SINDICATOS. Ciegos y a pedradas.

¡No saben, no sirven,…!

¿Procede una manifestación general contra los sindicatos? Sí, sin duda.

Hablan como si entendieran la situación de la que están tan alejados. Incluso, llegan a sentirse dominadores de una realidad que se les escapa de las manos. Suelen ver culpables por todas partes, pero nunca se sienten responsables de nada. Lo que faltaba a los sindicatos: sentirse por encima del bien y del mal. ¡Más vale que trabajen  y defiendan los derechos de los trabajadores, en vez de especular y arrimarse al poder de turno!

Se atreven a decir que no convocan una huelga general, porque no hay motivos para ello. Y dentro de su ignorancia y estupidez airean que «los trabajadores no han perdido derechos fundamentales» ¿Y qué es el trabajo? ¿Acaso el trabajo no es un derecho fundamental?  ¡Cuánto aborregamiento ha traído la LOGSE y su desarrollo normativo!

Señores sindicalistas, … ¡A ver si el trabajo era un derecho fundamental en el Fuero del Trabajo franquista y en la Constitución no lo es! Tienen ustedes una cara que se la pisan.  Digan la verdad: no hacen una huelga general, porque el Gobierno  es de su cuerda y están de acuerdo con las medidas que ha adoptado contra la crisis; es decir, ninguna. Lo que a los sindicatos de clase les interesa es seguir cobrando de los presupuestos generales.  ¡De pena y de vergüenza!

Últimamente echan la culpa a las comunidades que, según ellos, «van por libre». Como si ellos no hubieran hecho su santa voluntad siempre; de ahí el abandono a los trabajadores, la prebenda de liberaciones, ayudas, subvenciones y demás ‘mamandurrias’ de las que hay que descabalgar a estos abusones del sentido común. Es una brutal injusticia  y un fraude que los sindicatos no paguen a sus afiliados. ¡Ya está bien de abusos!

Dicen que «la situación real en la comunidad es preocupante, por el número de parados». Y lo dicen sin ruborizarse. Y yo pregunto:  ¿Lo han descubierto ustedes solitos o se lo han dicho mamá? ¿En qué han colaborado los sindicatos de clase en Castilla y León? «Esta gente a mi no me representa y tampoco quiero que representen a mi empresa», se suele oír entre los trabajadores.

Los sindicatos de clase son una rémora actualmente y una tremenda desventaja para el trabajador en la empresa. Carecen de hoja de ruta para vencer a la crisis y no saben elaborar un calendario de salida. Toda su aspiración es que los empresarios nos saquen de un laberinto que ni el Gobierno de Rodríguez ni los sindicatos de clase entienden.

Nos han oído decir a los analistas que las comunidades autónomas son un lastre en épocas de crisis y ahora difunden la idea como si la hubieran gestado, en vez de ayudar a los parados y poner medios de sus sindicatos para ayudarles. Cientos de miles de euros que van a parar a manos de los sindicatos de clase, y cuyos destinos son muy dudosos en su justificación, deberían ir a las manos de los parados y necesitados, con el fin de enjugar su angustia y su pérdida de trabajo.

No puede ser que el Gobierno y los sindicatos miccionen tranquilamente contra la esquina, mientras Cáritas y Cruz Roja vuelcan diarios esfuerzos para ayudar a los más necesitados: los parados. Sí, los parados; justamente esas personas de quienes huyen los sindicatos.

Instemos a los parados a acudir a los sindicatos en busca de ayuda, con la confianza de que dichos sindicatos sepan renunciar a las miles de prebendas que tienen en favor de los más desfavorecidos que ahora, sin duda, son los parados de larga duración y, excepcionalmente, aquel millón y medio de trabajadores en paro a quienes se les ha terminado la protección.

Y no me digan que las manifestaciones que hacen tiene un carácter preventivo. Lo que nos faltaba por oír. ¿Nos han tomado por tontos a la ciudadanía o es que la estupidez se extiende por vía sindical? Puesto que los sindicatos se desentienden de los problemas sociales, va siendo el momento de hacer una manifestación en toda regla contra los propios sindicatos.

Hay que levantarse  de una vez contra tanta mediocridad, abuso, desprecio y pérdida de valores. Hay dos opciones evidentes: o acabamos con la podredumbre sindical o ella acaba con los valores del trabajo, que no son pocos.

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Una respuesta a “SINDICATOS. Ciegos y a pedradas.

  1. Excelente post, deberíamos comenzar a darnos cuenta que si no nos movemos, la situación se irá agravando. Recordemos que nos quedan como mínimo 3 años de desgobierno.
    Enlazo el post en el de hoy.
    Saludos