España no tiene por qué estar más satisfecha por el hecho de que países como Grecia, Bulgaria Portugal, Irlanda o Hungría… recorten de forma brutal en educación.
No hay duda que la memoria económica de la LOMCE es simplemente economicista y deja de lado la calidad educativa y la mejora del sistema actual, aunque el propio acrónimo parezca decir lo contrario. Por tanto, la LOMCE se basa en el recorte puro y duro, sin tener en cuenta el aviso de la Comisión Europea respecto a que los recortes en educación que están llevando a cabo varios países (entre ellos España), con el fin de reducir el déficit y combatir la crisis de deuda, ponen en riesgo el crecimiento económico del futuro, así como la competitividad.
El mal es de muchos y no por ello debe ser consuelo para todos. España no tiene por qué estar más satisfecha ni consolada por el hecho de que países como Grecia, Bulgaria Portugal, Irlanda o Hungría, por poner unos ejemplos, recorten de forma brutal en educación. No son precisamente países hacia los que debamos mirar ni debamos parecernos en nada.
Recordemos que España no llega al 5% del PIB en el montante dedicado a la educación. No estaría de más mirar hacia Noruega o Finlandia. ¡Qué manía con fijarnos en los países más pobres y querer copiar de ellos! ¿Por qué no aprendemos de los ricos y bien organizados? Para pobres y mal organizados ya tenemos a nuestro Gobierno y a nuestro MECD.
La citada memoria económica a la que antes aludíamos se centra en recortes puros y duros, muchas veces innecesarios. Se recorta en servicios públicos básicos, pero se incrementan los falsos asesores en las consejerías de educación de las comunidades autónomas y en el propio MECD; en muchos casos, muchos de esos pseudoasesores, pasan más tiempo en las cafeterías de los alrededores que en su trabajo, si es que puede llamarse así. ¿Alguien quiere pruebas?
La ley apenas se limita a reducir profesorado, recortar gastos en servicios públicos de calidad, ampliar horario, aumento de las ratios profesorado/alumnado, no cubrir bajas hasta después de 15 días, reducir la optatividad, intentar hacer reglado lo que son enseñanzas no regladas, recorte de plantillas, reducción de modalidades, reducción brusca de interinos o especialización de centros. Sepan que solo citamos unos casos para no alargarnos.
José Ignacio Wert sigue sin aclararse. Ha demostrado un desconocimiento claro del sistema educativo en los niveles no universitarios, de ahí que se le presente entre la comunidad educativa como el bufón de turno, con cara pintada y cascabeles. Alguien tiene que dar un puñetazo en la mesa y parar el desaguisado que va a hundir más aún al Gobierno de Mariano. Entre el nefasto anteproyecto de ‘deforma’ educativa y el reparto de sobres a troche y moche se están cubriendo de gloria.
Una ley como la que pretenden aprobar, sin dar cancha al profesorado ni al resto de la comunidad educativa, no puede anhelar alcanzar uno niveles de calidad que se puedan equiparar a países como Finlandia o Noruega. Al tiempo. Recuerden lo que decía A. Graf respecto a las ideas: “Flirtead con las ideas cuanto queráis; pero en cuanto a casaros con ellas, andad cautos”.
Jesús Salamanca Alonso.- Analista político