La sonrisa del fracaso

José Luis Rodríguez ‘Vendeburras’
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Muchas veces me pregunto cómo un país medianamente inteligente como el nuestro haya llegado a tener un gobernante tan nefasto como Rodríguez Zapatero. He ahí, comprimido, el pensamiento del personaje. No hay principios, ni valores, ni argumentos racionales. No hay ideología ni fundamentos morales que valgan. Mucho menos una idea de España (“concepto discutido y discutible”), ni del otrora llamado patriotismo constitucional. No hay Historia. Todo está abierto en canal.
¿Cómo hemos podido llegar a “esto”?  ¿Qué han hecho los españoles para merecer tal castigo?  ¿Qué ha hecho él para soliviantar a tantos con tan poco? Los españoles hemos tardado años en descubrir lo que el tipo escondía tras la máscara de su seductora sonrisa. Y lo hemos vuelto a votar hace solo dos años. Así el presidente del Gobierno de España se ha convertido en el primer problema español al inicio de este decisivo 2006”. No sabía uno bien lo que se nos venía encima.

Es un producto del marketing político, un tipo, eso sí, con la inteligencia emocional suficiente para conectar con parte importante de una sociedad, la española, convertida en su vivo retrato: una sociedad reñida con el principio de la responsabilidad individual, liviana en lo moral, alérgica al esfuerzo, enemiga del sacrificio, acomodaticia, sedada.  Sociedad del “buen rollito” que rechaza de plano los problemas, porque solo le preocupa su bienestar a corto plazo. La sociedad de Belén Esteban. Y encima nos insulta presentando leyes anti-natura para ir menoscabando lentamente nuestra capacidad de resistencia.
Afirmar que la crisis de caballo que padecemos ha llegado para España en el peor momento posible, con la clase política más mediocre de las últimas décadas y en la fase final de agotamiento del sistema salido de la Transición.  Un país que reclama a gritos un liderazgo creíble con nervio bastante para movilizar conciencias, inspirar entusiasmo y ofrecer esperanza. La simple llegada de un Gobierno de nuevo cuño sería motivo suficiente para, con apenas cuatro retoques, revertir la situación económica –solo la económica; lo “otro” son palabras mayores- en seis meses.
¿Y ahora qué hacemos para sacarlo del poder? ¿No son suficientes los cinco millones de parados ante el despilfarro político insultante, para que alguien sea del PSOE o de la oposición o si me apuráis desde la calle tome de una vez la batuta a falta de impulso de la clase política, nos diga la verdad de cómo está la cosa y nos indique el camino para salir del lío  en que nos  ha metido este personaje, y se ponga a trabajar para hacer una reforma de verdad que no tenga que ser de nuevo a costa de los ciudadanos.
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