La tormenta perfecta


Van apareciendo nubarrones por toda Europa y aquí en España el ambiente empieza a hacerse difícilmente respirable y aparecen pequeños conflictos sociales por doquier, casi todos motivados por la crisis económica mundial y el ambiente se esta sobrecargando que ya llega a hacerse deseable una gran tormenta que limpie el aire cargado que tenemos en nuestro país. Por lo que cualquier pequeño chispazo puede desencadenar la gran tormenta nacional. Las decisiones ayer de Merkel y Cameron en Alemania y Reino Unido, con el fin de recortar drásticamente el gasto público para intentar salvar sus países respèctivos, es una muestra de las medidas urgentes que nosotros estamos obligados a tomar si no queremos vernos lanzados al vacio junto con Zapatero y sus colaboradores.

Los recortes de los salarios de funcionarios y jubilados tomadas unilateralmente solo se pueden contemplar en un marco mucho más amplio que contenga la modificación de aquellos factores que han generado el problema que hoy nos afecta. Por lo que esto ni es justo ni suficiente. Hay que tomar además todas aquellas medidas necesarias para reformar, reducir o eliminar aquellas instituciones duplicadas o sobredimensionadas como entes estatales, autonómicos, diputaciones, empresas públicas o ayuntamientos, y legislar en materia de cajas de ahorro, educación o justicia, para recuperar la credibilidad perdida y para ajustarlos a nuestras posibilidades, ya que todo ello esta impidiendo la recuperación necesaria y eso solo puede hacerse en muchos casos soltando lastre.

Hay que modificar radicalmente el futuro marco laboral y especialmente y eliminar los convenios colectivos cuyos defectos arrastramos desde la época del dictador que está ahogando al pais por el egoísmo de unos sindicatos y los intereses de los demás agentes sociales que permita a las empresas la contratación de trabajadores que ahora mismo no tienen ahora mismo ningún futuro laboral.

El Gobierno debe frenar en seco el gasto público, evitar en lo posible subir los impuestos para no ahogar a una economía ya muy castigada y acometer reformas estructurales de hondo calado. Aunque algunos se empeñen tercamente en lo contrario, la ropa hace tiempo que la perdimos, ahora, si queremos salir vivos del brete, ya que no existe otra vía que hacer lo único que puede hacerse.

Y esto solo se puede hacer desde la cúpula del Gobierno que necesita un amplio respaldo de los ciudadanos que ahora mismo no tiene Jose Luis Rodríguez Zapatero, el cual ya nos ha dado pruebas sobradas de su incapacidad y su resistencia dar el giro imprescindible de 180 grados al camino que emprendió hace seis años. Por lo que yo no veo otra salida que la convocatoria urgente de Elecciones generales que cambien el desequilibrio paralizante actual de todas las instituciones del país.

Es ejemplar la paciencia de los españoles ante la gran cantidad de conflictos generados por la agonía del mandato zapateril con sus grandes despilfarros y contradicciones, a la que hay que sumar el egoismo del resto de la clase política en general. Se está acabando el tiempo para realizar unas reformas no solo económicas sino institucionales que son imprescidibles en casi todos los ámbitos sociales del país. O reformas o revuelta.


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