¿Quién apadrina a este verraco?

Me apetece reírme de un ‘babas’ como el estúpido concejal de Torredembarra. Debe tener lo que se merece. Sí, el mismo que ha propuesto en su blog que los catalanes apadrinen a un niño extremeño por 1000 € al mes. ¡Hace falta ser despreciable y mala gente! Si estúpidos como éste pudieran volar, es seguro que no nos daría el sol en España y, menos aún, en Cataluña.

El chulo y mediocre concejal retro-progre de la izquierda más cavernícola ha acabado acojonándose con las llamadas que ha recibido y ahora dice que va a denunciar a quienes le atosigan. Pero vamos a ver mamarracho con cornamenta: ¿tiras la piedra y escondes la mano? ¿Es que no sabes que cuando se esputa hacia arriba, te mojas siempre? ¡¡Hasta su propio Ayuntamiento le ha dado la espalda, como no podía ser de otra forma!!

Que dé gracias Luís Suñé hasta el día de hoy, porque mañana no sabemos con qué se va a encontrar. Se ha cavado su propia sepultura. El Ayuntamiento de Torredembarra, además de darle la espalda, debería haberle sometido a linchamiento público en la Plaza Mayor de Badajoz, Cáceres o Mérida. ¡Nunca tan gran verraco se había revolcado tanto por su propia pocilga! Difícilmente un cerdo de este calibre, como Luís Suñé, puede salir del albañal de la mediocridad, la ignorancia y el odio a sus semejantes.

Debería darse vergüenza de sí mismo por lo que ha dicho y por el cartel que ha elaborado. Con el mismo derecho elaboramos nosotros el del encabezamiento del artículo. Una prueba de ello es que todos sus compañeros del Consistorio han emitido un comunicado avergonzándose por la actitud de este espantapájaros de mala fe, peor calaña y asquerosa catadura moral.

Lo que han hecho los componentes del Ayuntamiento de Torredembarra es, ni más ni menos, que lo que dice un sabio refrán castellano. Sepa el gorrino Suñé que “La manzana podrida pierde a su compañía”; es decir, la gente de mala índole y peor sentimiento siempre es abandonada por los demás, cuando éstos descubren su ruin condición.

Ante semejante inutilidad del concejal todos han reaccionado dejando solo al insultador de Torredembarra. Y no solo los miembros de su partido, también el consejero de Interior, relaciones institucionales y Participación, Juan Saura, ha telefoneado a Suñé para recriminarle su metedura de pata, su torpeza y su estupidez.

En Extremadura, ofendidos y dolidos como lo estamos muchos españoles, han sabido reaccionar como verdaderos caballeros; incluso el alcalde de Mérida — nada duro con Luís Suñé, a pesar de lo que se diga — le ha calificado de profundamente cateto, analfabeto, aldeano y anti-izquierdista. Y muy contrariado por lo sucedido, incluso ha ido más lejos llamando a Suñé por su verdadera catadura moral: “Auténtico hijo de puta, por sacar a unos niños sucios que parecen de la película Los Olvidados y diciendo apadrina a un ‘nen’ extremeño”.

El concejal Luís Suñé tiene lo que se merece. Su mala fe ha hecho que el conserje del Ayuntamiento sufra también los insultos procedentes de las llamadas al Ayuntamiento. ¿Merece Suñé un escarmiento? ¿Merece el pan que come? ¿Puede representar a los ciudadanos un esperpento como Suñé? El tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio. Y el sitio de este paleto concejal está en el albañal. ¿Quién apadrina gratis a un ‘babas’ como Suñé?

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