¡Ni caso a ETA!

ETA vuelve a ofrecer una tregua-trampa mientras se rearma, tal y como hemos visto la semana pasada en Francia.  En este momento interesa a la banda hacer campaña para poder presentarse a las elecciones, de ahí que decrete  «un alto el fuego permanente, general y verificable», aunque sin entregar las armas. A la vez intentan dar a entender que forma parte de un «compromiso firme» con un proceso de solución definitivo y el final de la confrontación armada.

Y como de costumbre, ETA ha utilizado el diario proabertzale  «Gara» que, dicho sea de paso, tenía el comunicado desde el viernes pasado (día 7 de enero). Mediante un vídeo, donde uno de los encapuchados anuncia la noticia, se vuelve a escenificar lo mismo de siempre. Por eso no hay que hacer caso al comunicado; ellos ponen las condiciones a los demás y, que nadie lo dude, unas condiciones que dejarán de cumplir en la primera ocasión que se les presente.

Tampoco nos sirve la declaración de la banda asesina porque no cumple ninguno de los requisitos que exige la sociedad democrática a  un grupo terrorista, como son: rendición, entrega de las armas y cumplimiento íntegro de las penas.  Estamos ante más de lo mismo y con una única pretensión: pasar los filtros necesarios para poder presentarse a las elecciones. ETA precisa con urgencia medios económicos para salir adelante. Con la extorsión no es suficiente. Por cierto, la extorsión no entra en la tregua-trampa, como no entró la vez anterior.

La declaración de ETA se esperaba, tal y como anunció uno de los amigos socialistas de la banda (Eguiguren). El político socialista acusado de malos tratos a su mujer anunció que se iba a producir antes de que finalizase el año, aunque se ha retrasado un par de semanas para dar tiempo la banda a que se distanciara de los últimos robos en Francia, con lo que alimentaban algunos de los zulos más utilizados, a lo que hay que unir el hecho de que se filtrara a los medios de comunicación en un momento inoportuno para ETA, tal y como anunció Brian Currin.

Según la banda, precisamente por eso nadie se fía, la tregua-trampa es  un «compromiso firme»  y con ello pretende hacer ver a la ciudadanía y al Gobierno que se inicia un proceso de solución definitivo de la violencia, así como «el fin de la confrontación armada». Lo cierto es que el comunicado de tregua-trampa no ha satisfecho a nadie, ni siquiera al ámbito batasuno y mucho menos al ámbito abertzale. ¿Y qué decir del Gobierno? Pues bien claro lo ha dejado Rubalcaba: «nada nuevo, pues no es lo que se esperaba». Sería una pena que la estupidez mostrada reiteradamente por el presidente del Gobierno, Rodríguez ‘Vendeburras’, se dejara cegar de nuevo a cambio de falsas promesas de la Banda.

Hace años, cuando más aletargada estaba la ‘serpiente’ por la política antiterrorista de Aznar, el aturdido presidente socialista ‘amamantó a la serpiente etarra y ayudó a que la banda se recuperase. El resultado es que, desde entonces, ya ha comunicado dos treguas-trampa; la primera fue falsa y ésta también lo será. Al presidente Rodríguez nadie le explicó que las enfermedades son los intereses que se pagan por los placeres.

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