Los trajes de Camps, por un lado, y el mal uso del coche oficial por parte del alcalde de Sevilla nos recuerda algunas prácticas acaecidas en la Junta de Castilla y León, donde un director general de la actual Consejería de Educación obligaba a sus asesores a acudir a actos para dar la cara por él y donde no se cobraba pues, según él, formaba parte del cometido de los asesores. Pero cuando había una charla, universidad de verano, conferencia o mesa redonda nos obligaba a hacerle el discurso, la presentación o las transparencias y acudía él para salir en la foto. Ni que decir tiene que antes de comenzar recogía el talón.
Apenas habían pasado unos días desde que había recordado el citado director general a sus asesores que no se cogían talones, pues todo iba en el cargo. Resulta que nunca habían cobrado los demás y lo habían hecho gratis por la buena imagen de Juan Vicente Herrera, pero el director general siempre ‘ponía el cazo’ y no daba un paso gratis, a ello unía el hecho de viajar en coche oficial con dieta de comida.
Tal actitud no solo la llevaba a cabo desde que estaba en la Junta, sino que lo había hecho desde que estaba en los servicios periféricos de Educación. Lo hemos denunciado, con pruebas, ante la Fiscalía Anticorrupción; pero ésta es menos de fiar que la judicatura o el Gobierno zapateril…. ¡Y ya es decir!
