Alegría y complacencia en la hostelería.

Extendida costumbre de ventosear a la cara de los fumadores.

Leire Pajín se reafirma en que la ley antitabaco no tiene resquicios de interpretación. Debe ser la única que se atreve a afirmar semejante estupidez. Para hacer algo así hay que ser muy torpe, muy miserable o añadir una importante dosis de mala fe.

Un dato, pero hay muchos más; en lo relativo a los centros educativos está prohibido fumarretear, salvo en los espacios al aire libre siempre que no sean accesos inmediatos a los edificios o aceras circundantes. Es decir no fumar en la parte del patio que da a la entrada ni en las aceras; pero ¿y el resto del patio que no comunica con puertas de accesos? Estaba mucho mejor la normativa de las comunidades autónomas. Ahora se permite fumar donde antes no se permitía. Pues vaya una horterada de ley.

Algo que no es acertado es que la ministra Pajín se plantee cubrir, con cargo a la Seguridad Social, el gasto para dejar de fumar. Eso sería un abuso y una discriminación en toda regla. Los fondos públicos están para financiar cuanto afecte a todos ciudadanos y/o contribuyentes, nunca para que se aprovechen unos pocos. Quien decide fumar lo hace libremente;  quienes decidimos dejarlo, lo hicimos también libremente.

Dejemos que cada cual haga uso de su libertad. Una vez más, el socialismo se convierte en un eterno criminal de las libertades. Si por algo destaca el socialismo a la española es por cercenar la libertad ajena y por especializarse en gastar lo que los demás ahorran o producen. El socialismo por sí mismo es un atentado a la libertad individual, un azote de las libertades colectivas y un mal contrastado para las sociedades desarrolladas o en desarrollo.

Lo más positivo de todo esto es que la ley funciona con normalidad. Ni los establecimientos han dejado de recaudar ni han perdido clientela; es más, ayer decía un importante empresario de la hostelería que «la afluencia  de clientela ha aumentado considerablemente al no haber humo en los establecimientos.» Además, preguntado por el volumen de la caja, no duda en afirmar con rotundidad que: «hacemos casi cuatrocientos euros de caja más a diario y la clientela permanece más tiempo en el establecimiento al no haber humo.  Los no fumadores gastan bastante más que los fumadores. Cada vez son menos los que fuman; son una especie perseguida y en franco retroceso». En este sentido hay que felicitar a la ministra ‘Pajitas’;  su negativa trayectoria política acaba de tener un reconstituyente con la ley antitabaco. Al menos, de algo va a poder presumir.

Y de la misma forma que la ley antitabaco ha sido muy positiva para la población en general y para la hostelería en particular, ahora hay que estudiar con detenimiento la desaparición de las máquinas de tabaco de los establecimientos públicos y las tragaperras de los bares. Con la normativa que está en borrador, las primeras deberán estar al aire libre y las tragaperras exclusivamente en los salones de juego. Antes de finalizar el mes de abril, ambos tipos de máquinas deberán desaparecer de los bares. Otra medida que será de agradecer y que le vendrá bien a la ministra Pajín y al PSOE de cara a las elecciones de mayo. La suerte está echada: acabarán prohibiendo el alcohol en los bares. Al tiempo.

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