Los sindicatos obreros que han convocado la huelga del 29 de septiembre, más conocidos como el Sindicato Vertical Unificado, son corresponsables con sus actos y con su insensatez de la preocupante situación que estamos viviendo. Esos dos sindicatos afines al Gobierno han lesionado con tremenda gravedad el sindicalismo de la era democrática. Hoy la representación sindical obrera está por los suelos, despreciada y desprestigiada. Todo ello como consecuencia de la dejadez, torpeza y deshonra a la que han llegado ‘cocos y ogetes’. Por eso digo: «NO a la huelga del 29 de septiembre».
No solo no han sido capaces de enfrentarse al Gobierno de la ‘izmierda zapateril’ sino que «han demorado las medidas de presión que hubieran sido necesarias desde el inicio de la crisis». Con su vergonzoso silencio han cavado su propia tumba y demostrado a la sociedad española su colaboracionismo con la destrucción de empleo, el abandono de los parados y el aprovechamiento propio. Igualmente han sido incapaces de reconocer los problemas existentes.
Han tenido que comprobar el desprecio social, con motivo de la convocatoria de huelga, para darse cuenta de que actuaban como malos empresarios y peores obreros. En el dramático aumento del desempleo tienen buena parte de culpa, de ahí que muchos sectores sociales se nieguen a secundar la huelga del 29 de septiembre mientras los sindicatos del Gobierno sean los convocantes. Es una prueba más de la necesidad de revisar la Constitución, abrir el melón y borrar del juego político a semejantes esperpentos de la vulgaridad, el compadreo, el chaqueteo y el tráfico de influencias.
Conocedores de su irresponsabilidad y de su falta de liderazgo, solo seguido interesadamente por los liberados y ‘correveidiles’, han hecho coincidir la fecha de la huelga general con una movilización europea de dudoso pelaje. Eso quiere decir que estamos ante la presencia de una cobardía no confesada y ante una clara estrategia política que nada tiene que ver con la razones de lo que debería ser una huelga seria que arrasara con la irresponsabilidad del Gobierno, el desprecio a la ciudadanía y al mundo laboral, a la vez que beneficia a quienes han creado la crisis: banca, Gobierno socialista y falta de medidas oportunas y a tiempo.
Estamos hartos de que se nos manipule y, a la vez, no sirva para nada. Una convocatoria seria podría aglutinar un ‘petardazo’ contra la indigencia social, política y económica del Gobierno ‘socio-zapateril’. Pero para ello debe partir de una organización seria; sirva como ejemplo: la plataforma de clases medias. Cualquier convocatoria procedente del Sindicato Vertical Unificado es despreciada y rechazada por amplios sectores sociales.
Ahí tienen el caso del profesorado que no quiere ni oír hablar de ‘cocos y ogetes’ progubernamentales como convocantes de huelgas y algaradas. Alguien tiene que dar ejemplo y, como de costumbre, el profesorado ya ha rechazado la convocatoria. Y no faltarán colectivos que cierren el paso a los integrantes del ‘burdel sindical’ obrero. Rechazamos esta huelga desde todos puntos de vista y fomentaremos el rechazo al egoísta verticalismo sindical.
Estos días pasados hemos comprobado un ejemplo de la responsabilidad de un sindicato sectorial de educación, en contraposición con ese sindicalismo vertical obrero de la ‘izmierda’ radical al que ya hemos aludido. «Nos hemos comprometido ante el profesorado a efectuar medidas de presión efectivas y que no perjudiquen ni a la tarea docente ni a los ciudadanos, y a ellas nos vamos a dedicar», ha dicho ANPE, sindicato independiente del profesorado.
Al buen entendedor le sobra con eso y el que no quiera entender que no entienda. Lo que demuestra que frente al sindicalismo obrero e irresponsable de ‘cocos y ogetes’, solo cabe la responsabilidad y la razón del sindicalismo sectorial no gubernamental. Y ante la insensatez de los piquetes no hay otro camino que » la mano dura, contundencia inflexible y, si procede, al pilón más próximo mientras sean ilegales».