Rodríguez Zapatero: rechazado por la clase política

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Pintan bastos para la política exterior española. Se suele decir que “quien siembra vientos, recoge tempestades”. Ahí está la imagen solitaria y abandonada del presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero; aunque su amigo José Antonio Alonso y su vicepresidenta en funciones pretendan justificar lo injustificable. El presidente en funciones, Rodríguez Zapatero, ni es querido ni es respetado, más bien es ignorado, sencillamente no es aceptado como miembro de grupo en la Cumbre de la OTAN.

Desde la cobarde retirada de las tropas españolas de Irak, Rodríguez solo cosecha desprecios, desplantes y negativas. Y si alguien quiere saber cómo se refleja en el ejército español aquella retirada, no tiene más que preguntar a quien lo sabe; pero podemos responder desde aquí: allí donde acuden las tropas españolas son recibidas con el gesto del aleteo de las gallinas y el sonido de éstas. Es una forma, como otra cualquiera, de llamar cobardes a quienes dejaron tirados a millones de irakíes, cuando más se necesitaba la contribución del ejército español.

Nunca un presidente del Gobierno español había llevado a tanto ridículo y vergüenza al ínclito ejército español. De pena, señores. De vergüenza también. Y, sin embargo, las tropas de Afganistán nunca debieron acudir allí; pero allí están, expuestas a unos peligros que nuestras tropas en Irak tenían a más de ochocientos kilómetros.

Y digo que no debieron acudir a Afganistán por dos motivos: porque no son necesarias, además de no pintar allí nada, y porque nadie quiere cerca a las tropas españolas tras la espantada de Irak. Aquella rácana decisión de Rodríguez ha hecho que nadie se fíe de nuestras tropas y hasta en la OTAN las rehuyen los ejércitos de otros países, conscientes de que en cualquier momento les pueden ‘dejar con el culo al aire’. Casi todos los medios de comunicación españoles han publicado la fotografía de Rodríguez solo, aburrido, abandonado, adormilado y rechazado. Lo siento como lo digo — por aquello de que es el presidente de mi país; aunque me pese – pero recoge lo que sembró. Pero ahí no va a acabar la cosa. No olviden lo que acabo de decir, porque presenciaremos peores humillaciones.

La mofa hacia Rodríguez no se ha hecho esperar. Su reunión con George Bush se anunció inútilmente desde Moncloa, aunque siempre fue negada por la Casa Blanca. Había que llegar a esta foto que veis para que muchos ‘caigan del burro’. Hasta la propia vicepresidenta en funciones no sabía que decir el jueves, ni adónde meterse. La vicepresidencia debería saber, como decía Billy Cosby que “no todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos ven”. Aplíquese a Rodríguez y explíquese a ‘Maritere’.

Desde el respeto a la opinión del adversario, y convencido de que el atentado de ETA se llevó a cabo para ayudar al PSOE a ganar las elecciones, no quiero acabar esta breve reflexión sin una pregunta que me ronda la cabeza desde hace días: ¿sabrán once millones de españoles que han votado a un mostrenco? Seguramente no habrá respuesta. Y es que nuestros padres nos han enseñado a hablar, como dice el refranero, y el mundo a callar.

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