
La presencia de Zapatero en Bruselas y su desconcierto ante la noticia, no hace mas que confirmarnos su falta de reflejos y la ausencia de un plan creíble para sanear nuestra economía. Hasta ahora Zapatero ha estado confiando en la suerte y ahora con toda seguridad se va a arrepentir. Este es el resultado de cerca de dos años de inacción y tozudez para no acometer los cambios que desde todos los foros económicos se ha estado pidiendo insistentemente, que son: las reformas integrales y saneamiento de las entidades bancarias, la creación de un nuevo marco laboral para acometer el paro y la reducción del fuerte déficit público y especialmente el despilfarro institucional con contundencia.
Su reunión de esta mañana con Rajoy puede ser fundamental para no perder el último vagón de un tren que cada día que pasa, está marchando a mayor velocidad, por lo que si no salen decisiones trascendentes sobre estas tres cuestiones fundamentales, nos veremos abocados a una situación peor que la de Grecia. En el caso de que Zapatero acepte lo que está proponiendo Rajoy para salir del envite y como la capacidad de decisión económica del Gobierno Central solo representa el 20% del total, ser necesario que las Comunidades Autónomas acepten y apliquen dichas medidas, que afectarán especialmente a sus gastos desorbitados, de la soberbia de Zapatero, dependerá o no la quiebra de este país.