De las pensiones

Miguel Barrachina, diputado nacional por Castellón

Trabajar más y gastar menos, una obviedad, esa es la sencilla receta que precisamos para salir del profundo pozo en el que deambulamos, y también del actual laberinto de las pensiones.

¿Cómo se concreta esa necesidad nacional de trabajar más y reducir el gasto en pensiones, para asegurar la viabilidad del sistema de pensiones? Pues con algunas decisiones más imaginativas que la elevación obligatoria de la edad de jubilación a 67 años.

En 1996, cuando el Partido Popular alcanzó el gobierno la situación en la Seguridad Social era peor que la actual; menor número de cotizantes, déficit permanente, y un pequeño agujero, superior al medio billón  de las antiguas pesetas al que hubo que hacer frente de inmediato para que nuestros jubilados pudieran acabar el año cobrando. Ni entonces se propuso, ni ahora es indispensable, la elevación de la edad de la jubilación obligatoria.

Se precisan otras cosas, la mayoría de las soluciones están reflejadas en los veintiún puntos que conforman el acuerdo de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, que solo tuvo un elemento de discrepancia, el de la edad obligatoria de jubilación.

La primera es que el gobierno que administre la hucha de la Seguridad Social lo haga sin trampas. Hasta de tres tipos las ha hecho Zapatero, y llamativamente el acuerdo del Pacto de Toledo -refrendado por PSOE, PP, CIU, PNV…-así lo reconoce. No se ha ingresado el superávit de 2008, 2009 y 2010 en el Fondo de Reserva, se ha gastado de él para fines distintos de las pensiones contributivas, y ahora el gobierno de los funcionarios de nuevo ingreso solo aportará un 25% de lo que debería.

Por ello hoy hay menos dinero en la hucha del que debiera porque indebidamente se ha ingresado de menos y también se ha gastado de más.

El segundo elemento de la frase inicial, el referido a trabajar más, debe lograrse de dos formas. Con el alargamiento voluntario de la vida laboral, hoy son más de 130.000 trabajadores mayores de 65 años que lo hacen, merced a la reforma de Aznar 1997, y hay que mejorar este camino.

Y finalmente reduciendo las prejubilaciones, no es posible que en el último año el 44% de los jubilados lo hiciera antes de la edad prevista.

Todo ello a de hacerse antes que la simplista solución prevista de generalizar obligatoriamente los 67 años.

 

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