La izquierda carroñera

Falsa izquierda, carroña verdadera
Falsa izquierda, carroña verdadera

El Gobierno de Rodríguez ha sido, de entre todos los gobiernos europeos, el último en intervenir y en tomar medidas ante la aguda crisis económica que atenaza a España. Y no solo eso, sino que las medidas no han servido para nada. Nunca la mediocridad había estado tan a la vista. La izquierda se ha convertido en simple carroñera. No da para más.

Ello ha sido motivo de mofa y escarnio en los países de la UE, pues Rodríguez ha insistido en que España estaba mejor preparada que cualquier país de la Unión para afrontar la crisis. El tiempo ha sido testigo de la ignorancia de Rodríguez Zapatero y de la falta de estructuras para afrontar la debacle económica que se cierne sobre España.

Las medidas que ha preparado el Ejecutivo para afrontar los próximos meses impiden salir fortalecidos de la crisis, que no coyuntura. El amigo ‘Pepiño’ Blanco ha intentado explicarlo sin acertar a hacerlo. Nunca la mediocridad ha sido bandera para una situación positiva y sí para una actuación o unas medidas esperpénticas, ilusas, amaneradas y fuera de situación. Hoy nadie duda que ‘Pepiño’ sea un cáncer para el día a día de la política, un corrupto con galones y un mediocre ante el destino. Algo así como una mamarrachada de destino en lo universal.

El Ejecutivo socialista ha demostrado que, menos trabajo tenaz y esfuerzo compartido, es capaz de todo: dejadez, desidia, torpeza y falta de elegancia. Si a ello se une que goza de una contrastada falta de democracia, estamos ante un claro ataque a la libertad. La izquierda es enemiga de la libertad. Nunca mejor dicho. Recordemos a Balzac, cuando intentaba demostrar que el socialismo es un eterno parricida, al haber matado siempre a su madre, la República, y a su hermana, la Libertad.

A cualquier Gobierno se le ocurriría programar y promover un gran plan de austeridad que alcanzara a todos los niveles de la sociedad española, pero al socialismo solo se le ocurren estupideces como la de los 2.500 euros para los nuevos nacimientos y 400 para casi todos los ciudadanos. Por cierto, hay comunidades autónomas como Castilla y León que aún deben los primeros 200 euros a los docentes de la comunidad; no obstante, la corrupción se extiende hasta los aledaños del Gobierno del desconocido y rechazado, Juan Vicente Herrera, como si formara parte de lo habitual.

Hay que saber buscar medidas cuando la economía se tambalea; pero desde el socialismo no se va más allá de los propios intereses y de las prebendas. La vergüenza es la bandera socialista y el caos su estandarte. Lo de adoptar medidas no va con la izquierda ramplona; pero tampoco con la derecha desconcertada y aturullada. Mientras tanto, el ciudadano sufre y la situación degenera.

Tal vez la gran diferencia entre la izquierda y la derecha es que la primera pretende que sus errores los paguen los más vulnerables, los más afectados por la crisis. En definitiva, los más pobres y desvalidos. Nunca tanta ignorancia había cubierto tan amplia parte de la bandera socialista.

El actual Gobierno de Rodríguez es incapaz de crear empleo y ayudar a recolocar a los más necesitados. Ni siquiera puede mantener amplias inversiones en infraestructuras imprescindibles. El futuro se presenta negro, muy negro para los trabajadores, los inmigrantes y la población de clase media.

Las inversiones en política social, en pensiones, en aumento del salario mínimo, en el acceso a la vivienda, aumento de las becas o la conciliación de la vida laboral y personal no cabe en el pensamiento socialista, aunque sí quepa en el discurso, en la foto y en la falsa intención. Para el PSOE, lo más profundo que hay en el hombre es la piel. Con eso queda resumido su pensamiento.

Be Sociable, Share!

Comentarios cerrados.