Ha pasado un mes desde que Mariano Rajoy se sentó en Moncloa y, contra todo pronóstico, las encuestas le son favorables, hasta el punto de subir en intención de voto si las elecciones se celebrasen ahora. Sinceramente me cuesta asumirlo pero ahí están los datos. Lo que sí intentan transmitir los expertos es que la colección de impuestos que la derecha se está sacando de la manga tiene un punto común: el equilibrio. En una palabra: desde mi punto de vista, nos dañan a todos. Lo demás son mandangas perdigueras.
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