Zapatero: mentiroso, muy mentiroso.

El presidente en funciones, Rodríguez Zapatero, sigue desconcertado y desorientado. Con las opiniones que vierte en los medios, demuestra que ha acabado ‘sonado’ y en un muy mal estado. Si cuando negociaba con ETA no tenía inconveniente en mentir a la ciudadanía, a los medios y al Parlamento, ahora va a negar la mayor, a pesar de cuanto dice Chuchín Eguiguren. No hay duda que Zapatero es un presunto enfermo con afectación brutal de paranoia y un claro síndrome de Estocolmo con la banda. Por eso no es de recibo que se moleste cuando algún medio le recuerda que engañó a los españoles, negoció con ETA y negoció con una banda asesina de tú a tú con el Estado. Todo por una simple obsesión y para justificar su ya conocida inutilidad.

Si a ello se une que también llegó a dar por zanjado el 11-M, entonces estamos claramente, también,  ante un presunto loco. Del 11-M es ahora cuando se empezará a conocer la verdad y la posible relación que puede haber entre ETA, el atentado y la llegada del ‘vendeburras’ leonés a la Moncloa. Rajoy ha empeñado su palabra en esa investigación y no dejaremos de tirar de los hilos sueltos de la madeja, porque cada vez son más y más clarificadoras las nuevas pruebas.

Hay que ser incauto para pensar, como piensa José Luis Rodríguez Zapatero, que no es necesario investigar más sobre el asesinato del 11-M.  Hoy hay informaciones más que suficientes para reabrir el juicio y sospechar de la parafernalia pasada porque la versión oficial es sospechosa de la A hasta la Z.  No estamos seguros respecto a que fuera aquel juicio un proceso con todas las garantías. Él, el señor Zapatero, puede decir  lo que le plazca, incluso que está cerrado el caso desde el punto de vista político, pero lo que él diga importa muy poco. Eso sí, que se cubra las espaldas por si acaso, antes de que Chuchín  Eguiguren hable y tire a dar.

El señor  Zapatero — fiel a sus mentiras, patrañas y desvergonzadas manipulaciones, aplaudidas por sus palmeros de la izquierda deslumbrada — no ha dudado en afirmar que “… el proceso judicial ha terminado y que no hay nuevas circunstancias que obliguen a abrirlo”. Eso es lo que él quisiera pero mañana volverá a amanecer y la información volverá a minarle un poco más. Sin duda, este personaje no puede dormir tranquilo por muchos motivos y estará en  deuda con España mientras viva, sobre todo por el daño social, político, económico y cultural que ha hecho al país.

Tenemos muchos años para recordar y destapar todas las mentiras, manejos y manipulaciones de este insensato que ahora se marcha con el ‘rabo entre las piernas’, cual vulgar delincuente. Su daño es irreparable en mucho tiempo. Por eso no hay derecho a que se enfade cuando le recuerdan que tras el atentado de la T-4 seguía negociando con los asesinos de ETA. Y no hay derecho a ello porque el personaje llegó a reconocerlo  en una de las muchas entrevistas que le han hecho los medios en estos años.

Y como la mentira tiene las patitas cortitas, ya se ha encargado el ‘bocazas’ de Eguiguren de recordar en su libro que lo de la negociación es verdad, aunque Zapatero niegue la mayor. «Yo no mentí  a los ciudadanos», ha llegado a decir el leonés. También dijo que Afganistán era un vergel para los soldados, mientras estos se han hartado de repetir que fueron a una guerra con todas las consecuencias y todos los peligros. Mentiroso y descerebrado. ¿Acaso dudará alguien que ha sido el presidente más nefasto de la era democrática y sus Gobiernos los más incompetentes de la Europa moderna?

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