Miedo en el PNV y en sus dirigentes

Está asustado, muy asustado. Tiene miedo a quedarse a la intemperie y a que salgan a la luz las miles de injusticias que el PNV ha cometido durante todos estos años, desde el apoyo económico a las diferentes familias de ETA, y a los familiares de presos etarras, hasta el permanente tráfico de influencias en los cargos públicos y en la libre designación. El PNV ha campado a sus anchas y se ha reído a la cara de la ciudadanía vasca. Nos estamos refiriendo al presidente de la ejecutiva del PNV que no para de hablar, porque sabe la que se le viene encima: Iñigo Urkullu.

Hace apenas unos días  intentábamos hacerle ver una realidad que un  importante sector del País Vasco tiene dificultades en entender. Él no se da por vencido y sigue pensando que es un «golpe institucional» el apoyo del PP al PSE, liderado por el socialista López. Nos decían hace unos días, desde el propio ámbito ‘abertzale’, que hay que estar muy ciego para actuar como lo hace Urkullu. A lo que nosotros respondíamos que es fácil comprobarlo.

Y no solo está desorientado Urkullu. Está aturdido todo el PNV. Han sido muchos años de contar con lo público para provecho propio. De repente se les ha caído el sombrajo y comprueban que pierden el amparo institucional, así como que miles de afines y agradecidos se van a ver sin trabajo, sin influencias y, tal vez, durante bastante tiempo estarán silbando a la farola. El PNV lo ha invadido todo en el País Vasco, con el fin de dificultar cualquier intento o aspiración contraria a sus intereses partidistas.

Es difícil entender a qué se refiere Urkullu con eso de la «arrogancia del PSOE y del Gobierno». ¿Tanta o más arrogancia que la que el PNV ha tenido con las víctimas de ETA y con la Fundación Gregorio Ordóñez, por poner solo dos ejemplos?. Resulta que, según Urkullu, al no estar ETA en el parlamento, éste no se corresponde con la situación sociológica vasca. ¿Acaso el País Vasco necesita a ETA o es el PNV que necesita cerca a la banda? ¡Por Dios, señor Urkullu, no sea usted tan cencerro!

Urkullu da trato de igual a ETA con sus afirmaciones. Nunca hemos entendido que gente como él y Arzalluz tuvieran tanta veneración por la banda. Una banda que, dicho sea de paso, respeta al PNV por los beneficios que éste reporta a la misma y porque son primos carnales, además de tener el mismo origen.

El País Vasco no merece seguir recibiendo más daño por parte de la derecha radical vasca. Cuatro años más de connivencia con la banda supondrían mayor alejamiento constitucional y mayor carga de insensatez. La situación vasca nada tiene que ver con lo que Urkullu refiere sobre si PSOE y PP son capaces de pactar en el Gobierno de España o en las Cortes nacionales. El País Vasco atraviesa por una situación de excepción — que ya se extiende desde hace cuarenta y cinco años — que hay que cortar de una vez, tenga el coste que tenga.

Es vergonzoso pasear por los pueblos del País Vasco y encontrar permanente alusiones a los presos; a su acercamiento y al cambio de la política penitenciaria; ver las jaulas simulando cárceles, como si fueran monumentos dignos;  leer expresiones, como si los asesinos y represores del pueblo vasco fueran presos políticos,  o las verjas decoradas con retratos de asesinos, pinches, colaboradores y soplones de ETA.

Toda esa parafernalia de vergüenza y represión lo ha consentido el PNV  durante muchos años. Ha sido parte de su política para recoger los frutos del árbol que castiga ETA a diario.

El pueblo se ha hartado de la incompetencia nacionalista y ha hablado. Ahora quien debe callar sobre esos temas es Iñigo Urkullu y todo su entorno, mientras hablan quienes están dispuestos a construir una nueva comunidad vasca y a trabajar por su futuro, profundizando en la convivencia, en la paz y en la aniquilación democrática de ETA.

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