¡Huelga general contra los sindicatos, ya!

Candidín y el Tocho, líderes de la poltrona sindical.

Todos sabemos que la complicidad entre sindicatos y Gobierno es un hecho, como sabemos que la Historia juzgará los despropósitos del Gobierno sin deslindar el apoyo sindical. Un apoyo que ha demostrado ser nefasto para la ciudadanía en general y para los trabajadores en particular.

Decía John Ray que “las enfermedades son los intereses que se pagan por los placeres”. El Gobierno ha pagado largo y tendido la mal llamada “paz social”.“sindicato hermano” son indisolubles, como única será la versión histórica para juzgar que las medidas sindicales forman parte de los atropellos del Gobierno; un Gobierno sin perspectiva y sin futuro, capaz de mentir al alba y al arco iris con tal de salvar la cara y mecerse en los florilegios del poder.

El Gobierno está dispuesto a complacer a los sindicatos hasta donde sea preciso. Reiteradamente se ha ‘bajado los pantalones’ y se ha puesto mirando a Cuenca sin importarle los intereses, réditos y despropósitos que eso acarrearía.  “Lo mismo da que sean los COCOS que los OGETES” para ofrecerse a sus intereses. No solo pone la cama el Gobierno, sino que además “se deja dar”. Y de qué manera más vulgar y hortera lo hace.

Esa dejadez no sería problemática si no fuera porque el coste se nos pasa a los ciudadanos. Ellos abusan y pagan sus intereses y apoltronamiento, mientras que la ciudadanía trabaja para ver cómo el Gobierno dilapida la hucha que el PP le dejó repleta. Estamos en un momento en el que vemos peligrar las pensiones y se dilapida el dinero del paro. En vez de recortar los períodos de pagos al parado, el Gobierno los amplía y los sindicatos lo apoyan, con lo que fomenta vagos, maleantes y apoltronados, en vez de una cultura del empleo y del bienestar. ¿Alguien se acuerda de la “Gandula”, más conocida como Ley de Vagos y Maleantes? Pues eso.

Hoy los sindicatos solo merecen desprecio y abucheos por parte de los trabajadores y de la ciudadanía, como se escucha a diario a los trabajadores. Se han convertido los sindicatos de clase en “auténticos sinvergüenzas, maleantes sin control, hipócritas burocratizados y burócratas hipotecados, además de vividores de la noche sin control”.

Solo un Gobierno de mediocres puede elogiar a tanto desalmado del mundo sindical. Ni siquiera los sindicatos verticales del franquismo alcanzaron el grado de fraude, engaño y miseria que representan “los COCOS y los OGETES”, al decir de los trabajadores más sensatos y menos adocenados.

El remate del abuso sindical llega con la convocatoria de manifestación contra los empresarios, el día 12 de diciembre. Sí, leen bien: no es contra el Gobierno, que la merece, apedrea la economía, bendice la vagancia, abandona al trabajador, abusa del parado y reprime al ciudadano. ¡Es contra quien crea empleo! Tanto Gobierno como sindicatos han perdido el temple, están alejados de la cordura y son unos claros y manifiestos irresponsables. No faltan quienes los llaman “los puteros del momento”.

A ese ‘adocenamiento’ sindical contribuye RENFE con la gansada de poner trenes para los sindicalistas que se desplacen a Madrid a la manifestación contra los empresarios. Ahí es nada, una empresa pública apoyando a quienes más daño han causado al empleo: los sindicatos y el Gobierno. Y lo hace con tapadillo, aunque ‘a calzón quitado’ en beneficio de sus socios, por y con cobardía, premeditación y odio a quienes más trabajan por salir de la crisis y fortalecen el mercado laboral. Por cierto, una crisis donde los sindicatos retozan con complacencia e indignidad.

Los grandes problemas laborales suelen llegar a las sociedades desarrolladas cuando el socialismo y el sindicalismo de izquierdas tocan poder. Y ahí lo tienen. ¿Alguien se acuerda de Teófilo Serrano, ex secretario general de la Federación Socialista madrileña (FSM)? Pues como lo leen: Teofilín, como le llaman sus allegados, actual presidente de RENFE ha dado todo el apoyo a sus primos carnales: los ‘ugeteros’ y a sus allegados ‘los Cocos’.

Lo del abuso de RENFE es otro desprecio más al ciudadano y al sentido común. Otro abuso y otra mandanga que nos costará cerca de dos millones de euros. Si a ello unimos que los sindicatos de UGT y CC.OO  han recibido en 2008 cerca de 16 millones de euros, pues…. ¡juzguen ustedes! Eso sí, se han convertido unos y otros en pisoteadotes de derechos laborales, arreadores de trabajadores en paro y principales destructores de empleo en España. ¡Hace falta ser sinvergüenzas, además de esclavos de la ubre Estatal! Y ellos lo son. Doy fe.

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