La Convención Nacional del PP en Sevilla, que cuando escribo aún no ha terminado y no voy a comentar, coincidió en el tiempo con la manifestación multitudinaria de funcionario
s de la Junta de Andalucía (lo cifran en 45.000 personas) contra el proyecto de José Antonio Griñán de convertir en funcionarios a 20.000 personas contratadas de las numerosas empresas pública que han montado ex dirigentes del PSOE o personas ligadas al partido.
Este personal es en su gran mayoría contratado sin ningún tipo de selección, solo presentan un currículo y asisten en el mejor de los casos a una entrevista, sin cubrir ninguno de los requisitos exigibles para la función pública, ante la debacle que los socialistas ven venir en Andalucía en las próximas elecciones.
Todo ello ha sido sin contar con la organización ni siquiera la colaboración de los sindicatos UGT y CCOO mayoritarios en el país, que ahora mismo están negociando unas reformas laborales y de las pensiones con el Gobierno, en nombre de todos los trabajadores españoles.
Cuando se habla de exceso de personal cobrando de las arcas públicas, hay que distinguir entre los funcionarios que han cumplido las premisas necesarias para el ingreso en la función pública, que son las oposiciones cumpliendo los requisitos que dicta la ley.
Y hablando del PP y aprovechando que este sábado andaban por Sevilla y que dicen estar en desacuerdo con esta forma de proceder y que apoyan las protestas ¿tanto les costaba acercarse por la manifestación y dejar clara su postura públicamente?.
Han perdido una maravillosa ocasión para denunciar la situación de nepotismo que asola especialmente a la comunidad andaluza que también deberían tomar nota los funcionarios del resto del país, que se están viendo constantemente desplazados y ninguneados por esta nueva casta de paniaguados cuyo único activo es tener en su cartera el carnet del PSOE.
