Juegos de ETA y Brian Currin.

Brian Currin, abogado sudafricano y mediador en conflictos diversos.

Maldita la gracia que nos hace oír el nombre de Brian Currin, abogado sudafricano ‘amamantado’ a la sombra de los gobiernos Mandela. Y no solo oír su nombre sino leer sobre sus andanzas por libre respecto al problema vasco. Acostumbrado a ‘meterse en todos los charcos’, además de meter cizaña con ETA suele implicar a otros que pasan junto al charco. Cree que por haber estado en otros ‘fregaos’, éste de ETA se va a resolver con igual facilidad.

Hay que empezar por explicarle a Currin (parece que nadie lo ha hecho con acierto) que ETA es una banda armada que, entre otras adjetivaciones,  se declara  socialista, política e independentista, pero a ello hay que añadir el calificativo de terrorista. Hay una clara diferencia entre organizaciones políticas radicales y una entidad terrorista armada, de ahí que en España no existan presos políticos; lo que no quiere decir que el diario GARA no insista un día sí y otro también en conceptos como presos políticos, procesos de paz y otras zarandajas que ya no se cree nadie.

El hecho de que Currin diga que tiene «motivos para ser optimista» es muy preocupante. Al menos esta vez creemos que el Gobierno español no va a picar en el anzuelo del pacto y la negociación. Lo ha repetido, y sigue haciéndolo Pérez Rubalcaba.  Quisiéramos creerle esta vez, porque de lo contrario su descrédito acabaría siendo aún mayor. Ya se lo recordó Mayor Oreja, por lo que no procede incidir en lo que Currin llama «delicada situación política». Apenas hace una semana han aparecido varios zulos de la banda plenamente operativos, lo que confirma que las pretensiones y ‘aspiraciones’ de la izquierda abertzale y de ETA vuelven a ser falsas como Judas. Hay que añadir también el reciente atentado cometido en tierras francesas.

Currin, abogado y facilitador sudafricano, lleva mucho tiempo intentando implicar a toda la izquierda abertzale para buscar fórmulas de paz. Incluso considera un paso adelante el hecho de que el Gobierno español se implique y dé respuesta a la Declaración de Bruselas. Una declaración que pone los pelos de punta, no por lo que dice sino porque referido al problema vasco no cuadra, por muchas celebridades que estamparan en ella su firma; nos da igual que se llamen Fundación Nelson Mandela, Hume, Powell, Reynolds o De Klerk. Precisamente por su experiencia en procesos largos deberían saber que nada tiene que ver el caso vasco con los conflictos en los que se han visto inmersos. Mercenarios hay de muchos tipos y en muchas situaciones.

En la Declaración de Bruselas se incide en que no están lejos las posibilidades de  «acabar con el último conflicto que queda en Europa». De igual modo, se destaca en ella la importancia de los pasos dados por la izquierda abertzale (lo que demuestra una clara ignorancia), se reclama un alto el fuego a ETA y se insta al Gobierno español a que responda de manera adecuada. En una palabra: Currin ha montado otro ‘fregao’ para lucirse y, precisamente, eso es lo que más duele; máxime, tras haber puesto de los nervios a las víctimas del terrorismo etarra. Repetimos que nos preocupa que Currin sea optimista con los ‘tejemanejes’ que se trae entre manos, pues sobre ETA solo hay un camino: rendición, entrega de las armas y cumplimiento íntegro de las penas.

Si difícil es interpretar los hechos y pretensiones de muchas personas, más difícil aún es jugar a interpretar la mente rocambolesca de Currin. Pero tras largos años de investigación sobre él y sus numerosos actos político-terroristas, tenemos muy claro que ese optimismo lo basa en lo que llaman ocasión abierta en Euskal Herria tras el «Zutik Euskal Herria», además del reciente acercamiento de los presos vascos, lo que entiende que «puede ser un factor importante que puede contribuir a ayudar a avanzar el proceso».

Tanto la izquierda abertzale como Eusko Alkartasuna no han dejado de zascandilear. Llevan tiempo moviéndose, conocedores de que las vías confusas de ETA, y la lucha de liderazgo, son inútiles. Prueba de ello es el acuerdo estratégico independentista de junio de este mismo año. En él se pretende como objetivo luchar por la creación de un Estado vasco. El compromiso es “desarrollar una estrategia basada en la confrontación cívica, pacífica y democrática” contra “la imposición de los nacionalismos español y francés y sus estados”. Ahí es nada,… el sector abertzale jugando con los vocablos de paz y democracia.

Estamos ante algo así como la pacificación que pretende llevar el zorro al gallinero. Si se le deja hacer a la izquierda abertzale, muestra desconcierto y, si no se aceptan sus condiciones, el fascista es el otro. Y GARA celebrando no se sabe qué.

Dudamos que se llegue a algo positivo en temas y asuntos donde estén ‘comprometidos’  Brian Currin (sigue pensando que todos caramelos saben igual), GARA, EA y la izquierda abertzale. Hace tiempo que  Napoleón ‘tira de las orejas’ una y otra vez a las organizaciones de la izquierda abertzale y a los medios afines a ella. Y lo hace porque sigue estando vigente su pensamiento, respecto a que «el medio más seguro de mantener la palabra, es no darla nunca».

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