Mariano, el único culpable

 

 

 Vamos a ver, Mariano: es fácil engañarse a uno mismo y como se quiera. Puedes sentirse culpable o inocente por haber perdido las elecciones. Puedes sentir que has perdido o, si lo deseas, que las has ganado por el hecho de subir en diputados, porcentaje y votos. Puedes creer en tus votantes o disculparles por no haber sabido llevarte a Moncloa como presidente. Puedes pensar, sentir y considerar lo que quieras, pero eres el único culpable de haber elegido muy mal a tus asesores durante la legislatura pasada; eres culpable de haber hecho una muy mala oposición a un presidente mediocre, como Rodríguez, y a un gobierno acomplejado, aturdido y miserable por ver con los ojos de ETA. ¿Crees que eso te disculpa a los ojos de los votantes?

A partir de ahí haz lo quieras: dimite, aguanta, ridiculízate presentándote como candidato en junio. Es tu vida, tu libertad, tu decisión y tu futuro. Pero, repito, has perdido las elecciones del 9 de marzo, por ti mismo, por la mala elección de asesores, porque has generado falta de confianza en los electores y porque un ‘chiquilicuatre’ como Rodríguez te ha puesto a los pies de los caballos. Piensa en el ejemplo del pañuelo sujetado por uno de los picos, con mayor o menor extensión.

 

Y a pesar de la claridad de los argumentos, todavía dices Mariano que “si creyera que mi persona es un obstáculo que dificultó el triunfo del partido (…) no me presentaría a la reelección en el XVI Congreso Nacional del PP”. La ingenuidad es libre, como lo es la sobrevaloración de uno mismo. ¡Allá tú y tus circunstancias, como decía el otro! Pero, por Dios, Mariano, acude a provincias y habla con la calle. Pero con la calle real, con la de verdad, con la que se manifiesta en la Plaza Mayor de Salamanca, con la que se solivianta ante la incompetencia para resolver el problema de los topillos, con la que se oponía a que se llevaran el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, con la que lucha por Soria, con la que quiere a León en primera línea, con la que es conformista en Burgos, con la que lucha para sacar a Zamora del olvido,… Con esa es con la que debes hablar y no con tus presidentes provinciales que, por cierto, te ocultan la realidad desde que Aznar pusiera los ojos en ti. ¿No ves que hasta los propios votantes de dicen que te marches y dejes las manos libres al partido?

Mariano, la ilusión no es suficiente, ni para ti, ni para tu futura portavoz en el Congreso; aunque eso lo dejamos para otro día. Eso de aconsejar que se eviten los recelos y envidias en algunos territorios es para nota: sabes que no hay concordancia, ni afinidad, ni ilusión en ciertas comunidades autónomas; pero instas a que se haga la vista gorda y a que se mire al horizonte, como si nada sucediera. ¡Qué valiente y qué ignorante, a la vez!

Mariano, Mariano,… ¡Así no llegamos a ninguna parte! No entiendo que elijas el camino más dañino para hacer más daño al partido. Y, por si no era suficiente, veo que eliges a un incendiario en Castilla y León para elaborar los estatutos del partido. Pues, mira majo, que Dios te coja confesado. ¡Mala escuela has elegido y, tú sabes como nadie, que no es el mejor alumno!

De Soraya hablaremos otro día. Tiempo hay, datos también y, como bien sabes, el tiempo es el médico de las fatigas. Respecto a Pío García-Escudero, puedo prometer y prometo que has elegido bien. O, si lo deseas, has elegido bien la continuidad; aunque hace cuatro años se ‘columpió’ al elegir a Abejón como portavoz de educación en el Senado.

Sabes que has recibido numerosas cartas donde se te insistía en que se despreciaba a los ciudadanos, porque no se contestaba a ninguna de las aportaciones sobre educación. Seguramente, la papelera estará llena de informes y propuestas sobre temas educativos, donde se incidía en que el PSOE se equivocaba; incluso se te instaba a ‘acorralar’ a la ministra Cabrera con datos e informes. Pero tu portavoz de educación en el Senado ocultaba los mismos, las cartas recibidas y los datos. Prefería hacer el ridículo antes que reconocer su diario fracaso y su permanente incompetencia. Pero, claro, qué mas da, al fin y a al cabo los escaños ya estaban ganados.

¡Abre los ojos, Mariano, y no permitas que te la metan atravesada, como ha hecho ‘el Abejón’ durante estos cuatro años! Claro que, pensándolo bien, has logrado tu escaño y, a partir de ahí, los ciudadanos deben aprender a callarse y a dedicarse a sus cosas, como dice un procurador de Juan Vicente Herrera en las Cortes regionales, cada vez que toma dos Riberas, tres Toros un Prieto Picudo y media docena de Cigales. Allá tú, Mariano; pero acuérdate de este consejo que Stendhal daba a la humanidad: “El hombre que no ha amado apasionadamente, ignora la mitad más hermosa de la vida”. Aplícalo al desconfiado y te saldrán las cuentas.

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