Miedo a que vuelvan a dislocar la educación

Ángel Gabilondo acompañado de Juanjo Mateos, consejero de educación de Castilla y León

Adelantamos un par de párrafos de nuestro artículo de mañana sobre el Pacto por la Educación, conscientes de que el ministro va desencaminado, descarriado y desconcertado. Pero lo grave no es eso. Lo más grave es que los consejeros de las comunidades autónomas le siguen cual zombis atolondrados, fruto de su desorientación y permanente babeo.

Desconocen el ámbito de la enseñanza no universitaria, al ser en la mayoría de los casos profesores de la Universidad dedicados a la política; ese ente tan alejado de la sociedad y, a la vez, inadaptado social, salvo raras excepciones.

Hace diez años se planteó eso de que  cuarto de ESO debía convertirse en un curso «orientador». Ahora ‘vuelve la burra al trigo’  con el objetivo, según el señor ministro,  de «lograr que en 2020 el 85 por ciento de los estudiantes obtengan un título que garantice su empleabilidad» ¿Y para eso hacían falta esas alforjas? Nos tememos que 4º de secundaria se convierta en un ‘don nadie’ y que pierda sus perspectivas iniciales, como sucedió con el COU.

El problema actual no es ese. Hay muchos, pero el más acuciante es reformar el bachillerato, ampliándolo a tres años. Tampoco está de más una reforma en profundidad de la enseñanza secundaria. Y, puestos a reformar, no olviden los señores consejeros de educación y el señor ministro del ramo que en los niveles distintos a la enseñanza básica hay una aguda falta de formación pedagógica que, muchas veces, genera problemas en vez de resolverlos.

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