¿A quién interesa la dictadura comunista cubana?

Raúl Castro, dictador comunista de ensayo y encaje.

En el tema de Cuba, el presidente Rodríguez sigue estando desorientado. Debería saber, con tantos centenares de asesores como tiene, que Cuba importa un bledo y parte de otro a la UE, mientras siga en vigor la dictadura represora de la `borreguil‘ política de los hermanos  Castro.

Eso de dejar una puerta abierta al diálogo y al aumento de represión (para ZP es diálogo moderado) no lo compartimos ningún demócrata. Solo lo pueden compartir los altos cargos socialistas; en muchos casos hijos de falangistas de la época y que hoy se consideran «demócratas de toda la vida». ¡Valientes paranoicos, especializados en el desprecio familiar propio! ¡Valientes pellejos desorejados!

Alejandro González Galiano, embajador de Cuba en Madrid, debería haber dimitido por vergüenza propia; pero esa no está entre los valores educativos de dignidad de los políticos socialistas y comunistas.

Cualquier persona no sumergida en los bajos fondos de la política, hubiera salido de la embajada de Cuba corriendo y dispuesta a fustigar a gorrazos al payasete de ensayo, Raúl Castro, a todo su séquito y  a cuanto sinvergüenza se atravesara por el camino.

La postura de Galiano solo puede ser defendida por una mente sin apenas dos dedos de frente y, ya saben los demócratas, para eso está el ministro Moratinos o, como se le conoce en España: ministro ‘Desatinos‘.

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