Acertado sentido común de Esperanza Aguirre.

La presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre,  ha comido la partida a los sindicatos del Gobierno. Mientras el sindicalismo Vertical Unificado que representan los sindicatos obreros se dedican a movilizar gente para la huelga del 29 de septiembre y se reúnen para acordar cómo paralizar los transportes públicos, las empresas de transportes, así como no realizar los servicios mínimos, doña Espe  les ha ‘dado en los morros’ con toda intención, a la vez que les ha presentado en sociedad con las posaderas al aire: abusones, sinvergüenzas, vagos y descamisados. Todo el protagonismo se lo ha llevado la presidenta, con lo que los señoritos de UGT y de ‘COCO’ se han enfadado; han quedado desenfocados, descolocados y casi apartados  de cámara por los medios de comunicación.

Esperanza Aguirre solo va a hacer lo que los ciudadanos le hemos pedido que haga: reducir el número de vagos que se levantan después de las once y ahorrar casi 97 millones de euros a los madrileños, así como poner orden en el caos que impera en los cada vez mas despreciados sindicatos del Gobierno. Con ello se van a poder contratar más profesores y más médicos, algo que viene demandando la sociedad para ajustar mejor los rigores de la crisis. Pero doña Espe se queda corta, porque la política a seguir contra los sindicatos del Gobierno — que tanto daño hacen a los trabajadores y a las empresas —  debe endurecerse más. No debe hacerse de cara a la galería, sino con intensidad, con profundidad y metiendo el recorte ‘hasta la bola’ con pasión y sin compasión.Opinión que se desprende de todos los mediso de comunicación, excepto en la prensa amarillenta que maneja y manipula el Gobierno socialista y el movimiento de represión sindicalista.

Confiamos en que doña Esperanza no decepcione a la ciudadanía madrileña. Mucho nos tememos que se baje los pantalones delante de los sindicatos del Gobierno y acabe negociando con ellos, a cambio de no apoyar movilizaciones contra ella en la comunidad. Sería una gran decepción y un acto que podría costarle las elecciones autonómicas madrileñas; algo que hoy parece  impensable, pues en esa comunidad su partido está 14 puntos por encima del mal llamado socialismo obrero y muy concienciada la población  contra el burdo y adocenado  sindicalismo.

Hace tiempo que los sindicatos dejaron de ser «imprescindibles» en democracia, pasando a ser un simple mal menor y hoy tal vez un mal descontrolado capaz de enquistar el bienestar social de los trabajadores. Ni queremos que nos representen ni queremos que nos informen de nada. Bastante daño han hecho acompañando al Gobierno en su política laboral de ineficacia y abuso, del mismo modo que han pactado en cientos de ocasiones con el empresariado para reducir empleo a cambio de prebendas para ellos y sus familiares.

Mal ejemplo el que ha dado Tomás Gómez, jefecillo apelmazado y ‘abofeteado’ de la PSM, al defender la necesidad de los sindicatos del Gobierno. También doña Trini Jiménez ha dado su opinión impresentable, algo que le acompaña y forma con ella algo indisociables e indiferenciable. No hay ninguna duda que la ignorancia crece en Trini y Tomás en proporción directa a sus insensateces. Alguien tiene que explicar a esta ‘pareja de muermos’ que las pasiones no se curan por la razón sino por otras pasiones.

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