Se va Rodríguez Vendeburras. ¡Bendita la paz que deja…!

«Zapatero no será candidato en las elecciones generales de 2012 y su sucesión va a provocar la convocatoria de primarias dentro del PSOE, que serán una «guerra» a muerte», dice uno de los diarios digitales de más prestigio en España, como es Diario Liberal. Y no se equivoca: Rodríguez Vendeburras se va y con esa decisión ha creado un espíritu de guerra dentro del socialismo español que desembocará en una guerra sin cuartel. Algo que a los españoles no debe interesarles demasiado, porque ya es suficiente el daño que el Gobierno ha hecho a la Nación, a su ciudadanía y al propio futuro. El socialismo debe atravesar el Rubicón de su chulería, el desierto de su estupidez y el viacrucis de sus pecados sociales que, dicho sea de paso, son abundantes y de grueso calado.

Con la que está cayendo, parece que Pérez Rubalcaba lo tiene más complicado para liderar el socialismo español. ¿Motivos? Tiene muchos temas entre manos y de fuerte compromiso; no es lo mismo ver la guerra de Libia por la televisión, como hace Carmen Chacón y su ejército de juguete, que tener que lidiar con el ataque parlamentario a diario y esperar a ver qué pasa con SORTU y demás sucedáneos de ETA. A pesar de su demostrada habilidad, la oposición le tiene agarrado por los estatutos. Y mientras esa situación se da, otros aspirantes caminan por senderos limpios y sin retorcimientos. Habrá dos sorpresas muy interesantes que, si bien no saldrán adelante, sí harán que el PSOE vuelva a pisar la realidad y reflexione sobre sus pecados.

Y no es fácil para los candidatos nuevos. La herencia que deja Rodríguez Vendeburras es para echarse las manos a la cabeza. Al igual que la imagen que ha proyectado por el mundo es para echarse a reír y no parar, hoy, el actual presidente es la imagen viva de la sonrisa acusadora y de la incompetencia reiterada; además del ejemplo de lo que no hay que hacer en economía, en política, en terrorismo y en igualdad de oportunidades. Zapatero ha hecho más daño a la imagen de España que ningún otro político de la transición y de la era democrática. Quiso cruzar el precipicio en dos saltos y eso es lo peor que se puede hacer.

Por todo ello, y más cuestiones de calado, es un orgullo para los ciudadanos que este personaje gótico-esperpéntico abandone la primera línea política. Como es una satisfacción que desaparezca del mapa diplomático. Si bastante mala es la imagen que deja, peor es la estela que ha seguido. El PSOE debe cruzar los charcos, rubicones y desiertos y hacer olvidar a Rodríguez Vendeburras cuanto antes. Solo así, pasados los años, podrá volver al Gobierno de la Nación, una vez que pida perdón a las víctimas del terrorismo, a los parados, a los jubilados y a los funcionarios. Ah, y una vez que se deshaga del Sindicalismo Vertical Unificado (CC.OO-UGT) que tanto daño ha hecho a la economía y a los trabajadores honrados. Decía Voltaire que la dicha no es más que un sueño, mientras que el dolor es la realidad.

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