No estaría de más que la factura de la crisis, que azuza a tantos millones de españoles, la pagaran los verdaderos culpables. La verdad es que, desde nuestro punto de vista, podría acusar a varios con el riesgo de olvidar alguno. Lo que sí tengo claro es que la culpabilidad clave no está en la ciudadanía, ni en el contribuyente común. Miren ustedes hacia la banca y hacia la clase política. No hay mucho más donde acusar.
La pena es que pagaremos la crisis los ciudadanos normales. Precisamente quienes ya no tenemos cinturón con agujeros. España es, ahora mismo, el erial que han dejado las huestes de Zapatero y Rubalcaba. Estaría bueno que los socialistas volvieran a dar su confianza a Alfredo, sería como otorgar capacidad de liderazgo a un espantapájaros. Un Rubalcaba que ha dañado al país, y con el que se encuentra en deuda, desde la LOGSE hasta el ‘caso Faisán’.
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