con la comunidad educativa, de la misma forma que seguiré denunciando la insolencia del PP y del PSOE al prometer en sus programas un Pacto de Estado por la Educación y, tan pronto como llegan al poder, se desmarcan de él o ponen trabas para no alcanzarlo. Llueve sobre mojado y es que llevamos muchos años jugando al gato y al ratón con el famoso y manido Pacto.
No estaría de más que se sentaran el ministro de educación y su pléyade de asesores con gente seria de la educación y aprendieran el ABC de cómo se debe hacer una reforma educativa. Hasta el momento son simples parcheos; lo fue la LOCE del PP y lo va a ser la LOMCE. No hay duda que hace falta una reforma educativa seria, por tanto tengan las ideas claras, pónganse a ello y déjense de parcheos. Lo que hay que hacer es voltear la actual LOE y profundizar en los cambios de su estructura; es decir, se trata de reformar en vez de coger la ley actual y poner sinónimos dejándola como está.