CASTILLA Y LEÓN. Juan Vicente Herrera ha metido la patita hasta el corvejón

Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León, y el presidente más desconocido fuera de su ‘finca’ castellano-leonesa, tiene que hablar claro de una vez y poner orden entre sus asesores.

Pues sí, señor Herrera, sobre todo claridad en cuanto a la cesión del 50% del IRPF, IVA e impuestos especiales. Según el presidente Herrera, Solbes beneficia a los ricos y, en el caso de Castilla y León, se “perjudica a la región”.

La airada reacción del señor Herrera nos ha sorprendido; pero lo cierto es que él no ha trabajado lo más mínimo por cambiar esa tendencia. De nada sirven las reuniones a salto de mata con otros presidentes para hablar de esos temas, si no se planifica antes lo que se quiere hacer y hasta dónde se pretende llegar. Hasta donde sabemos — y conocemos en tu totalidad esas reuniones — han servido para la foto de prensa y poco más. Damos fe de ello. Pero, como todos sabemos, sí hay presidente de comunidades que se han batido el cobre para llevar el ascua a su sardina.

“El punto de partida es la publicación hace 48 horas de las balanzas fiscales, ingresos y gastos públicos, y esto llega sin un trabajo técnico serio que defina por parte del Gobierno central necesidades y peculiaridades territoriales”. Ahí tienen a Juan Vicente en plan bravo; es decir, criticando al Gobierno central, en lo mismo que a él se le critica con contundencia en la comunidad. Está claro que quien esputa hacia arriba, a veces acaba húmedo. Y es lo que le suele pasar, en ocasiones, al presidente de la comunidad más extensa y despoblada de España.

Según Herrera, vincular la cuestión de las balanzas fiscales con la financiación autonómica no es más que una “desgraciadísima sumisión del Gobierno al tripartito catalán”. No hace falta que Herrera nos recuerde la Constitución, porque la conocemos; pero ¿actúa con la misma transparencia la Junta de Castilla y León en asuntos de VPO? Volvemos a la explicación del peligro de esputar para arriba sin conocer el funcionamiento de la ley de la gravedad.

Herrera está convencido de que el Gobierno central “no ha cumplido sus obligaciones de determinar las necesidades, aquellas tales como la dispersión geográfica, el envejecimiento y la insularidad. Sólo podemos aceptar el crecimiento de nuestra capacidad fiscal si no lesiona la igualdad y la equidad”. Siempre con las palabras vacías que no conducen a ninguna parte.

¡Qué lástima de facilidad verborreica del señor Herrera para haber reclamado a Aznar, cuando era presidente del Gobierno central, el fuerte déficit de infraestructuras que acumula Castilla y León! Siempre igual. No aprenderá Juan Vicente por más clases particulares que le impartan. Me recuerda al presidente Rodríguez y sus dos clases de economía semanales para aprender toda la economía que hace falta saber.

Al pobre presidente, Juan Vicente, no le han debido de informar correctamente. ¡No sé para qué tiene a su consejera de Hacienda! Herrera debe saber que, hasta el momento, lo que se ha distribuido a las comunidades es un documento provisional, muy difícil de valorar. Aún están pendientes de añadir los compromisos de Solbes con las comunidades más pobres.

Sí se van a tener en cuenta algunos de los criterios que reclama Herrera, pero aún no tiene por qué saberlo. En una palabra: aún está por definir el nuevo modelo de financiación autonómica. Ese documento es todavía impreciso para ser valorado; pero esta vez Juan Vicente Herrera se ha precipitado. No es ese su estilo. Nos ha sorprendido a todos y todas. Y ha metido la patita hasta el corvejón.

Díganos señor Herrera, ¿ve usted alguna diferencia entre ese documento que se les ha entregado ahora a las comunidades autónomas y el que recibieron en el Consejo de Política Fiscal y Financiera? Pues eso.

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