La ministra ‘Paja’ se muestra acomplejada ante la reacción que la sociedad ha tenido con su parecido al que consideramos que es su padre natural. El mismo que dijo, en su momento, el que fuera vicepresidente del Gobierno socialista, Alfonso Guerra. Lo curioso del caso es que Pajín no está dispuesta a perder ni un solo minuto en las declaraciones del ínclito Javier León de la Riva. Lleva toda su vida perdiendo el tiempo esta ‘fantasma’ de ministra en estupideces de grueso calibre, pero no perderá más en nuestro insigne amigo, Javier León.
Ahora entendemos que Leire Pajín solo hable de lo que come habitualmente; decía un Proverbio que «el sabio habla de las ideas, el inteligente de los hechos y el vulgar de lo que come». Ahí está la prueba de la vulgar ministra, capaz de cargar con todas sus insensateces, sus múltiples estupideces y sus avanzadas ‘payasadas’.
Ahora entendemos lo que decía Abraham Lincoln respecto a que «ninguna mujer se ha perdido sin que le ayudase algún hombre». Y a la Pajín ni eso. ¿Qué hombre va a ayudar a un esperpento como ella, capaz de sonrojar al sentido común y categorizar a la estupidez, a perder el tiempo o a intentar construir un digno futuro? Nadie. Ni siquiera la ignorancia de Ferraz y mucho menos la mediocridad de Moncloa, donde solo prevalece ya el indigente intelectual, una vez despreciado y perdido el perfil gótico-esperpéntico de la familia zapateril.
